Portada del informe “La coexistencia sigue siendo imposible-Testimonios de la contaminación” Greenpeace describe algunos casos de contaminación a través de entrevistas directas con los afectados
Sin pretender ofrecer una visión exhaustiva de la situación del
maíz en España, esta nueva colección de testimonios muestra una
realidad evidente: el MON 810 es un grave problema y la situación
que se vive en el único país cuyo Gobierno tolera la presencia de
transgénicos a escala comercial en la UE es desastrosa, no
solamente para el medio ambiente sino también para la economía
rural y agraria.
"La producción ecológica es económica y socialmente rentable,
además de aportar enormes beneficios para la salud. Es la
producción agraria y ganadera del futuro. La única capaz de
garantizar un desarrollo sostenible que una los saberes antiguos y
las nuevas investigaciones puestas en manos de la sociedad. Los
transgénicos impiden ese progreso hacia un mundo mejor", es el
testimonio de un productor ecológico aragonés que ha sufrido
repetidamente la contaminación de sus cosechas por el maíz
insecticida de Monsanto.
Cada vez hay más datos científicos sobre los peligros de los
transgénicos para la salud y para el medio ambiente. Existe un
creciente escepticismo con respecto a los transgénicos en general y
sobre el MON 810 en particular por parte de algunos sectores de la
Comisión Europea y un buen número de estados miembros. De hecho,
por el momento siete países han puesto en marcha moratorias al
cultivo de organismos modificados genéticamente (OMG) debido a los
peligros que conllevan (1). "Sin embargo España, con un Gobierno
supuestamente progresista a la cabeza, sigue liderando esta loca
carrera hacia una agricultura más tóxica y más transgénica", ha
afirmado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de
transgénicos de Greenpeace.
En 2006 Greenpeace presentaba, junto a las organizaciones
Assemblea Pagesa de Catalunya y Plataforma Transgènics Fora, el
informe "La Imposible Coexistencia", en el cual se mostraba, a
través de una amplia investigación, la verdadera situación de los
cultivos transgénicos en España. Analizando las realidades de
Cataluña y Aragón, el texto constituyó un testimonio real sobre la
inviabilidad de la "coexistencia" de la agricultura transgénica con
los modelos sin transgénicos.
Este nuevo informe confirma todo lo que en aquella ocasión se
puso de relieve y describe, basándose en la experiencia del año
2007 en las comunidades de Aragón, Cataluña y Castilla la Mancha,
las repercusiones socioeconómicas y humanas de la presencia de maíz
transgénico en nuestro territorio, mostrando la alarmante reducción
de la superficie de maíz ecológico y las consecuencias directas y
reales que los OMG tienen sobre la población.
Conviene recordar que la contaminación de alimentos no
transgénicos por OMG puede producirse a lo largo de toda la cadena
alimentaria, tal y como demuestran los estudios científicos
realizados al respecto. Si bien este informe describe algunos
ejemplos de productores y elaboradores del sector ecológico, ello
no significa en absoluto que la agricultura y la ganadería
ecológica sean las únicas víctimas de la contaminación genética,
más bien lo contrario: ninguna producción, salvo la ecológica, es
sometida a tantos análisis, estudios y evaluación.
Los alimentos convencionales (no ecológicos) no son analizados a
pesar de que las leyes europeas de etiquetado y trazabilidad
obliguen a ello, pero se sabe que las producciones convencionales
están ampliamente contaminadas por transgénicos. En países como
Estados Unidos, pioneros en el empleo de OMG, el banco de semillas
convencional está ya contaminado en unos porcentajes alarmantemente
altos (2).
La situación de los transgénicos en España sigue siendo
extremadamente preocupante, con una absoluta falta de
transparencia, inexistente trazabilidad, descontrol de los cultivos
experimentales y decenas de nuevas variedades modificadas
genéticamente (MG) aprobadas. El Gobierno español sigue tolerando
el cultivo de un maíz, el MON 810, cuya peligrosidad ha sido
claramente demostrada (3).
En España son ya cuatro las Comunidades que se han declarado
libres de transgénicos (Asturias, Euskadi, Canarias y Baleares),
junto a más de 50 municipios en todo el Estado. "El Ministerio de
Medio Ambiente y Medio Rural y Marino no puede seguir manteniendo
la situación actual. Otros muchos países europeos han tomado
medidas activas para prohibir estos cultivos y proteger la salud de
sus ciudadanos y el medio ambiente", añade Carrasco.
A la vista de la experiencia del año 2007, de las repercusiones
socioeconómicas y humanas de la presencia de maíz transgénico en
nuestro territorio y de la contaminación genética, es
imprescindible que el Gobierno vea esta realidad y actúe en
consecuencia. "La única alternativa es alinearse con los otros
grandes productores de maíz de la UE, reconocer la imposibilidad de
la coexistencia y declarar una moratoria contra el maíz insecticida
de Monsanto", concluye Carrasco.
NOTAS:
(1) Rumanía (primer productor de maíz europeo con 3 millones de
hectáreas) se convirtió recientemente en el séptimo estado miembro
que prohíbe las variedades transgénicas, siguiendo el movimiento de
Francia, Hungría, Italia, Grecia, Austria y Polonia.
(2) Tal y como se concluye, por ejemplo, en un informe realizado
a escala nacional y publicado en 2004, en EEUU más del 50% de las
semillas "convencionales" de maíz y soja, y hasta un 83% de las de
colza, contienen ya información genética procedente de las
variedades transgénicas.
(3) En el mes de enero, a raíz de las nuevas evidencias
científicas y ante la acumulación de incertidumbres tecnológicas y
medio ambientales, el gobierno francés puso en marcha una moratoria
sobre este mismo maíz. El ejecutivo de Sarkozy se acogió para ello
a la "Cláusula de Salvaguardia" de la directiva sobre transgénicos
2001/18, prevista para aquellos casos en que un estado miembro
disponga de datos según los cuales un OMG constituya un riesgo para
la salud o el medio ambiente.