Alto a la destrucción pesquera
Greenpeace presenta dos informes a esta reunión, los casos del
pesquero Anuva, de bandera lituana, y del Chang Xing, abanderado de
Belize. Ambos buques, con un amplio historial de pesca pirata,
fueron identificados en las expediciones llevadas a cabo por los
barcos de Greenpeace MV Esperanza y Rainbow Warrior para documentar
la destrucción causada por el arrastre de fondo en aguas
internacionales el año pasado.
El informe documenta cómo el Anuva, perteneciente desde 1993 a
empresas con sede en Vigo, ha cambiado en repetidas ocasiones de
nombre y bandera, pasando por reconocidas banderas de conveniencia
como Panamá, Belize o Sierra Leona. El buque ha sido incluso
declarado "sin bandera" en 1999 por la Organización de Pesca del
Atlántico Nordeste (NEAFC) al no conseguir encontrar este barco en
el registro pesquero de ningún país.
En su historial figuran su identificación como buque que
practicaba actividades ilegales por dos organizaciones regionales
de pesca, en el Atlántico Noroeste (NAFO) y en el Atlántico
Nordeste (NEAFC) o su inclusión en la lista negra noruega de buques
implicados en pesca ilegal.
"El del Anuva es un caso evidente de buque pirata, que cambia
continuamente de bandera y de nombre para evadir las regulaciones
internacionales sobre la pesca. Es un buen ejemplo de hasta qué
punto estas actividades pesqueras en alta mar están todavía lejos
de la autoridad de los Estados y de cómo el control de la actividad
pesquera en aguas internacionales es muy escaso", ha declarado
Sebastián Losada, responsable de Océanos de Greenpeace.
Greenpeace realizó una acción directa contra el Anuva el pasado
mes de noviembre, tras lo cual recibió duras críticas tanto por
parte de los armadores de este buque como de la propia
Administración pesquera española.
"Seguimos sin entender la actitud de la Administración pesquera
española que no ha llevado a cabo ningún tipo de acción contra los
propietarios de este buque. El Plan Nacional de Acción para la
Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada sólo es papel mojado
si en casos de libro como éste la Administración se alinea con los
intereses de la industria en lugar de tomar acciones contra los
responsables de que estos barcos sigan destruyendo el medio
ambiente marino", ha añadido Sebastián Losada.
Greenpeace espera que el ejemplo de las actividades de este
buque invite a los políticos a actuar para prevenir la destrucción
de la biodiversidad en alta mar por otros muchos buque como
éste.
Paralelamente, durante esta semana, el Comité de Pesca de la
FAO, la agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, que se reúne cada dos años, discute en Roma, entre
otros asuntos, medidas para la protección de los ecosistemas de
aguas profundas.
"El documento presentado por la FAO ha dejado clara tanto la
falta de información necesaria para la gestión de las pesquerías en
aguas internacionales como el carácter no regulado de la práctica
totalidad de estas pesquerías. El documento deja también muy claro
la necesidad de tomar medidas urgentes para detener la destrucción
de la biodiversidad en alta mar", añadió Losada.
Greenpeace forma parte de la Coalición para Conservación de las
Profundidades Marinas, una coalición de más de 40 ONG que demandan
la declaración de una moratoria sobre la pesca de arrastre en alta
mar hasta que se sienten las bases biológicas y jurídicas sobre las
que una explotación sostenible de estos recursos podría
asentarse.
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