El barco de Greenpeace, Rainbow Warrior, atracado en el puerto de Sagunto (Valencia).
La organización ecologista ha visitado la zona con el Rainbow Warrior y ha desplegado desde las zodiac pancartas con los lemas “Sondeos No” y “Recuperemos el Mediterráneo”.
Greenpeace rechaza la realización de sondeos de gas frente al Parque Natural de la Albufera
Las exploraciones y sondeos se pretenden realizar en el tramo de
litoral comprendido entre el norte de Valencia y el sur de Gandía.
Entre las zonas que se verán más afectadas se encuentra La Albufera
de Valencia, un espacio natural protegido declarado Parque Natural
por la Generalitat Valenciana, Zona de Especial Protección para las
Aves (ZEPA) según la Directiva Aves (79/409/CEE), incluido en la
Lista de Humedales de Importancia Internacional del Convenio Ramsar
y con hábitats y especies protegidos por la Directiva comunitaria
de Hábitats (92/43/CEE). La Albufera también ha sido declarada Zona
Especialmente Protegida del Mediterráneo (ZEPIM) según el Protocolo
de Ginebra.
Aunque los sondeos todavía no están autorizados por el
Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, la solicitud para
realizar las prospecciones previas a los sondeos se realizó hace
más de un año (BOE de 23 de agosto de 2006) y MedOil espera que le
concedan los permisos para realizar los sondeos de un momento a
otro.
Las labores de investigación sobre la presencia de gas e
hidrocarburos afectaría a una superficie de 238.140 hectáreas
submarinas donde se repartirían tres áreas de explotación:
Albufera, Benifayó y Gandía (cada una de ellas investigaría 79.830
hectáreas). El punto más cercano a la costa se sitúa a unos cinco
kilómetros de la playa de El Saler.
En los últimos 40 años se han realizado medio centenar de
prospecciones petrolíferas en las provincias de Alicante, Castellón
y Valencia sin que en ninguna de ellas se haya conseguido detectar
la presencia de bolsas de hidrocarburos en cantidad y calidad
suficiente para su explotación.
Entre 1998 y 2004, el Ministerio de Industria concedió ocho
permisos para realizar prospecciones en el tramo de costa
comprendido entre Castellón y Tarragona. De los ocho permisos, sólo
dos acabaron en sondeos: el Castor, situado a 21 km de Vinarós,
donde la canadiense Scal-UGS pretende reconvertir un antiguo
yacimiento petrolífero en un almacén de gas natural e instalar un
gaseoducto mar-tierra y el de Fornas, aprobado en 2005, tras
obtener el permiso de la Secretaria General para la Prevención de
la Contaminación y del Cambio Climático del Ministerio de Medio
Ambiente.
Las exploraciones constan de dos fases. Una primera en la que se
determinan las características físicas del fondo marino y se
establece el grado de probabilidad de encontrar crudo o gas para lo
que se recurre a la emisión de ondas acústicas mediante un cañón de
alta presión con un nivel sonoro de 215-230 decibelios (el umbral
de dolor en el ser humano por emisiones sonoras es de 120
decibelios) que además genera lodos y barro por el impacto sísmico
de las ondas, así como la posible liberación de elementos
contaminantes del subsuelo. De igual forma se producen cambios en
el comportamiento de la fauna reduciéndose las capturas de pescado.
En la segunda fase se procede a la perforación para la toma de
muestras. Estas perforaciones son causa frecuentes de accidentes de
contaminación y los restos de hidrocarburos acaban en las
playas.
Los efectos más negativos afectarían a ecosistemas como las
praderas de Posidonia oceanica y a especies de mamíferos marinos,
tortugas y peces que ya se enfrentan a graves problemas debido a la
urbanización masiva de este litoral, la contaminación o la
construcción de infraestructuras portuarias.
Greenpeace ha aprovechado esta visita para recordar que la
Comunidad Valenciana podría ser autosuficiente con energías
renovables (termosolar, solar fotovoltaica, eólica terrestre y
marina) para cubrir toda su demanda de electricidad proyectada para
2050. Además, es la región de la península Ibérica con mayor
potencial para la generación de energía a partir de la energía
eólica marina.
" Los sondeos afectarán muy negativamente a las playas, a
espacios protegidos y a numerosas especies mediterráneas. El
Ministerio de Industria debe denegar los permisos para los sondeos
y apostar por las energías renovables" ha declarado María José
Caballero, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace.