Comunicado de prensa - febrero 9, 2007
Greenpeace ha vuelto a ser galardonado este año con el premio World Press Photo. El fotógrafo español Daniel Beltrá ha ganado el segundo premio en la categoría de Temas de Actualidad por una foto que refleja la deforestación del Amazonas debida a las plantaciones de soja para alimentación de ganado, sobre todo europeo.
Imagen de Daniel Beltrá, galardonado con el premio World Press Photo (2007).
Daniel Beltrá ya había quedado tercero en la edición de 2005 en
la categoría de Naturaleza por una imagen de la sequía en el
Amazonas y ganado el Chipp de China (medalla de oro) por la misma
imagen. En estos momentos, el fotógrafo se encuentra en la
Antártida embarcado en el buque Esperanza de Greenpeace que está en
plena campaña contra la caza de ballenas.
Greenpeace desarrolla una campaña contra la plantación de soja
en el Amazonas que está destruyendo enormes extensiones de este
pulmón del planeta para producir piensos con los que se alimentan
animales en Europa y los Estados Unidos. Además, las empresas
propietarias de estas explotaciones son responsables de delitos
como la invasión de territorios indígenas o de modernas formas de
esclavitud.
Empresas españolas como El Pozo, Coren, Casa Tarradellas, Grupo
Sada o Grupo Pascual han evitado contestar a Greenpeace sobre la
procedencia de los piensos con los que alimentan a sus animales. La
organización ecologista ha pedido a todas ellas una revisión de su
política de suministros para desechar la soja procedente del
Amazonas, pero ninguna ha contestado.
"La soja importada con la que se alimentan los pollos, ovejas,
cerdos y vacas en nuestro país puede proceder de la destrucción de
la Amazonia y el sector empresarial implicado está mirando para
otro lado", ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la
Campaña de Bosques de Greenpeace. "El consumidor tiene que saber
que cuando come jamón, pizza, chorizo o pollo podría estar
comiéndose un bocado de selva amazónica".
Tres gigantes agrícolas norteamericanos, Cargill, Bunge y ADM
-que controlan la mayoría del mercado de la soja en Europa- están
destruyendo la selva para plantar la soja que servirá para
alimentar animales en Europa, e incluso algunos han utilizado
trabajo esclavo. Cargill, líder de esta expansión, ha hecho tratos
con hacendados sin escrúpulos que han falsificado títulos de
propiedad y deforestado terrenos públicos o de comunidades
indígenas. El puerto y la planta de Cargill en Santarém desde donde
salen las exportaciones han sido construidos ilegalmente.