Alto a la destrucción pesquera
"Esta forma miope de ver la gestión
pesquera, que niega radicalmente la grave sobreexplotación de los
ecosistemas marinos que vivimos hoy en día hace imposible resolver este
grave problema. Llevamos más de una década viviendo la misma situación
año tras año, con Gobiernos que vuelven de Bruselas cantando victoria
después de echar por tierra las recomendaciones científicas, y que son
los responsables últimos de la situación actual. Los pescadores de
bajura del Cantábrico pagan ahora los platos rotos de una
Administración que sigue actuando como si no pasara nada",
ha declarado Juan López de Uralde, Director de Greenpeace.
Greenpeace ya denunció el triunfalismo del Gobierno español
cuando en diciembre pasado consiguió echar abajo las
recomendaciones comunitarias para recortar las capturas de anchoa.
Ahora la Administración pesquera no puede seguir negando la aguda
crisis que viven los recursos pesqueros en todo el mundo.
En diciembre del año pasado, la Delegación española que, como
cada año, negoció en el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión
Europea las cuotas de las diferentes especies que se pescan en
aguas comunitarias volvió triunfante a Madrid anunciando que, entre
otras, habían conseguido que la reducción de un 85% de la cuota de
anchoa propuesta por la Comisión Europea, basada en los informes
científicos, se quedara en tan sólo un 9%. En aquel momento, la
Delegación española anunció el gran éxito que esto suponía "para la
defensa de los intereses del sector pesquero".
El pasado mes de diciembre la Comisión Europea propuso al
Consejo de Ministros de la UE una reducción de las cuotas de anchoa
desde las 33.000 toneladas en 2004 hasta tan sólo 5.000, un 85% de
reducción de las capturas, debido al mal estado de las poblaciones
de anchoa. Finalmente el Consejo de Ministros, en buena medida
debido a las fuertes presiones de España, aprobó una cuota de
30.000 toneladas. En ese momento, los propios pescadores del
Cantábrico advirtieron de que la cuota era excesiva y expresaron su
preocupación por el futuro de esta pesquería.
Éste no es tan sólo el caso de la cuota de anchoa. La situación
se repite una y otra vez para otras muchas poblaciones sujetas a
planes de recuperación y para poblaciones sobreexplotadas tanto en
aguas comunitarias como en aguas de terceros países donde se sigue
buscando aumentar las capturas aún cuando las muchas pesquerías
están ya al borde del agotamiento.
Los pescadores de bajura lamentaron también estos días no poder
entrevistarse con los responsables de la Secretaría General de
Pesca por encontrarse éstos en Canadá y Argentina.
"Desgraciadamente la Administración
de Pesca está mucho más preocupada en buscar alternativas y nuevos
caladeros para la flota industrial de altura, por ejemplo para la flota
que faena con artes de arrastre en aguas internacionales, que en
promover una pesca responsable. Greenpeace siempre ha considerado que
es la pesca de bajura que faena con artes selectivos la única
compatible con un sector pesquero sostenible a largo plazo",
ha declarado Sebastián Losada, responsable de Océanos de
Greenpeace.
Greenpeace lamenta que la Administración sólo se vea forzada a
actuar cuando las crisis llega hasta límites que hacen necesarias
medidas drásticas de recuperación.