Activistas de Greenpeace protestan de forma pacífica contra la guerra de Irak en Rota, Cádiz
"Las manifestaciones del próximo sábado enviarán un mensaje a
Bush y Blair de que la inmensa mayoría de los españoles quieren que
España abandone la coalición ocupante" -declaró Carlos Bravo,
responsable de la campaña de Desarme de Greenpeace- "Bush y Blair
deben entender que la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles
dice NO a la Guerra".
DOCE MESES DESPUÉS
En febrero de 2003, 30 millones de personas tomaron las calles
para oponerse a la invasión de Irak. "No a la Guerra", "No más
sangre por petróleo" y "Dejad que continúen las inspecciones" eran
algunos de los eslóganes de las pancartas que portaban los
manifestantes.
Sin embargo, hace ahora doce meses, el 20 de marzo de 2003, los
bombardeos comenzaron, las tropas de Estados Unidos y el Reino
Unido perpetraron la invasión de Irak y dieron inicio a otra
trágica etapa en la historia del sufrimiento del pueblo iraquí, que
continua hasta nuestros días.
Doce meses después, resulta evidente que no había armas de
destrucción masiva en Irak, y ha quedado igualmente demostrado que
los Gobiernos de Bush, Blair y Aznar, máximos promotores de la
invasión de Irak, fundamentaron su empeño a base de mentiras,
manipulaciones y presiones.
Ahora, a la luz de los acontecimientos, es cada vez más obvio
que la guerra de Irak fue un auténtico desastre, que ha provocado
gran cantidad de muerte y destrucción, que ha generado un enorme
caos en Irak y ha fomentado el aumento del terrorismo dentro y
fuera de Irak.
Greenpeace se opuso a la guerra, en parte porque ésta es ilegal.
Con su postura sobre Irak, el unilateralismo de los Estados Unidos
ha hecho un gravísimo daño al sistema basado en el multilateralismo
y en el respeto a las normas internacionales, construido, no sin
esfuerzo, en los últimos 60 años, y ha establecido un peligroso
precedente para el futuro de las relaciones entre Estados.
Esa guerra, la de Irak, llevada a cabo por EE.UU. y Reino Unido,
dos de los países más ricos del mundo y que poseen enormes
arsenales de todo tipo de armas de destrucción masiva (AMD), contra
un país del Tercer Mundo (con el pretexto falaz de que éste tenía
AMD) ha sido una forma ineficaz, contraproducente e hipócrita de
tratar de mejorar la seguridad internacional y de evitar la
proliferación de AMD.
La guerra tuvo mucho más que ver con el afán de esos países de
hacerse con el control de los recursos petrolíferos de Irak que con
el deseo de hacer de Oriente Medio un lugar más seguro, y el coste
de todo ello ha sido un sufrimiento humano masivo y la degradación
del medio ambiente.
Tras el comienzo de la guerra, Greenpeace apeló a los gobiernos
miembros de la coalición invasora que renunciasen a la doctrina
Bush de la guerra preventiva y reconsideraran su posición
legal.
Más tarde, Greenpeace envió un equipo a Irak para analizar lo
que las fuerzas ocupantes estaban haciendo con respecto a los
materiales radiactivos iraquíes que habían estado previamente bajo
custodia de Naciones Unidas, y los resultados fueron realmente
deprimentes, dado el descontrol que se había producido a causa de
la desidia y despreocupación de la coalición invasora.
Doce meses después, y con todas las evidencias acumuladas hasta
ahora, Greenpeace ha apelado de nuevo a los miembros de la
coalición ocupante para pedirles que renuncien a la doctrina de la
guerra preventiva y el unilateralismo, y en su lugar, trabajen para
reforzar el sistema de legalidad internacional.
Es cada vez más claro que la verdadera amenaza a la seguridad
mundial proviene de los arsenales de AMD de Estados Unidos, Reino
Unido, Francia, Rusia, China, Israel, India y Pakistán, así como al
fracaso de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas en cumplir con sus obligaciones bajo los tratados
internacionales de desarme. Es más, ahora, la Administración Bush
está amenazando con comenzar una nueva carrera de armamentos
mediante el desarrollo de nuevas y "utilizables" armas
nucleares
Doce meses después, hemos visto el horror de los atentados del
pasado 11 de marzo en Madrid, así como la violencia permanente en
Bagdad, Basora, Gaza, Cisjordania, Bali y Yakarta, Kabul y
Kandahar, etc.
Una gran mayoría de ciudadanos de todo el mundo cree que la
guerra de Irak ha hecho el mundo más peligroso . Que ha sentado un
peligroso precedente. Que continuará teniendo un coste terrible. El
hecho de que estuviera basada en mentiras, es algo que, como
ciudadanos globales, no podemos olvidar y tenemos que hacer a esos
gobiernos responsables de los desastres provocados y de la nefasta
situación creada.
Este sábado, ciudadanos de todo el mundo volverán a manifestarse
contra la guerra