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Los vertidos urbanos y las malas prácticas agrícolas provocan que la calidad del agua sea muy deficiente

Greenpeace exige a la Confederación y al Gobierno castellanoleonés que deje de incumplir la ley y elimine los vertidos urbanos a cauce sin depurar

Comunicado de prensa - octubre 25, 2005
Greenpeace califica de muy deficiente el estado del agua en la Cuenca Hidrográfica del Duero en su informe “Agua” presentado hoy en rueda de prensa. De hecho, la propia Confederación Hidrográfica reconoce que tan sólo el 13,88% de sus masas de agua superficiales podrían cumplir los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, DMA. Es decir, que sólo el 13,88% podría tener en 2015 un estado de calidad suficiente como para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella.

 La DMA es la ley europea que rige la política desde el 2004 y tendrá que cumplirse en su totalidad antes del 2015. Esta Directiva trata de recuperar la calidad de las aguas continentales abandonando la política de infraestructuras hidráulicas, que se ha demostrado ineficaz y obsoleta, y adoptando una visión ambientalista del medio hídrico que permita su adecuada protección.

Los principales problemas de la cuenca son:

  • La contaminación de los acuíferos. Las malas prácticas agrícolas y los vertidos de purines han propiciado la contaminación de extensas masas de agua subterránea (con niveles de nitratos superiores a los 50mg/l). 40.000 personas de Ávila y Valladolid se han visto afectadas por este motivo.

  • La contaminación que sufren los ríos. La causa fundamental es el vertido de aguas residuales urbanas. Ciudades como Tordesillas, Arévalo o Almazán no depuran sus aguas.

  • Los vertidos de origen industrial. Por su peligrosidad y toxicidad causan graves efectos sobre el medio ambiente y la salud pública. Las aguas subterráneas de Ávila, Segovia y Valladolid presentan altas concentraciones de arsénico.

  • Las infraestructuras. Los embalses y azudes existentes en la cuenca producen una modificación en el régimen de sedimentación de los cauces, provocan una disminución en el aporte de nutrientes necesarios para el correcto desarrollo de los ecosistemas asociados al medio fluvial y reducen la capacidad de autodepuración y regeneración de los ríos.

  • La introducción de especies acúaticas exóticas. Tiene una incidencia directa en el correcto desarrollo de los ecosistemas asociados(1) al medio fluvial y pone en serio peligro de desaparición diversas especies acuáticas. Las truchas y el cangrejo autóctono están seriamente amenazados por la afanomicosis.

  • La sobreexplotación de agua. La agricultura ha propiciado el aumento de las extracciones de agua de los acuíferos lo que ha tenido una incidencia directa en la desaparición de humedales(2). El acuífero de Los Arenales, el más grande y extenso del Estado, se encuentra sobreexplotado(3).

Si la Condeferación y el Gobierno castellanoleonés no ponen los medios necesarios para paliar esta grave situación y conservar su medio hídrico, la Cuenca del Duero podría incluso tener problemas de disponibilidad de agua por los elevados índices de contaminación y la creciente demanda que se hace de la misma.

"La lucha contra la contaminación no sólo aumenta la disponibilidad de recursos hídricos más que cualquier embalse, sino que es la única forma de asegurar agua para las futuras generaciones. La Confederación tiene que abandonar la construcción del embalse de Castrovido y centrarse en la lucha contra la contaminación. Es muy urgente eliminar los vertidos industriales que ponen en peligro la salud pública y controlar las extracciones de aguas subterráneas", ha asegurado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.

"Por su parte, el Gobierno castellanoleonés debe llevar a cabo un plan general de saneamiento integral de las aguas residuales. Si se siguen postergando estas medidas la Cuenca del Duero no cumplirá los objetivos de la DMA", ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.

Éstas son algunas de las conclusiones que Greenpeace ha extraído sobre la Cuenca del Duero en su informe "Agua: la calidad de las aguas en España. Un estudio por cuencas", el primero que analiza la totalidad de las aguas continentales españolas (ríos, acuíferos, lagos, humedales, estuarios, rías...).

Greenpeace ha realizado esta investigación para conocer el estado de las aguas continentales en un momento crucial: la entrada en vigor de la DMA. El estudio se centra en la calidad de los recursos hídricos, que será en el futuro la que marcará la disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad incluye la contaminación (grado de toxicidad de los diferentes vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena salud del ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado químico de las subterráneas.

La principal conclusión del informe afirma que en el Estado español sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las subterráneas están en este momento en condiciones de cumplir en 2015 los objetivos que marca la DMA. Es decir, sólo el 11% de las aguas superficiales tiene calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella. Y en el caso de las subterráneas, sólo el 16% mantiene las cualidades químicas suficientes para que se puedan utilizar en abastecimiento y riego.




(1) Las especies introducidas compiten por el espacio y el alimento, depredan o se hibridan con la fauna autóctona, introducen parásitos y enfermedades, alteran los procesos ecológicos y reducen la calidad ambiental.

(2) Los humedales juegan un papel esencial en el ciclo hidrológico, por ejemplo, en el almacenamiento de recursos hídricos o en la recarga de acuíferos.

(3) La sobreexplotación consiste en extraer más agua de la que entra en el acuífero. Esto provoca que se sequen ríos, manantiales y pozos que se alimentan de ellos.