Agricultor de Bangladesh enseñando su cosecha ecológica.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos,
(COAG), Greenpeace, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra,
UCE Consumidores, CEACCU, CECU, Plataforma Rural, Veterinarios Sin
Fronteras, Xarxa de Consum Solidari, Entre pueblos y "No te comas
el mundo", han presentado hoy en rueda de prensa un manifiesto
conjunto en el que se insta al Gobierno español y a la Unión
Europea a reflexionar sobre el fracaso de su política agraria y a
dar un giro en sus propuestas, orientándolas hacia un marco de
carácter multilateral que respete la soberanía alimentaria de los
pueblos, la sostenibilidad y las necesidades reales de los
profesionales agrarios de todo el mundo.
En estos momentos se está debatiendo una nueva reforma de la
Política Agraria Común, PAC, , (el denominado "chequeo"), en
paralelo a la apertura del debate sobre la PAC a partir de 2013. La
Comisión Europea no asume en este "chequeo" la grave crisis de la
agricultura y la alimentación, evidenciada en la desaparición de
explotaciones del modelo social de agricultura y los altos precios
de los alimentos, y propone profundizar la senda de la
liberalización, evidentemente fallida, de la reforma de 2003. Todo
ello disfrazado de un discurso construido sobre cuestiones
medioambientales, calidad, gestión del territorio, desarrollo
rural, cambio climático y energías, y contradictorio con la
realidad que viven los ciudadanos/as de la Unión.
Las organizaciones firmantes del manifiesto entendemos que es
necesaria una reforma de la PAC con una nueva orientación de las
políticas comunitarias, adaptada al nuevo entorno emergente y
asentada sobre principios firmes y realistas. Esto significa que
Europa debe renovar su apuesta estratégica por la agricultura,
garantizando un abastecimiento alimentario mínimo en el marco de la
soberanía alimentaria y la preservación del medio ambiente y el
medio rural. Los/as agricultores/as tienen que ver reconocida y
valorada su labor, principalmente a través de unos precios justos
para sus productos, lo que hace imprescindible desarrollar
políticas de estabilización y transparencia de los mercados.
Asimismo, la PAC está impulsando un modelo de agricultura
industrial especulativo, concentrando la producción en aquellos
territorios que permiten obtener grandes volúmenes de producción
estandarizada a bajo coste (deslocalización). Normalmente estas
producciones se hacen en régimen de monocultivo, algo que resulta
medioambientalmente insostenible.
Este modelo tiene un gran impacto ambiental y territorial, con
un uso intensivo de recursos naturales y una inadaptación a las
posibilidades del territorio, (transporte de los alimentos de una
punta a otra del planeta, a costa de un gran coste energético,
mientras se abandonan los mercados locales y se condena a la
pobreza a innumerables agricultores/as y campesinos/as). Es
importante condicionar las ayudas de la PAC a las prácticas
ambientales de los agricultores y ganaderos.
En este camino hay que huir de soluciones engañosas como la
utilización de cultivos modificados genéticamente: no resolverán
ninguna crisis medioambiental sino que por si mismos suponen un
riesgo para el medio ambiente, para la seguridad y la salud, además
de incrementar la dependencia de las agroindustrias.
Ante este escenario, necesitamos una nueva política agraria en
Europa que abandone el paradigma de la liberalización comercial,
asumiendo su responsabilidad ante productores y consumidores en la
estabilización de los mercados, defendiendo el interés general de
toda la ciudadanía europea que no coincide con el de los
conglomerados agroexportadores y las grandes distribuidoras y
practicando una solidaridad real con todos los campesinos,
especialmente los de los países del Sur, reconociéndoles el derecho
a producir y desarrollar sus mercados locales.
El Gobierno español, en su ámbito competencial, debe asumir el
carácter estratégico de la agricultura y la alimentación para el
conjunto de la sociedad y, por tanto, desarrollar políticas de
Estado para mantener un modelo social y sostenible de agricultura y
alimentación. Asuntos como la comercialización agroalimentaria, la
fiscalidad, las prioridades estratégicas de producción, la
investigación, los seguros agrarios, el desarrollo rural, el
binomio agricultura-medio ambiente, entre otros, deben ser
abordados plenamente por las administraciones públicas españolas
poniendo la prioridad política en el mantenimiento y promoción del
modelo social de agricultura y alimentación.