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Empresas como Siro, Gallina Blanca o Gullón garantizan a Greenpeace que no venden transgénicos

Aún quedan empresas que prefieren seguir jugando con la salud de los consumidores y del medio ambiente: Nestlé, Unilever o Hero no han dado las garantías suficientes para figurar en la lista verde

Comunicado de prensa - julio 1, 2008
El éxito de las tres primeras ediciones, la constatación de un cambio en la política de muchas empresas y el evidente rechazo social a los transgénicos llevaron a Greenpeace a presentar el pasado mes de febrero una cuarta edición actualizada de la Guía Roja y Verde de Alimentos Transgénicos, disponible a través de la página web de Greenpeace (1). Esta nueva versión contiene novedades como los resultados de análisis de laboratorio en determinados productos, el seguimiento fotográfico del etiquetado de los productos o nuevas secciones como los alimentos “Dietéticos” o las pastas.

CAMPAÑA DE OBSERVACION Y CONTROL DE TRANSGENICOS EN LOS ALIMENTOS

La organización ecologista ofrece una nueva actualización de este listado. Varias empresas que figuraban en la lista roja han entregado a la organización la documentación necesaria que garantiza que no emplean ingredientes transgénicos en sus productos y por ello pasan a la lista verde. Empresas como Siro (galletas Siro, Rio o Reglero), Gallina Blanca (Avecrem, Sopinstant, El Pavo, etc) o Gullón (Gullón, Diet Nature), que había permanecido en la lista roja bien por no ofrecer los documentos requeridos. En el caso de Gullón, han demostrado que la presencia de transgénicos hallada por la organización ecologista provenía de contaminaciones puntuales e involuntarias, reiterando su política de absoluto rechazo a los Organismos Modificados Genéticamente (OMG).

Sin embargo, a pesar de que la inmensa mayoría de los fabricantes ha decidido abandonar estos peligrosos ingredientes, existen todavía empresas que prefieren no ofrecer las garantías necesarias para pasar a la lista verde. Algunos ejemplos son Nestlé (Nestlé, Numil), Unilever (Knorr, Ligeresa, Tulipán, Flora, Frigo, etc), Pepsico (Matutano, Lay's, Doritos, etc), Hero o Nutrexpa (Nocilla, Cola Cao, etc). "Es vergonzoso que, a pesar del rechazo de los consumidores por los alimentos procedentes de cultivos que suponen un grave riesgo para el medio ambiente, la salud y la economía, algunas empresas sigan sin querer garantizar que no utilizan este tipo de ingredientes" ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña contra los Transgénicos de Greenpeace. "Es perfectamente posible optar por los ingredientes no transgénicos. Mientras empresas como Hipp producen alimentos infantiles libres de transgénicos, es grave que Hero o Nestlé prefieran mantener una sospechosa política de opacidad en lo relativo a las materias primas empleadas", añade.

El Gobierno de España permite que se sigan cultivando unas 75.000 hectáreas de maíz transgénico, las cuales entran masivamente en la cadena alimentaria. Y, a pesar de las declaraciones de los Ministerios de Agricultura y de Ciencia e Innovación, esto se hace sin nigún control ni transparencia. Además permite variedades que se han prohibido en la mayor parte de los estados productores de maíz de la UE por razones sanitarias o ambientales. "El Ejecutivo español sigue situándose en el campo de los que favorecen a las cuatro empresas agrobiotecnológicas que pretenden inundar la cadena alimentaria de alimentos "Frankestein", despreciando la salud de los ciudadanos y la protección del medio ambiente", ha afirmado Carrasco. "En este contexto político, las reacciones de las empresas que deciden estar en la lista verde son un paso fundamental para las ciudadanas y los ciudadanos españoles, quienes disponen ahora de un mayor número de productos que pueden consumir sin temor a estar ingiriendo derivados de cosechas transgénicas".

En recientes declaraciones, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, declaró: "Los transgénicos son seguros. Yo me los comería tranquilamente". Greenpeace reitera que existe un amplio consenso científico que demuestra precisamente lo contrario. Numerosas evidencias describen los impactos sobre la salud reales o potenciales de maíces de Monsanto como el MON 863 (que España importa) o el MON 810 (que España importa y cultiva) o la patata "Amflora" de BASF (2).

Garmendia también ha afirmado: "En el campo de los transgénicos hay suficientes garantías científicas como para poder darle al ciudadano la capacidad para poder elegir". Por una parte, nunca antes habían existido tantas incertidumbres científicas. De hecho, los principales productores de maíz de la UE han prohibido el cultivo de transgénicos debido a los abundantes estudios que prueban los efectos perniciosos sobre el medio ambiente y la salud (3). Por otra, el sistema Europeo de aprobación y seguimiento de transgénicos está más que nunca en entredicho y debe ser revisado (4). Además, es importante recordar que los perjuicios de los OMG no se limitan a los daños sobre la salud sino que se trata de afecciones graves al medio ambiente, a la economía y a la justicia social (5).

Por último, el etiquetado en España es una entelequia. Por una parte no se han desarrollado los mecanismos de trazabilidad que garanticen un correcto etiquetado. Por otra, los derivados animales escapan en la UE a dicho etiquetado, por lo que el 80% de los transgénicos ingresan en la cadena alimentaria sin que los ciudadanos sean conscientes de ello. "Si quiere garantizar que el consumidor pueda elegir, el Gobierno debe poner en marcha un sistema de etiquetado y trazabilidad fiable, que se base en la transparencia y la protección del consumidor", afirma Carrasco.

"Ya no caben dudas sobre los intereses económicos que representa el Ministerio de Ciencia e Innovación. En lugar de defender los intereses de los ciudadanos, se ha decantado claramente por los de las transacionales del sector (a quienes la ministra vinculó su actividad antes de formar parte del Gobierno), poniendo en grave peligro el presente y el futuro de la biodiversidad y de la alimentación", ha añadido Carrasco.

notas

1) http://www.greenpeace.org/espana/campaigns/transgenicos/consumo/gu-a-roja-y-verde

(2) Se trata de una patata que contiene un gen que confiere resistencia a ciertos antibióticos. La OMS, la Agencia Europea del medicamento y el Instituto Pasteur han recomendado la no aprobación de este tipo de transgénicos.

(3)El reciente anuncio de su Gobierno convierte a Rumanía en el séptimo estado miembro que prohibe las variedades transgénicas, siguiendo el movimiento de Francia, Hungría, Italia, Grecia, Austria y Polonia.

(4)Con las moratorias efectivas contra el cultivo de OMG en siete países de la Unión Europea, las repetidas críticas de la Organización Mundial del Comercio por los retrasos en los procesos de autorización y los nuevos datos europeos que expresan la oposición pública a los transgénicos, hay una gran presión sobre la Comisión para reformar la política europea de transgénicos. Recientes llamamientos de los estados miembros han forzado a que la UE revise su sistema e aprobación de transgénicos, basado en la confianza ciega en los datos de la industria.

(5) Greenpeace ha presentado recientemente un documento que recoge una serie de testimonios de productores que han sufrido directa o indirectamente la contaminación por el maíz transgénico de Monsanto, MON 810, durante el año 2007 y cuyas realidades socio-económicas se ven fuertemente agredidas por la presencia de este transgénico en nuestros campos. http://www.greenpeace.org/espana/news/greenpeace-desenmascara-las-co