Imágenes de activistas de Greenpeace pidiendo el cierre de la Central Nuclear de Almaraz (Cáceres).
Ante los problemas que está teniendo ENRESA para ubicar el
cementerio de residuos de alta radiactividad, Rubio propone ahora
construir un reactor nuclear experimental transmutador junto al
hipotético ATC. Esto elevaría aún más la posibilidad de que se
produjera un accidente radiactivo en esas instalaciones, que ya de
por sí serían altamente peligrosas debido a la enorme cantidad de
residuos nucleares que albergarían.
Aunque la industria nuclear lleva décadas hablando de este tipo
de reactores, todos los intentos anteriores de usarlos han
fracasado. Reactores como el Phoenix francés y el Superphoenix han
sido grandes fiascos tecnológicos, económicos y de seguridad. De
hecho han sufrido accidentes tan importantes que contribuyeron a su
clausura definitiva. "Este tipo de reactores se basa en un conjunto
de ideas ya antiguas, que nunca han funcionado", ha declarado,
Miguel Muñiz, portavoz de la plataforma Tanquem les nuclears.
El propio Juan Antonio Rubio protagonizó junto al Nobel italiano
Carlo Rubbia un intento similar en la época en la que estaba en la
Universidad de Zaragoza, a mediados de los 90, (Rubbia está ahora
contratado en el CIEMAT). Su proyecto consistía en construir en
Zaragoza un reactor transmutador conocido como el "Rubbiatrón" o el
"Amplificador de Energía", como le denominaban sus promotores. El
proyecto, denostado por expertos en seguridad nuclear, levantó una
gran oposición social y política en Aragón, a pesar del entusiasta
apoyo recibido por el entonces Presidente del Gobierno aragonés,
Santiago Lanzuela, y finalmente fue retirado.
La transmutación de residuos
La transmutación de residuos nucleares (bombardear residuos
nucleares con partículas subatómicas para transformarlos en
elementos no radiactivos) es una materia de estudio en la que no se
ha avanzado significativamente en las últimas décadas, a pesar del
esfuerzo económico, por lo que aún sigue en un estado de
conocimiento básico.
Aún en el hipotético caso de que la técnica de la trasmutación
llegase a funcionar en un futuro, por el momento no previsible, no
lograría hacer desaparecer del todo los residuos radiactivos, por
lo que el problema permanecería, con distintas dimensiones, y no
evitaría la discusión sobre la necesidad de tener que construir un
cementerio nuclear.
"En materia de residuos radiactivos no hay panaceas ni varitas
mágicas. Hacemos un llamamiento a la responsabilidad de quienes
tratan de confundir a la opinión pública con soluciones mágicas en
materia de residuos radiactivos", ha declarado Carlos Bravo,
responsable de la campaña de energía de Greenpeace.
La industria atómica ha sido incapaz de encontrar en los últimos
50 años una solución al grave problema que supone generar residuos
radiactivos cuya vida activa se cuenta en decenas de miles de años
(un claro ejemplo de su insostenibilidad).
Actualmente no existe ninguna forma de gestión satisfactoria
desde el punto de vista técnico para estos residuos, puesto que
todas las opciones, incluida la transmutación, tienen importantes
problemas por resolver y su resolución está aún en estado de
investigación básica. Hasta dentro de varias décadas no se sabrá si
habrá algún supuesto avance tecnológico al respecto.
Ante esta situación, no es extraño que no haya consenso social
ni político para resolver este problema. Esto explica el fracaso de
los sucesivos planes de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos
(ENRESA) de implantar un cementerio nuclear de residuos de alta
actividad en España, el último el conocido ATC (Almacén Temporal
Centralizado). El consenso pasa por establecer previamente un
calendario de cierre de las centrales nucleares.