Comunicado de prensa - febrero 19, 2007
Greenpeace pide al Gobierno que confirme urgentemente que la reacción que está sufriendo la carga del barco holandés Ostedijk, es de fermentación y que no se trata de una combustión latente. El pasado sábado el Ostedijk alertó que tenía emanaciones tóxicas de su carga, 6.000 toneladas de fertilizantes NPK. Es importante que se aclare por qué se ha descartado esta opción tan rápidamente y en base a qué datos. Este tipo de combustiones son comunes en lugares donde se almacena fertilizante, como ya ocurrió en la Planta de Fertiberia en Cartagena en enero de 2002. En esta ocasión se tardó más de cuatro días en acabar con la combustión.
Buque holandés "Ostedijk" varado a 6 millas de la costa de Viveiro, en Lugo.
Se debe descartar con máxima urgencia esta posibilidad puesto
que la envergadura del problema y las consecuencias podrían ser
mucho mayores. Además las medidas para acabar con la fermentación
de la carga podrían ser contraproducentes en el caso de que se
tratase de una combustión.
En estos momentos la carga se podría estar quemando muy
lentamente. Las combustiones sin llama o latentes, alcanzan altas
temperaturas (hasta 600-700 º C) y son muy difíciles de apagar. De
ser así, las labores de extinción podrían durar muchas semanas y el
barco podría estar en riesgo, ya que no están preparados para
soportar las altas temperaturas, lo que puede provocar que el barco
se parta y termine hundiéndose. Por otro lado, las emisiones de
gases que se producen durante la combustión podrían ser diferentes
y más peligrosas que las que se producen durante la
fermentación.
"Pedimos que urgentemente se descarte cualquier posibilidad de
que no existe combustión", ha declarado Sara del Río, responsable
de Tóxicos de Greenpeace, "el escenario en este caso puede cambiar
drásticamente, habría que bombear agua sobre la carga y si en dos
días no se extingue, establecer un protocolo para extraer la carga
de forma segura, sin dañar el medio ambiente y la salud
pública".