En vísperas del Día Forestal Mundial, el próximo día 21 de marzo, Greenpeace denuncia los vínculos del sector transformador de madera en la Unión Europea con la deforestación y la tala ilegal en Brasil. “La demanda de madera tropical como Jatobá, Ipé, Sucupira o Massaranduba está alimentando la destrucción de la Amazonia, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad y al incremento del cambio climático” ha señalado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace.
Imagen de la deforestación sufrida por la selva amazónica en la región de Pará (Brasil)
La deforestación tropical provoca alrededor de una quinta parte
de las emisiones de gases de efecto invernadero totales, una
cantidad mayor que las producidas por el sector mundial de
transporte. Aunque los bosques tropicales cubren sólo el 7% de la
superficie terrestre, almacenan enormes cantidades de carbono, y
este hecho les convierte en un colchón contra el cambio
climático.
Greenpeace publicó el pasado lunes el informe Un futuro para los
bosques (1), que documenta la entrada de madera ilegal amazónica en
Europa. Según estimaciones del Gobierno Federal Brasileño más del
90% de la madera procedente de la Amazonia se extrae de una manera
no sostenible. Se estima que entre el 63-80% de la madera
procedente de la Amazonia es de tala ilegal. Y la explotación
maderera es, de manera generalizada, la primera fase de un proceso
de desmantelamiento de la selva: los caminos abiertos para sacar
la madera son utilizados como vías de colonización y transformación
de lo que queda de selva en pastos para el ganado o cultivos de
soja.
En este informe Greenpeace denuncia que seis compañías madereras
(2) que operan en la Amazonia han sido multadas en numerosas
ocasiones (el caso más grave recibió dos multas de cerca de un
millón de dólares en el 2007), tienen planes de gestión forestal
cancelados, están acusadas de actividades ilegales relacionadas con
su actividad maderera (incumplimiento de leyes, falsificación de
documentos y blanqueo de madera), el robo de tierras y la tala en
tierras públicas y tramitación de madera ilegal procedente de la
deforestación. Algunas de estas compañías han sido incluso acusadas
de estar involucradas en violencia e intimidación, incluyendo
amenazas de muerte y corrupción.
Estas seis empresas vinculadas con la tala ilegal son habituales
proveedoras de madera tropical al mercado español y están asentadas
en el estado brasileño de Pará, de donde procede más del 86% de la
madera tropical importada por el sector español de la madera. En
las pasadas semanas Greenpeace ha podido documentar como madera de
algunas de esas seis empresas ha sido desembarcada en dos puertos
gallegos, el Puerto de Vilagarcía (Pontevedra) y Ferrol (A Coruña).
La madera había sido comprada por empresas gallegas como Maderas
del Noroeste S.A., Maderas Peteiro S.L. y Maderas del Umia S.L.
Como importador de casi la mitad de la madera procedente de la
Amazonia brasileña, la Unión Europea tiene una responsabilidad
especial. Para poder detener la devastación del Amazonas, la UE
debe adoptar una legislación que garantice que toda la madera que
entre en su mercado proceda de fuentes legales y de bosques
controlados. Dicha legislación contribuiría a frenar la
deforestación y a garantizar un uso sostenible y justo de los
recursos forestales en el mundo.
"Si la Unión Europea se toma realmente en serio la lucha contra
la deforestación y la prevención de los efectos del cambio
climático, debe legislar inmediatamente para que se garantice que
todos los productos de origen forestal presentes en el mercado
provengan de fuentes legales y de un buena gestión forestal",
concluye Soto.
El informe "Situación de los bosques del mundo 2007" publicado
por la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) (3) cifra en 13 millones de hectáreas la pérdida anual de
bosques em el mundo (algo más que la cuarta parte de la superficie
de España). El informe también señala que la explotación forestal
ilegal está aumentando y que la disminución constante de bosques
primarios tropicales es motivo de grave preocupación. Brasil fue el
país que perdió más superficie forestal en el periodo 2000-2005
(3,1 millones de hectáreas destruidas). Por último, la FAO advierte
que la desaparición de bosques produce el 18% del dióxido de
carbono liberado anualmente a la atmósfera, incrementando el efecto
invernadero.
Notas:
(1) El informe Un futuro para nuestros bosques
está
(2) Las seis empresas
citadas en el informe son: Madesa- Madeireira Santarém Ltda,
Estância Alecrim, Pena Agro-Florestal Madeireira Ltda, Madeireira
Rancho da Cabocla Ltda, Industrial Madeireira Curuatinga y
Tradelink Madeiras Ltda.
(3) El
informe de la FAO "Situación de los bosques del mundo"