Obras del Puerto Exterior de Ferrol
Hasta el momento, la Unión Europea no ha comprometido ni un sólo
euro de los 265 millones solicitados por el ministerio de Hacienda.
Además existen muchas dudas sobre su eventual concesión ya que hay
factores de peso que juegan en su contra. Por una parte, las
instituciones financieras europeas no son ajenas a los malos datos
del actual puerto de A Coruña, que registra una fuerte caída en sus
beneficios netos desde 1995, lo que hace pensar en la necesidad de
mejorar la gestión del puerto, no de ampliarlo. Por otro lado, la
Unión Europea financia actualmente la primera fase del Puerto
Exterior de O Ferrol a tan sólo 16 kilómetros del proyectado puerto
coruñés, lo que hace absurdo destinar fondos a otro puerto tan
cercano.
"Las empresas que se han presentado a la licitación deben saber
la verdad sobre la financiación. La Autoridad Portuaria está
incumpliendo la Ley y ellas serán las más perjudicadas" ha
declarado María José Caballero, de la Campaña de Océanos de
Greenpeace.
Hay todavía más problemas de financiación para un puerto al que
Greenpeace se opone rotundamente por ser una de las actuaciones
previstas más nocivas de todo el litoral español. El alcalde de A
Coruña, Paco Vázquez, pretende sufragar un tercio de las obras con
una operación de especulación inmobiliaria en terrenos públicos. El
Ayuntamiento quiere privatizar suelo de dominio público para
construir viviendas de precio libre y centros comerciales. Esta
idea tampoco parece gustar a los responsables de otorgar los fondos
europeos. De hecho, en España la nueva Ministra de Fomento,
Magdalena Álvarez, se ha opuesto ya a la operación ideada por
Vázquez y ha pedido que en esos terrenos se construyan viviendas de
protección oficial.
Esta ilegalidad es otra de las muchas irregularidades del Puerto
Exterior de A Coruña que viene denunciando Greenpeace:
Las dificultades técnicas que presenta la obra hicieron que el
proyecto fuera desechado en 2001 por el Ministerio de Fomento. El
ex-ministro Álvarez-Cascos tuvo en su poder los informes del CEDEX
mostrando la inviabilidad del proyecto y probando que,
estadísticamente, se había elegido la peor de todas las ubicaciones
posibles. Sin embargo, tras la catástrofe del Prestige, el
ex-responsable de Fomento "resucitó" el proyecto como "recompensa"
al alcalde de A Coruña, Paco Vázquez.
La Declaración de Impacto Ambiental se hizo antes de conocerse
el proyecto final (que de hecho todavía no es definitivo). Por este
motivo, Greenpeace considera indispensable que el Ministerio de
Medio Ambiente realice una nueva Evaluación del proyecto una vez se
conozca la obra definitiva. Además, el proyecto tampoco ha
incorporado los costes ambientales derivados de la destrucción de
una zona de litoral virgen.
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