Informe: La situación de las basuras en España
El informe analiza también la evolución de la producción de
residuos por habitante y día, para eliminar el crecimiento derivado
del aumento de población. En este caso observamos que hemos pasado
de generar 1,06 Kg diarios a 1,38g, un aumento del 29,35%. El Plan
Nacional de Residuos 2000-2006 establecía como objetivo reducir los
residuos a la cota de 1996. Los datos oficiales demuestran que la
cantidad de residuos que generamos no sólo no han disminuido, sino
superan en casi el 30% ese objetivo.
Según los datos del Ministerio de Medio Ambiente, la
recuperación de estos residuos (a través del tratamiento de la
materia orgánica y de la recogida selectiva) es del 36,56%. La
realidad es muy distinta. El 89% de los residuos que se derivan a
compostaje (28,14% del total) se rechazan a la entrada de planta y,
por lo tanto, no se recuperan. En España sólo se recuperan el 11,5%
de los residuos. El 88,5% de los residuos urbanos generados acaban
quemados en incineradora o enterrados en vertederos. Además todo lo
que se recoge de forma selectiva no se recicla. Por tanto, no
sabemos qué tanto por ciento de ese 11,5% de residuos recuperados
se aprovechan realmente.
Ante esta realidad, Greenpeace concluye que el actual modelo de
gestión de basuras en España es un fracaso y que no se están
respetando los objetivos que se establecen en los planes, ni en
muchos casos la legislación vigente.
Además, es preocupante el beneficioso negocio que ha surgido
entorno a las basuras y que está bloqueando la resolución del
problema. El caso más evidente es el de la incineración de
residuos, que aún siendo un tratamiento de eliminación y no de
recuperación, resurge como respuesta política al problema de los
residuos en muchos lugares de España, con fuertes subvenciones.
Otro de los negocios lo protagonizan consorcios como Ecoembes que
recaudan el 100% de la tasa que pagamos por los envases cuando sólo
se recuperan a través del contenedor amarillo el 4,2% de los
envases domésticos.
Greenpeace exige que se defina, de cara al Plan Nacional de
Residuos que habrá de entrar en vigor en 2007, un cambio de modelo.
Este nuevo modelo se debe fundamentar en el principio de Residuo
Cero, cuyo objetivo es alcanzar la recuperación de todos los
materiales que se encuentran en las basuras. "Hoy por hoy el único
modelo que reduce el problema de las basuras es el que aplica el
principio de residuo cero y que ya se está aplicando con éxito en
países como Alemania o Suiza. España no puede permitirse seguir
poniendo parches a este grave problema ambiental", ha declarado
Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.
Las medidas que se deben adoptar para alcanzar el objetivo
Residuo Cero pasan por:
- la recogida selectiva de la materia orgánica y su
aprovechamiento
- fortalecer la reutilización, reimplantando, por ejemplo, los
sistemas de depósito, devolución y retorno de los envases
- que los fabricantes se responsabilicen de sus productos durante
todo el ciclo de vida, incluida la gestión de los residuos que
generen
- que se establezcan tasas para todos los residuos que se
desaprovechen (eliminen) que financien políticas de prevención y
producción limpia
Para establecer una buena base de trabajo a largo plazo, debe
asegurarse, además, que existen buenos datos sobre residuos.
Actualmente, es difícil analizar la situación porque el acceso a
los datos es complicado, su fiabilidad es baja (están en la mayoría
de los casos basados en estimaciones), están desactualizados y no
existe homogeneidad entre las diferentes Administraciones y
organismos en la metodología de obtención, con lo que se hace muy
difícil compararlos.
"El fuerte crecimiento de los residuos que generamos y que casi
el 90% de las basuras no se recuperen demuestra que todas las
medidas que se han tomado hasta ahora en España son ineficaces. Si
no cambiamos el modelo de cara al Plan Nacional que entrará en
vigor en 2007, el problema tomará una dimensión para la que será
difícil encontrar una solución", ha asegurado Sara del Río,
responsable de la campaña de tóxicos de Greenpeace.