Acción de Greenpeace a la Central Térmica del Forum
Según Greenpeace, la aplicación de los objetivos y medidas del
Plan obligará a revisar la actual planificación energética que nos
llevaba a un aumento incesante de las emisiones de CO2. Ahora la
prioridad deberá estar en las energías renovables y en el uso
eficiente de la energía, claves para sustituir centrales
térmicas.
"El cumplimiento de Kioto obligará a detener la actual avalancha
de centrales térmicas y a sustituirlas por energías renovables" -ha
declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña de
Cambio Climático y Energía de Greenpeace- "Por primera vez, un
Gobierno está dispuesto a asumir que los costes ambientales han de
ser asumidos por quien contamina, no por el conjunto de la
sociedad. Es lo justo, es posible y es necesario".
Uno de los aspectos más importantes del borrador es que reparte
equitativamente los derechos de emisión, sin recargar injustamente
al conjunto de la sociedad con las emisiones producidas por la
industria: cada sector tendrá que contribuir en proporción a lo que
emite. Otros aspectos de la propuesta presentada por el Gobierno
que Greenpeace valora positivamente son:
- Que no se permita la agrupación de instalaciones ("pooling") en
el sector eléctrico.
- La reserva de derechos para instalaciones de cogeneración, como
manera de apoyar esta forma eficiente de producir energía.
Greenpeace cree que se debería reservar incluso más del 50% de los
derechos de los nuevos entrantes energéticos para la
cogeneración.
- El método de subasta para los derechos no reservados a nuevos
entrantes.
- La voluntad de cumplir el calendario para la elaboración del
plan, como marca la Directiva.
Sin embargo, Greenpeace advierte del peligro de confiar
excesivamente en los mecanismos de flexibilidad de Kioto, pues
desincentivan las acciones nacionales de reducción de emisiones y
al final pueden ser inútiles si el Protocolo no entrase en vigor.
Greenpeace valora que se establezca un límite cuantitativo al uso
de los mecanismos, pero cree que ese límite (100 millones de
toneladas en 2008-2012) es muy generoso, por lo que debería
reducirse. Es imprescindible asegurar que los "mecanismos" de Kioto
se usen exclusivamente para proyectos de renovables y eficiencia
energética, en coherencia con los objetivos estratégicos señalados
por el Gobierno español: "No se puede decir que se apuesta por las
energías limpias en España y luego permitir que nuestras empresas
realicen proyectos de energía sucia en otros países y quieran
obtener créditos para Kioto" -añadió José Luis García.
Otro peligro de la propuesta del Gobierno que preocupa a
Greenpeace es la creación de "fondos de carbono", que puede
convertirse en una forma encubierta de subvención a la industria.
No se debe usar dinero público para cubrir las obligaciones de la
empresa privada.
"España puede cumplir con Kioto, si existe voluntad política
para ello. Greenpeace apoyará las medidas que vayan en esa
dirección" -ha añadido el portavoz de Greenpeace.
Greenpeace espera que sus opiniones y propuestas sean
debidamente tenidas en cuenta por el Gobierno, y recuerda que la
participación pública es una obligación de la Directiva para la
elaboración del plan de asignación.
A la hora de repartir los derechos por instalaciones, Greenpeace
defenderá que se haga de la manera más objetiva, a través de
"valores guía" ("benchmarking").
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