Activistas de Greenpeace marcan un campo de maíz transgénico experimental con una gigantesca señal de "PROHIBIDO".
Greenpeace demanda hoy en todo el mundo la protección del maíz, señalando cultivos en tres continentes, Europa, Asia y América, con grandes círculos para exigir que no se continúe con la contaminación genética
"Existen evidencias irrefutables(1) de que Gobiernos,
agricultores y consumidores reconocen que los transgénicos no son
fiables, son inviables y directamente peligrosos" ha afirmado
Jeremy Tager, responsable de campaña de Transgénicos de Greenpeace
Internacional. "La reacción del mercado al reciente escándalo del
arroz contaminado por transgénicos ha provocado que algunos países
estén prohibiendo totalmente los cultivos transgénicos. Rumania,
por ejemplo, que en 2005 cultivó cerca de 85.000 hectáreas de soja
modificada genéticamente (MG), este año no cultivará nada, de
acuerdo con la nueva política del Gobierno que ha prohibido el
cultivo de soja MG."
La demostración más significativa del rechazo a los transgénicos
fueron las consecuencias derivadas del escándalo de contaminación
con el arroz LL601 de Bayer. En agosto de 2006, el Gobierno de
EE.UU. anunció que se habían detectado cantidades significativas
del arroz de grano largo contaminadas por una variedad modificada
genéticamente que no estaba autorizada (LL601). La noticia provocó
reacciones encontradas de agricultores y procesadores de arroz, así
como de Gobiernos por todo el mundo:
- Los productores de arroz de California y el mayor
procesador de arroz en ese estado, Sunwest Foods, pidieron que se
prohibieran todos los cultivos de arroz MG (incluyendo los
experimentales) en California.
- Sectores de la industria del arroz, incluyendo Ebro
Puleva, el mayor procesador mundial de arroz, se ha comprometido no
utilizar transgénicos.
- Comerciantes de arroz de dos de los mayores países
exportadores, Tailandia y Vietnam, firmaron un acuerdo donde se han
declarado libres de transgénicos, aprovechando las nuevas
oportunidades de mercado que se han abierto como resultado de la
contaminación de las partidas de arroz de EEUU por el arroz MG de
Bayer.
- El Comité Chino de Bioseguridad una vez más ha exigido
datos y evaluaciones sobre la seguridad del arroz MG, retrasando de
nuevo la decisión sobre su aprobación comercial, aún cuando el
comité deliberó sobre su posible utilización durante más de dos
años.
- La Asociación de Todos los Exportadores de India de Arroz
ha exigido formalmente que el Gobierno de la India prohíba los
cultivos experimentales de arroz MG en todos los estados donde se
cultive arroz basmati. Los agricultores de arroz en India quemaron
los campos experimentales que potencialmente podrían contaminar sus
propios campos.
Rakesh Tikait, portavoz nacional de la Bharathiya Kisan Union
(BKU), una de las mayores organizaciones de agricultores de la
India fue tajante en su condena de los cultivos MG diciendo que "la
amenaza del modo de vida de los agricultores en India es evidente.
Ejemplos del fallo del algodón Bt, que nos llegan de todo el país,
demuestran que esta tecnología no es segura ni para los seres
humanos ni para el medio ambiente, y que no puede ser ni controlada
ni regulada. Consideramos la amenaza bastante seria como para
garantizar la destrucción de los campos experimentales de arroz MG
para parar así su introducción y protegernos."
Agricultores de arroz en California consideran que los
productores de arroz estadounidenses han sufrido una gran quiebra
financiera cuando se detectó la contaminación del arroz por
variedades que no estaban autorizadas. Además, aseguran que sus
clientes no quieren el arroz modificado genéticamente.
El ISAAA puede defender que la ingeniería genética ha sido un
éxito, con incrementos consistentes en la superficie total global.
Sin embargo, la reacción global a la contaminación por el arroz de
Bayer en 2006 ofrece un contraste obvio con la imagen que quieren
presentar. La industria biotecnológica no será capaz de convencer a
los consumidores para consumir arroz MG, trigo, berenjena, o
cualquier otra cosa. Los Gobiernos de los países implicados están
poco dispuestos a permitirlos, los agricultores no quieren
cultivarlos y los consumidores no quieren comprarlos, por lo que
está ampliamente claro que la ingeniería genética no tiene cabida
en el futuro.
"Los datos del ISAAA respecto a España son poco fiables. De
hecho, el pasado año atribuyeron a España el doble de hectáreas
cultivadas de las que ofrece el Ministerio de Agricultura", ha
declarado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace
España. "Incluso los datos ofrecidos por el propio ministerio
carecen de fiabilidad, ya que no existen registros públicos y se
basan en datos de venta de semillas proporcionados por las empresas
y no en las siembras reales", concluyó.