Comunicado de prensa - octubre 25, 2005
Greenpeace califica de muy deficiente el estado del agua en la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir en su informe “Agua” presentado hoy en rueda de prensa. De hecho, la propia Confederación Hidrográfica reconoce que sólo el 23,16% de sus masas de agua superficiales podrían cumplir los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, DMA. Es decir, que sólo el 23,16% podría tener en 2015 un estado de calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella.
La DMA es la ley europea que rige la política desde el 2004 y
tendrá que cumplirse en su totalidad antes del 2015. Esta Directiva
trata de recuperar la calidad de las aguas continentales
abandonando la política de infraestructuras hidráulicas, que se ha
demostrado ineficaz y obsoleta, y adoptando una visión
ambientalista del medio hídrico que permita su adecuada
protección.
Los principales problemas de la cuenca son:
-
La sobreexplotación de agua. La elevada demanda de agua por
parte de la agricultura ha provocado la sobreexplotación del 31% de
sus acuíferos. Las extracciones ilegales de pozos y cauces amenazan
zonas protegidas como el Parque Nacional de Doñana, además están
teniendo una incidencia directa en el correcto desarrollo de los
ecosistemas asociados al medio fluvial, ponen en serio peligro de
desaparición diversas especies acuáticas y restan capacidad de
regeneración y autodepuración a los ríos.
Si la Condeferación y la Junta de Andalucía no ponen los medios
necesarios para paliar esta grave situación y conservar su medio
hídrico, en la Cuenca del Guadalquivir se agravarán los problemas
de disponibilidad de agua por los elevados índices de contaminación
y la creciente demanda.
"La lucha contra la contaminación no sólo permitiría aumentar
más la disponibilidad de recursos hídricos que la construcción de
embalses y trasvases como el de Breña II o Melonares, sino que es
la única forma de asegurar que habrá agua para las futuras
generaciones. Es urgente que la Confederación cierre las
extracciones ilegales de agua y acabe con los vertidos agrícolas e
industriales que amenazan a ríos y acuíferos de la cuenca y ponen
en peligro la salud pública y el medio ambiente", ha declarado Juan
López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.
"Es necesario que la Junta de Andalucía deje de incumplir la ley
y ponga en marcha un plan general de saneamiento integral de las
aguas residuales. Si se siguen postergando estas medidas la Cuenca
del Guadalquivir no cumplirá los objetivos de la DMA", ha declarado
Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.
Éstas son algunas de las conclusiones que Greenpeace ha extraído
sobre la Cuenca del Guadalquivir en su informe "Agua: la calidad de
las aguas en España. Un estudio por cuencas", el primero que
analiza la totalidad de las aguas continentales españolas (ríos,
acuíferos, lagos, humedales, estuarios, rías...).
Greenpeace ha realizado esta investigación para conocer el
estado de las aguas continentales en un momento crucial: la entrada
en vigor de la DMA. El estudio se centra en la calidad de los
recursos hídricos, que será en el futuro la que marcará la
disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad
incluye la contaminación (grado de toxicidad de los diferentes
vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena
salud del ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado
químico de las subterráneas.
La principal conclusión del informe afirma que en el Estado
español sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las
subterráneas están en este momento en condiciones de cumplir en
2015 los objetivos que marca la DMA. Es decir, sólo el 11% de las
aguas superficiales tiene calidad suficiente para mantener su poder
de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella. Y en el
caso de las subterráneas, sólo el 16% mantiene las cualidades
químicas suficientes para que se puedan utilizar en abastecimiento
y riego.