Imagen de los incendios que han asolado Galicia durante la primera mitad de agosto (2006)
1989: En los 8.243
incendios declarados en Galicia ardieron 205.392 hectáreas (93.116
ha eran arboladas). Se estimaron unas pérdidas de 15.000 millones
de pesetas. Fueron detenidos 30 incendiarios, pero no se llevó a
cabo ninguna investigación. En los medios de comunicación se acuño
el término "terrorismo incendiario".
1995: En el mes de
abril, entre el jueves y sábado santo, Galicia se vió afectada en
sólo tres días por unos 600 incendios forestales, con un saldo de
2.000 hectáreas quemadas. Fueron detenidos cuatro incendiarios.
Fraga afirmó: "Lo que no se puede evitar es que haya algún
terrorista, unos políticos y otros medioambientalistas, que
aprovechen estas circunstancias".
Ese mismo año, entre el 25 y el 30 de agosto, se registraron más
de un millar de siniestros. El 26 de agosto se contabilizaron 280
focos diferentes. El 29 de agosto, en los alrededores de
Pontevedra, ardían los montes del Salgueiral, Tenorio,
Pontesampaio, Vilar, Marón, Xeve y Castelo en 20 puntos diferentes.
El fuego también afectaba a la comarca de Santiago, O Morrazo (con
incendios en cinco municipios), el Parque Natural de Corrubedo o
Vimianzo y las llamas rodearon O Courel. El 30 de agosto, 350
incendios mantenían en vilo a los servicios de extinción de
Galicia, donde luchaban 4.000 personas. El suministro de energía de
Pontevedra quedó cortado durante varias horas, con cortes en
carreteras y líneas telefónicas. Fueron desalojadas viviendas en A
Coruña y ardieron casas en el Concello de A Merca. El balance, una
vez terminada la ola incendiara, fue de 4.289 focos de fuego y de
49 detenciones. Ese año ardieron 46.669 ha.
La Xunta calificó de "terrorismo incendiario" la profusión de
fuegos en Galicia. El fiscal jefe de Galicia afirmó que "bandas
organizadas de incendiarios han convertido Galicia en una inmensa
hoguera".
2000: Las intensas
lluvias de julio retardaron ese año la ola incendiaria. Las
condiciones metereológicas óptimas se produjeron en la primera
quincena de septiembre. Las províncias de Lugo y Orense fueron las
más afectadas. Diez aldeas de Lugo tuvieron que ser desalojadas el
17 de septiembre por un incendio en Navia de Suarna (Lugo). Galicia
vivió la peor plaga de incendios desde 1995, el fuego había
arrasado hasta septiembre 30.000 hectáreas. Al final del año
habían ardido 45.952 ha.
Los incendios fueron especialmente intensos en los alrededores
de Ourense. A principios de agosto el fuego quemaba montes de Santa
Cruz de Arrabaldo, Quintela, Reza, Velle y Os Peares. El Delegado
Provincial calificó este fenómeno de "incendios de escaparate" y de
estar "planificados por el mismo cerebro".
"En septiembre de 2000 los responsables de la Consellería de
Medio Ambiente señalaron al BNG y a la CIG como los "beneficiarios
del fuego" por "intentar rentabilizar politicamente las
consecuencias que tuvo la insistente acción incendiaria".
Es un clásico atribuir los episodios de olas incendiarias a la
presunta rentabilidad política. Se han acuñado términos como "gente
dispuesta a quemar Galicia", "nuevo terrorismo forestal" "nueva
tipología de incendiarios", "organizaciones incendiarias",
"incendiarios organizados", "organizaciones que intentan
rentabilizar políticamente los incendios", "trama organizada",
"incendiarios de escaparate". Un antiguo informe del ICONA del 93
determinó que diez de los fuegos que se produjeron en Galicia
durante el verano estuvieron provocados por "grupos políticos para
crear malestar social o como forma de protesta".
"Resultaría
peligroso creer la teoría de que las olas incendiaria buscan desgastar
al Gobierno de turno. Si en el año 2000 la sospecha recaía sobre los
partidos en la oposición, ¿sobre quién debe recaer ahora la sospecha?",
ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la camapaña de
bosques de Greenpeace.
"Resulta
cada vez más claro que la política forestal y la política antiincendios
sólo puede abordarse desde el consenso y un pacto político similar a
otros que han dado paz y estabilidad a otros asuntos de la vida política"
ha señalado Soto. "Es
necesario que nadie pueda pensar que el fuego puede desgastar a ningún
gobierno o alcalde. Es vital que todas las energías para poder afrontar
las verdaderas prioridades de la lucha contra incendios".