Comunicado de prensa - febrero 19, 2009
Greenpeace ha mostrado su decepción ante la decisión del nuevo ministro de Pesca del Gobierno interino de Islandia de no anular la absurda decisión adoptada por el anterior equipo de retomar la caza comercial de ballenas a gran escala en este país.
Greenpeace condena la decisión de Islandia de reanudar la caza comercial de ballenas tras el anuncio la semana pasada de que el país otorgaría licencia a un armador para la captura de 39 ejemplares, de los que nueve sería rorcuales comunes, especie catalogada como “en peligro”. Ayer domingo se produjo la captura del primer ejemplar, precisamente un rorcual común, hecho calificado por Greenpeace como “acto sin sentido”.
En el último día de su mandato al frente del Ministerio, Einar
Gudfinsson aprobó una cuota de caza anual durante los próximos
cinco años de 100 rorcuales aliblancos y 150 rorcuales comunes,
especie clasificada como "en peligro". Sin embargo, el nuevo
ministro, Steingrímur Sigfusson, declaraba ayer que la cuota de
caza sólo está asegurada para 2009.
"Incluso si Sigfusson limita las cuotas a tan sólo un año y no
cinco como figuraba en el plan original, sigue siendo inaceptable"
ha declarado María José Caballero, coordinadora de campañas de
Greenpeace.
"La caza de ballenas pertenece al pasado y no tiene ningún
sentido desde el punto de vista económico en Islandia. No existe
mercado para la carne de ballena ni en Islandia, ni en Japón ni en
cualquier otro punto del planeta. En lugar de considerar la caza de
ballenas como una solución a sus males económicos, el Gobierno
islandés debería pensar en crear trabajo a partir de soluciones que
enfaticen en la naturaleza de Islandia, como el turismo y el
avistamiento de cetáceos", ha añadido Caballero