Comunicado de prensa - septiembre 6, 2005
La organización ecologista Greenpeace ha denunciado hoy que las conclusiones presentadas ayer por la Agencia de la Energía Atómica (AIEA) sobre una serie de informes científicos de diversos organismos de Naciones Unidas que analizan los impactos del accidente se Chernobil, no se ajustan a los contenidos de dichos informes. Con ello la AIEA pretende dar un nuevo paso en el lavado de imagen de la industria nuclear, revisando ahora el impacto del mayor accidente jamás ocurrido en una central.
Imagen aérea de la central nuclear de Chernóbil
El 26 de abril de 1986 se produjo una explosión en uno de los
reactores de la central nuclear de Chernobil. Como consecuencia una
nube radiactiva recorrió toda Europa dejando tras de sí altos
niveles de contaminación.
"Es lamentable que la AIEA intente minimizar el impacto de la
mayor catástrofe nuclear de la historia. Se trata de un nuevo paso
en la campaña global de promoción de las centrales nucleares a la
que venimos siendo sometidos en los últimos meses, y que tiene
especial incidencia en España para evitar el cierre de centrales
nucleares" ha declarado Juan López de Uralde, Director de
Greenpeace en España.
Algunos ejemplos de la manipulación de la AIEA del conjunto de
informes de varios organismos de Naciones Unidas:
La Organización Mundial de la Salud se refiere a un estudio
sobre 72.000 trabajadores rusos, de los que 212 murieron por la
radiación. Sin embargo, el número total de "liquidadores" se estima
en unos 600.000.
La AIEA reduce la población afectada a 600.000 personas, cuando
se sabe que la radiación se extendió por la mayor parte del
continente europeo, afectando por tanto a un número mucho más
amplio de personas.
La AIEA elimina como impacto cualquier efecto en la salud no
directamente atribuible a la radicación. Sin embargo la propia OMS
alerta de que la reducción de la capacidad defensiva del organismo
como consecuencia de la radiación produce una amplia gama de
efectos sobre ella.
La afirmación de la AIEA de que investigaciones previas que
habían estimado el número de muertes en decenas de miles habían
exagerado los impactos tampoco es correcta, ya que se basan en la
aplicación de modelos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
establecidos por la Comisión para la Protección de la Radiación
(CPR), según los cuales hay una relación lineal entre la dosis de
radiación y el efecto.
Esto significa que una gran masa de población sometida a una
dosis muy baja de radiación puede resultar en un número alto de
víctimas (en el caso de Chernobil, se estima en decenas de miles).
La metodología que pretende aplicar la AIEA es sólo válida para
situaciones muy controladas, lo cual obviamente, no fue el caso de
Chernobil.