Greenpeace califica de muy deficiente el estado del agua en la Cuenca Hidrográfica del Guadiana en su informe Agua presentado hoy en rueda de prensa. De hecho, la propia Confederación Hidrográfica reconoce que sólo el 7,63% de sus masas de agua superficiales podrían cumplir los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, DMA. En el caso de las cuencas de los ríos Tinto y Odiel, esta cifra desciende hasta el 1,62%. Es decir, que sólo el 2,72% en el Guadiana y el 1,62% en los ríos Tinto y Odiel podrían tener en 2015 un estado de calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella.
La DMA es la ley europea que rige la política desde el 2004 y
será de obligado cumplimiento en el 2015. Esta Directiva trata de
recuperar la calidad de las aguas continentales abandonando la
política de infraestructuras hidráulicas, que se ha demostrado
ineficaz y obsoleta, y adoptando una visión ambientalista del medio
hídrico que permita su adecuada protección.
Los principales problemas de la cuenca son:
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La contaminación que sufren los ríos. La causa fundamental es el
vertido de aguas residuales urbanas. Por este motivo, por ejemplo,
los contenidos en amonio, fosfatos y microorganismos aguas abajo de
ciudades como Ciudad Real, Badajoz o Mérida son especialmente
elevados.
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Los vertidos de origen industrial. Por su peligrosidad y
toxicidad causan graves efectos sobre el medio ambiente y la salud
de las pública. En las orillas del Tinto se acumulan más de 120
millones de toneladas de residuos tóxicos y radioactivos. De hecho,
la zona de Huelva presenta la mayor tasa de morbilidad por cáncer
de España.
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La extracción ilegal de agua. La agricultura es responsable de
las extracciones ilegales de pozos que amenazan humedales(1) y
zonas protegidas como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y
está teniendo una incidencia directa en el correcto desarrollo de
los ecosistemas asociados al medio fluvial e incluso está poniendo
diversas especies acuáticas en serio peligro de extinción. Según la
propia Administración, sólo en los acuíferos 23 y 24 hay al menos
60.000 pozos ilegales.
Si la Condeferación y las Administraciones autonómicas no ponen
los medios necesarios para paliar esta grave situación y conservar
su medio hídrico, en la Cuenca del Guadiana se agudizarán los
problemas de disponibilidad de agua por los elevados índices de
contaminación y la creciente demanda que se hace de la misma.
La Cuenca del Guadiana es una de las Confederaciones que
presenta peores datos en el informe para el Ministerio de Medio
Ambiente sobre los artículos 5 y 6 de la DMA al que estaban
obligados. De hecho todas sus aguas subterráneas están en riesgo y
todavía siguen sin analizar el 77,48% de sus aguas superficiales.
De seguir así, la Cuenca del Guadiana no logrará alcanzar los
objetivos ambientales fijados por la Directiva Marco del Agua
(DMA).
"La lucha contra la contaminación no sólo permitiría aumentar
más la disponibilidad de recursos hídricos que la construcción de
embalses y trasvases, sino que es la única forma de asegurar agua
para las futuras generaciones. Es urgente que la Confederación
cierre todos los pozos ilegales y acabe con los vertidos urbanos e
industriales que amenazan a ríos y acuíferos de la cuenca y ponen
en peligro la salud pública y el medio ambiente", ha declarado Juan
López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.
"Es necesario que los Gobiernos autonómicos dejen de incumplir
la legislación y pongan en marcha un plan general de saneamiento
integral de las aguas residuales. Si se siguen postergando estas
medidas la Cuenca del Guadiana no cumplirá los objetivos de la DMA"
ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de
Greenpeace.
Éstas son algunas de las conclusiones que Greenpeace ha extraído
sobre la Cuenca del Guadiana en su informe "Agua: la calidad de las
aguas en España. Un estudio por cuencas", el primero que analiza la
totalidad de las aguas continentales españolas (ríos, acuíferos,
lagos, humedales, estuarios, rías...).
Greenpeace ha realizado esta investigación para conocer el
estado de las aguas continentales en un momento crucial: la entrada
en vigor de la DMA. El estudio se centra en la calidad de los
recursos hídricos, que será en el futuro la que marcará la
disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad
incluye la contaminación (grado de toxicidad de los diferentes
vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena
salud del ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado
químico de las subterráneas.
La principal conclusión del informe afirma que en el Estado
español sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las
subterráneas están en este momento en condiciones de cumplir en
2015 los objetivos que marca la DMA. Es decir, sólo el 11% de las
aguas superficiales tiene calidad suficiente para mantener su poder
de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella. Y en el
caso de las subterráneas, sólo el 16% mantiene las cualidades
químicas suficientes para que se puedan utilizar en abastecimiento
y riego.
(1) Los humedales juegan un papel esencial en el ciclo
hidrológico, por ejemplo, en el almacenamiento de recursos hídricos
o en la recarga de acuíferos.