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Sanidad debe realizar estudios epidemiológicos en el entorno de las centrales nucleares

El Ministerio de Sanidad debe establecer mecanismos de participación pública en estos estudios para garantizar su independencia

Comunicado de prensa - agosto 10, 2004
Ante el creciente volumen de datos que indican la existencia de tasas de incidencia anormalmente altas de diversas enfermedades en el entorno de varias centrales nucleares y otras instalaciones del ciclo nuclear, Greenpeace ha solicitado al Ministerio de Sanidad la realización urgente de nuevos estudios epidemiológicos, exhaustivos y verdaderamente independientes, en el entorno de estas plantas.

Vista de la central nuclear de Trillo

A Greenpeace le consta que en la anterior legislatura ya hubo un principio de acuerdo entre el Ministerio de Sanidad y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para la realización de estudios epidemiológicos en el entorno de las instalaciones nucleares, acuerdo que aparentemente no logró concretarse de forma definitiva.

Greenpeace insta al Ministerio de Sanidad a que ponga en marcha cuanto antes estos estudios epidemiológicos pero asimismo le solicita que se replantee el citado acuerdo con el fin de incorporar en él mecanismos de participación pública, lo que garantizaría en buena medida la necesaria independencia en la realización de dichos estudios.

Además, Greenpeace considera fundamental que estos estudios no estén controlados en exclusiva por el CSN, cuya conocida falta de independencia con respecto a la industria nuclear contribuiría a sembrar dudas sobre los resultados.

Por ello, Greenpeace cree que la realización de estos estudios debe ser liderado por el Ministerio de Sanidad y Consumo y las autoridades sanitarias de las Comunidades Autónomas afectadas, además de permitirse la participación de especialistas independientes a propuesta de las ONG y otros colectivos interesados.

Los datos de los escasos estudios epidemiológicos disponibles hasta el momento reflejan hechos y tendencias muy preocupantes.

Así, en julio del año pasado fue publicado en la revista Occupational & Environmental Medicine un estudio epidemiológico realizado por científicos de la Universidad de Alcalá de Henares y el Hospital de Guadalajara en el cual se concluye que el riesgo de sufrir cáncer se incrementa linealmente con la proximidad a la central nuclear de Trillo y que el riesgo de padecer un tumor es 1,71 veces superior en el entorno más cercano a la central nuclear (en un radio de 10 kms. alrededor de ésta) que en el área incluida en un radio de 30 kms.

En julio de 2001 fue publicado en Environmental Health Perspectives un estudio de la Unidad de Epidemiología del Cáncer del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III que concluyó que existía un incremento de la mortalidad por leucemia en el entorno de las instalaciones de combustible nuclear.

Dos años antes, en 1999, el Instituto de Salud Carlos III concluyó que existía una tasa de incidencia de mieloma múltiple mayor de lo normal en el entorno de la central nuclear de Zorita, en Guadalajara. Este estudio se publicó en el número de octubre de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention. En esta misma zona, ya en 1987 el Insalud concluyó que la tasa de muertes por tumores de tubo digestivo era entre 3 y 4 veces superior que la media del Estado español.

Además de estos datos concluyentes, los estudios de 1999 y 2001 del Instituto de Salud Carlos III detectaron también la existencia de una tasa inesperadamente más alta de cáncer de estómago en personas de ambos sexos en el entorno de la central nuclear de Garoña. Este incremento, ligado a la proximidad a esta instalación, se produjo en el periodo posterior al inicio de actividad de la central nuclear, tras comparar con la situación anterior a su entrada en funcionamiento.

Asimismo, se constató que la mortalidad por cáncer de pulmón mostró un mayor incremento en las áreas en el entorno de 30 kms alrededor de las centrales de Garoña, Zorita y Vandellós-I en comparación con las tendencias nacionales. La misma situación se dio con respecto al cáncer de riñón en La Haba, zona de minería de uranio.

Según estos estudios, Garoña es la central nuclear en cuyo entorno (en un radio de 30 kms) se ha encontrado una tasa más alta de mortalidad por leucemia en la población de 0 a 24 años, en un ratio superior que en las poblaciones control más allá de ese radio. En el entorno de otras centrales nucleares e instalaciones de minería del uranio se ha detectado un exceso de mortalidad por diversos tipos de cáncer.

"El Ministerio de Sanidad debe dar prioridad a la realización independiente, y contando con la participación de las organizaciones sociales interesadas, de una investigación en profundidad de estos hechos, que exponen los peligros ambientales y sanitarios a los que puede estar viéndose sometida la población del entorno de las centrales nucleares debido al funcionamiento de estas instalaciones" -ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace.

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