Con un "NO" espectacular, de 60 metros de diámetro dibujado en un campo de maíz del Estado de México, Greenpeace dice NO a los transgénicos.
Por tercera vez [1], los gobiernos de la UE han bloqueado la
propuesta de la Comisión Europea de forzar a un país de la UE a
aceptar el cultivo de transgénicos en su territorio. En este caso
se trata de un maíz de la transnacional Monsanto, conocido como Mon
810, que ha sido manipulado para producir una toxina; el mismo cuyo
cultivo el Gobierno tolera a gran escala en España.
Conscientes del importante papel que ha jugado el voto de la
ministra de Medio Ambiente española, Cristina Narbona, para obtener
la mayoría cualificada (272 votos), Greenpeace manifiesta su
satisfacción por el voto en apoyo del derecho de Hungría a proteger
su medio ambiente y la salud de sus ciudadanos. "Los ministros han
tomado hoy una valiente decisión para proteger al medio ambiente y
para respetar la opinión mayoritaria de los ciudadanos", ha
afirmado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña contra los
Transgénicos de Greenpeace. "Deseamos que llegue el día en que la
Comisión Europea anteponga también la defensa de los intereses de
los ciudadanos y del medio ambiente a la de los intereses de las
corporaciones agrobiotecnológicas que presionan en Bruselas y en la
Organización Mundial del Comercio", ha añadido.
Las evidencias científicas publicadas por las autoridades
austríacas y húngaras demuestran que el Mon 810 puede tener efectos
peligrosos sobre la flora y la fauna europeas. Los agricultores
convencionales y ecológicos están cada vez más expuestos a la
contaminación producida por los transgénicos, según revela el
informe presentado ayer mismo por las organizaciones Greenpeace y
GeneWatch UK [2], donde se enumeran los casos de contaminación por
transgénicos en el mundo [3]. En el caso de España, Greenpeace
lleva años identificando los problemas de los transgénicos en
nuestro territorio, como puede verse en el informe "La Imposible
Coexistencia" [4].
Greenpeace recuerda que el maíz transgénico rechazado por
Hungría no sólo se cultiva ampliamente en España (53.000 hectáreas
según el Ministerio de Agricultura), sino que además existe una
absoluta falta de control y de seguimiento de sus repercusiones,
así como falta de transparencia y de trazabilidad. Greenpeace, así
como un amplio número de organizaciones ecologistas, agrarias,
sindicales y sociales rechazan los cultivos transgénicos por
suponer un grave riesgo para la salud, el medio ambiente y la
economía, y han solicitado reiteradamente la prohibición de estas
variedades en España dado que no hay coexistencia posible entre los
transgénicos y la agricultura convencional y ecológica.
"Esperamos que la Comisión Europea entienda ahora que a la
tercera va a la vencida y opte por defender los intereses de sus
ciudadanos; en cuanto al Gobierno español, tiene ahora una
oportunidad histórica para prohibir los transgénicos en España pues
los ciudadanos no comprenderían que, habiendo prohibido hoy el Mon
810 en otros Estados de la UE, se autorizase su cultivo en España",
ha añadido Carrasco.
1. En las dos anteriores ocasiones, en junio de 2005 y en
diciembre de 2006, los ministros de Medio Ambiente rechazaron
propuestas idénticas por parte de la Comisión Europea para levantar
las moratorias nacionales sobre el cultivo de determinados
transgénicos.
2. GeneWatch UK es una ONG sin ánimo de lucro que monitorea el
desarrollo de los OMG desde una perspectiva ambiental y
sanitaria.
3.
GM Contamination Report Register (en inglés)
4.
"La imposible coexistencia: Siete años de transgénicos contaminan
el maíz ecológico y el convencional: una aproximación a partir de
los casos de Cataluña y Aragón".