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Greenpeace acoge con satisfacción el abandono del trasvase del Ebro

El Gobierno todavía no ha contestado a las demandas de la organización ecologista sobre la alternativa al trasvase

Comunicado de prensa - junio 18, 2004
Greenpeace acoge con gran satisfacción la derogación del trasvase del Ebro que acaba de acordar el Gobierno actual. Sin embargo, quiere hacer constar sus divergencias y preocupación con respecto a las propuestas alternativas presentadas por el Ministerio de Medio Ambiente, ya que más que solucionar el problema del supuesto déficit de agua, proponen una oferta similar a la planteada por el propio trasvase.

Entrega de las Alegaciones contra el Trasvase del Ebro en el Ministerio de Medio Ambiente.

La propuesta alternativa mantiene una oferta de agua muy por encima de la realmente necesaria que consolidaría políticas de crecimiento urbanístico incontrolado (Murcia espera la llegada del agua para construir decenas de campos de golf, 10.000 viviendas y 25.000 nuevas plazas hoteleras, en una operación urbanística de grandes proporciones que acabaría con las últimas zonas vírgenes de la frágil costa murciana).

"Aún estamos a la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente conteste a nuestras demandas y propuestas sobre el plan alternativo al trasvase del Ebro que le remitimos hace dos semanas y que fueron requeridas a las organizaciones ecologistas en la reunión del Consejo Asesor de Medio Ambiente convocada en mayo", ha declarado Juan López de Uralde, Director ejecutivo de Greenpeace España.

El plan alternativo presentado por el Gobierno tiene que evaluar previamente qué medidas se pueden tomar para mejorar el ahorro y la eficiencia en la gestión del agua, antes de apostar por la desalación. La desalación sólo debe usarse para consumo humano y debe analizarse en profundidad el impacto ambiental que ocasiona el vertido de salmuera en el litoral, especialmente en la posible destrucción de las praderas de Posidonia oceanica. Estas instalaciones deben, además, respetar la ley de costas y utilizar energías renovables dada la importante cantidad de energía que requieren.

Una política de ahorro y eficiencia en el uso y gestión de agua pasa por el control de los regadíos ilegales, la mejora de los canales y redes de distribución de agua (que actualmente presentan pérdidas de más del 30% en la cuenca mediterránea), el fomento de la reutilización de aguas residuales para riegos y una política de precios del agua que fomente el ahorro. No es admisible que el agua para consumo humano cueste sólo 20 céntimos menos que la de regadío para campos de golf (un campo de golf consume lo mismo que una población de 9.000 habitantes).

También falta poner en marcha una política de prevención de la contaminación de agua en origen, un problema que está haciendo que desechemos los pocos recursos hídricos de las cuencas mediterráneas. Controlar que se cumpla la legislación sobre residuos urbanos e industriales es imprescindible para mejorar la calidad de las aguas y, por tanto, la cantidad de recursos hídricos disponibles. "El propio Ministerio de Medio Ambiente ha detectado contaminación severa en el 33% de los cursos fluviales españoles. Sabemos que un litro de aguas residuales contamina 8 litros de agua dulce y la contaminación del agua supone la pérdida irreparable del recurso. No podemos seguir permitiéndonos que la industria química contamine nuestros escasos recursos hídricos", ha afirmado Julio Barea, responsable de la Campaña de Aguas.

Por último Greenpeace espera que el Gobierno acelere el cumplimiento de sus compromisos de reformar las confederaciones hidrográficas y de trasponer correctamente la Directiva Marco del Agua. Y exige que el nuevo Ejecutivo abandone para siempre la obsoleta política de construcción de presas y trasvases y apueste por la gestión y el control de la calidad del agua. El agua es un bien escaso y limitado y hoy el consumo medio de agua por habitante y día en España es el tercero más elevado del mundo (de 250 a 300 litros). La solución está en las políticas de gestión racional y de fomento del ahorro.

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