Imágenes de activistas de Greenpeace pidiendo el cierre de la Central Nuclear de Almaraz (Cáceres).
El EPR (European Pressurized Reactor), el modelo de reactor que
la multinacional francesa AREVA, de titularidad pública1, está
construyendo en Finlandia, es un clarificador ejemplo de lo caro y
arriesgado que resulta invertir en energía nuclear.
En el 2001, AREVA hizo grandes promesas sobre el proyecto del
reactor EPR de Olkiluoto-3. De acuerdo a estas promesas, el reactor
iba a ser construido en un tiempo récord de 4 años (el tiempo medio
de construcción de los reactores nucleares terminados entre 1995 y
2000 fue de 116 meses, es decir cerca de 10 años). Y se aseguró que
el coste que tendría el reactor de Olkiluoto-3 sería de 2.500 M€, y
que además no se necesitaría recurrir a apoyos estatales ni a
subsidios de ningún tipo. La industria nuclear hablaba entonces del
"renacimiento nuclear": el EPR de Olkiluoto-3 sería su buque
insignia.
Pero la realidad pinta muy diferente en 2008, 7 años después del
lanzamiento público del "renacimiento nuclear". La construcción del
reactor empezó en 2005, y tan sólo 2 años más tarde, en 2007, la
propia AREVA anunciaba oficialmente en su página web que la
terminación del reactor de Olkiluoto-3 se retrasaría por 2 años.
Mientras tanto, el coste de la construcción del reactor se ha ido a
más allá de los 4.000 M€.
A pesar de las declaraciones previas de la industria nuclear de
que el reactor no requeriría apoyos financieros estatales, los
bancos públicos de Suiza y Francia han tenido ya que realizar
fuertes préstamos para la construcción del reactor. Y, por si fuera
poco, lo que agrava aún más la situación, es que se han detectado
ya más de 1.500 defectos de diseño y desviaciones de calidad en el
reactor, que genera grandes preocupaciones sobre la seguridad del
reactor.
Sin duda, el EPR es un gran fiasco económico. El socio de AREVA
en el EPR, la compañía alemana Siemens, reconoció oficialmente el
pasado 17 de marzo que en este último trimestre ha tenido 900 M€
(millones de euros) de costes inesperados en un conjunto de
proyectos. De estos, 600 M€ lo han sido en la División de Energía.
Al respecto, el periódico finés Uusi Suomi hace referencia a
temores, expresados por responsables alemanes de la compañía que no
se identifican, que el grueso de esta cantidad proceda de la
construcción de Olkiluoto-3. En este medio se cita al Director
Ejecutivo (CEO) de Siemens, Peter Löscher, afirmando que en Siemens
están muy descontentos con Olkiluoto-3 pero que no tienen ni idea
de cuánto finalmente costará.
La energía nuclear perdió hace muchos años la batalla de la
competitividad económica en unos mercados energéticos cada vez más
liberalizados. No en vano, vista la experiencia en EE.UU., la
prestigiosa revista Forbes calificó a la energía nuclear como "el
mayor fiasco en la historia económica norteamericana". Así mismo,
el Banco Mundial y otros bancos multilaterales no financian desde
hace tiempo proyectos nucleares, por no ser una opción eficiente en
coste.
En Europa, aparte de Finlandia, sólo Francia está construyendo
actualmente un reactor, en estado aún incipiente. Lituania,
Rumania, Eslovaquia y Bulgaria tienen planeado construir alguna
otra. Por otro lado, Alemania y Suecia tienen programas activos de
abandono de la energía nuclear. Otros 12 países no apostaron por la
nuclear en su mix energético o la abandonaron hace tiempo (como
Italia o Austria). Los demás mantienen una moratoria o han
anunciado la intención de cerrar su parque nuclear. Este último es
el caso de España, si el PSOE y José Luis Rodríguez Zapatero
finalmente cumplen su compromiso y no terminan defraudando a los
ciudadanos.
En efecto, el PSOE ganó las elecciones generales del pasado 9 de
marzo, haciendo uso de una serie de promesas como la de cerrar las
centrales nucleares de forma progresiva y sustituir su aportación
energética por "energías limpias, seguras y menos costosas", como
reza su programa electoral a las Elecciones Generales 20082.
Y lo tiene fácil, si quiere, si hay voluntad política, pues la
viabilidad técnica y económica de un sistema de generación
eléctrica basada al 100% en energías renovables, que nos permitiría
luchar de forma eficaz contra el cambio climático al tiempo que se
abandona la energía nuclear, es un hecho ya comprobado
científicamente.
En efecto, el informe Renovables 100% del Instituto de
Investigaciones Tecnológicas (IIT) de la Universidad Pontificia
Comillas, encargado por Greenpeace, ha demostrado, mediante un
profundo análisis técnico, que existen numerosas combinaciones de
las distintas tecnologías renovables (solar termoeléctrica, eólica
terrestre, eólica marina, biomasa, solar fotovoltaica,
hidroeléctrica, energía de las olas y geotérmica) que permitirían
satisfacer al 100% la demanda eléctrica peninsular, las 24 horas
del día y los 365 días del año, a un coste menor que el de un
sistema basado en las tecnologías convencionales. El estudio ha
tenido en cuenta tanto las limitaciones que surjan en el sistema
como las distintas restricciones en cuanto a disponibilidad de
recursos, ambientales, usos del suelo y acoplamiento temporal
demanda-generación-transporte.
1.- Areva es
mayoritariamente pública, controlada por el Estado francés. Un 78%
de su capital es propiedad del Comisariado de la Energía Atómica,
de titularidad Estatal; EdF, la eléctrica francesa, también con
control Estatal, ostenta el 2,42%.
2.- El Programa
Electoral del PSOE dice: "Mantendremos el compromiso de sustitución
gradual de la energía nuclear por energías seguras, limpias y menos
costosas, cerrando las centrales nucleares de forma ordenada en el
tiempo al final de su vida útil, dando prioridad a la garantía de
seguridad y con el máximo consenso social, potenciando el ahorro
energético y las energías renovables, la generación distribuida y
las redes de transporte y distribución local"