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Greenpeace denuncia los vertidos en la bahía de Cartagena-Escombreras

Buceadores de la organización han desplegado una pancarta junto a uno de los emisarios submarinos en la que se leía “Cartagena Alarma Tóxica”

Comunicado de prensa - julio 20, 2008
Esta mañana buceadores de Greenpeace han comprobado los grandes vólumenes de vertidos tóxicos procedentes de las industrias situadas en la bahía de Cartagena-Escombreras. Los activistas han desplegado una pancarta bajo el agua con el mensaje “Cartagena Alarma Tóxica”, junto a uno de los numerosos emisarios submarinos de la zona encargados de alejar la contaminación de los ojos de los ciudadanos.

Un buzo de Greenpeace muestra una pancarta de denuncia junto a uno de los emisarios subamarinos de la bahía de Cartagena-Escombreras

El grave impacto que generan estos vertidos ha llevado a Naciones Unidas a señalar a Cartagena como "punto negro prioritario de contaminación" y a la Agencia Europea del Medio Ambiente a destacar la bahía de Cartagena y el valle de Escombreras como "Puntos de Alarma" por contaminación. Los emisarios son tuberías subacuáticas que alejan los vertidos de la costa vertiendo directamente al mar.

La contaminación química de la bahía proviene tanto de las actividades portuarias como de su gran complejo industrial. El agua de los puertos de Cartagena y Escombreras y sus sedimentos se encuentran contaminados por altas concentraciones de metales pesados, cuyos límites están muy por encima de los recomendados. El 28,9% del mercurio que se vierte directamente al Mediterráneo en España se hace desde este lugar de la Región de Murcia.

Estos vertidos son especialmente preocupantes ya que se producen próximos a un espacio protegido de la red Natura 2000, como es  la Franja litoral sumergida de la Región de Murcia" un lugar de importancia comunitaria por sus valores marinos.  

"Es imprescindible, por lo tanto, realizar un estricto control de los vertidos industriales en el puerto y tener especial cuidado en las operaciones de dragado para la gestión posterior de esos sedimentos extraídos, que nunca deberían volver al mar", ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace.

Pero los niveles de contaminación y la toxicidad de los vertidos que se están produciendo en el entorno de Cartagena no sólo afectan al medio ambiente. Según los estudios epidemiológicos realizados a escala nacional, los cánceres de pleura, hematológicos (mieloma), laringe y pulmón, en Cartagena son superiores a la media española, lo que parece confirmar que las zonas industriales disparan la incidencia de tumores.

"Algunos estudios demuestran que la contaminación está desplazándose con las corrientes hacia el exterior de la bahía afectando áreas de alto valor ecológico. Con este desarrollo industrial descontrolado, al que se le suma ahora otro tentáculo portuario en El Gorguel estamos hipotecando no sólo nuestro medio ambiente sino nuestra salud. El mar no es un basurero y las administraciones públicas deberían asegurar que no se utiliza como tal", ha concluido Barea.