Activistas de Greenpeace despliegan una pancarta con el mensaje -NAFO: ¡Despierta!- frente al arrastrero islandés Petur Jonsson, en aguas internacionales del Atlántico Noroeste.
"Hemos expuesto la mala gestión, la gravísima situación de los
recursos pesqueros y la destrucción que el arrastre de fondo causa
sobre los ecosistemas del fondo marino", declaró Bunny McDiamird,
de Greenpeace Internacional. "Sólo un 25% de las aguas
internacionales están gestionadas por organizaciones regionales
como NAFO (2), y si éste es el mejor ejemplo de organización
regional de pesca con el que contamos, nuestros océanos tienen un
grave problema".
El MY Esperanza pasó dos semanas en la "nariz" y la "cola" de la
zona de Grand Banks y de Flemish Cap. Greenpeace observó a 20
arrastreros de fondo (3), documentó las actividades de pesca de la
mitad de ellos y subió a bordo de cinco de estos barcos para
explicar la campaña de Greenpeace en favor de una moratoria sobre
la pesca de arrastre en aguas internacionales.
"Sólo hace falta ver las 30 toneladas de aparejo que se lanzan
tres veces al día al fondo marino para entender por qué estas
pesquerías, el hábitat y el futuro de estos recursos están en
peligro", afirmó McDiarmid. "Hemos visto estrellas de mar,
esponjas, anémonas, gallinetas inmaduras y otros peces. Uno de los
capitanes nos comentaba que los mecanismos para reducir las
capturas accesorias no cambian el hecho de que este arte está
diseñado para ser arrastrado por el fondo y, por tanto, es
destructivo con los ecosistemas", añadió.
La grave sobreexplotación de los ecosistemas profundos en aguas
internacionales frente a las costas de Canadá es especialmente
preocupante ya que, al contrario que en la mayoría de aguas
internacionales, aquí existe una organización que tiene la
obligación de regular las pesquerías de arrastre en esta zona. El
informe de Greenpeace "La Organización de Pesca del Atlántico
Noroeste: un estudio sobre cómo las ORPs fracasan con frecuencia en
la gestión de nuestros océanos" muestra cómo NAFO ha fracasado a la
hora de enfrentarse a los impactos de la pesca industrial sobre los
ecosistemas marinos en su conjunto.
En el área NAFO no existen suficientes medidas para acabar con
la pesca ilegal no declarada y no reglamentada. En 2005, la
moratoria (prohibición de la pesca) sobre 4 de las 6 poblaciones de
peces que gestiona NAFO continúa en vigor, debido a que han sido
sobreexplotadas hasta el extremo.
"El informe muestra que después de 25 años de funcionamiento, la
Organización de Pesca del Atlántico Noroeste (NAFO) no ha
conseguido proteger las poblaciones de peces y ha permitido la
destrucción de los ricos ecosistemas marinos que han poblado la
zona durante miles de años", afirmó María José Caballero,
responsable de Océanos a bordo del Esperanza. "NAFO no funciona,
impone escasas multas a aquellos países miembros que incumplen las
normas, hace la vista gorda a muchas infracciones y no ha
conseguido hacer nada con las infracciones cometidas por países que
no son miembros de la Convención", añadió.
El 60% del arrastre de fondo que se lleva a cabo en aguas
internacionales tiene lugar en el Noroeste Atlántico. Los barcos
que faenan con este tipo de aparejo arrastran pesadas redes por el
fondo del mar. Enormes cadenas y rodillos atados al frente de las
redes destruyen todo a su paso, incluyendo los vulnerables bosques
de corales de aguas frías y de esponjas. También capturan gran
cantidad de otras especies, que son arrojadas por la borda, muertas
o moribundas, como desechos.
Notas:
(1) La versión española del informe puede descargarse en
http://www.greenpeace.org/espana/reports/estudio-de-casos-nafo
(2) La Organización de Pesca del Atlántico Norte (NAFO) es una
organización regional encargada de gestionar la pesca en aguas
internacionales frente a las costas de Canadá
(3) De Lituania, España, Estonia, Letonia, Portugal, Japón,
Portugal e Islas Faroe.