Comunicado de prensa - agosto 26, 2006
El Rainbow Warrior, buque insignia de la organización ecologista Greenpeace, se encuentra hoy frente a las costas de Altea, Alicante, para exigir la paralización inmediata de las obras ilegales del puerto deportivo “Luis Campomanes” que lleva a cabo la empresa Marina Greenwich SA para ampliar esta instalación.
Submarinistas de Greenpeace muestran una panacarta contra el puerto Luis Campomanes de Altea (Alicante)
Activistas
de Greenpeace se han lanzado al agua junto a las obras portando una
pancarta en la que puede leerse “NO DESTRUYAS NUESTRO MEDITERRÁNEO”
para denunciar la ilegalidad que está cometiendo esta empresa al
reanudar las obras que ya fueron paralizadas por incumplir los
condicionantes ambientales impuestos tanto por la Dirección General de Puertos y Costas (Consellería de Infraestructuras y Transportes de la Generalitat Valenciana) como por el Ministerio de Medio Ambiente.
El
Rainbow Warrior lleva más de dos meses recorriendo el Mediterráneo con
la campaña “En defensa de nuestro mediterráneo” denunciando las mayores
amenazas que sufre este mar y demandando la creación de una red de
reservas marinas que proteja de forma efectiva sus ecosistemas más
valiosos, tales como la extensa pradera de Posidonia oceanica que sobrevive junto a este puerto deportivo, una especie que goza del máximo nivel de protección a nivel europeo.
“Estamos
ante un ejemplo más de desobediencia, quién sabe si permitida, a las
administraciones ambientales. Es intolerable que Marina Greenwich haya
reanudado las obras ilegalmente y esté destruyendo una excelente
pradera de Posidonia sin que ninguna autoridad lo impida. Las obras
deben ser detenidas inmediatamente” ha declarado María José Caballero, responsable de la campaña de Costas de Greenpeace.
El proyecto de ampliación del Puerto Deportivo Luis Campomanes
fue presentado en el año 2000 con tantos errores y carencias que fue
desestimado. Dos años después fue presentado nuevamente con el apoyo de
la Conselleria de Medio Ambiente de la Comunidad Valenciana
y, finalmente, las obras de ampliación comenzaron en 2005. Este hecho
motivó que Greenpeace, junto con las asociaciones Ecologistas en Acción
y WWF/Adena, presentara una denuncia ante el Tribunal Superior de
Justicia de la Comunidad Valenciana contra la aprobación del proyecto por parte de la Conselleria de Infraestructuras, solicitando además la anulación del mismo y la restauración del medio ambiente alterado. De igual forma, Greenpeace denunció en junio de 2005 al Director General de Costas ante la Fiscalía
de Medio Ambiente de Madrid al constatar que el Ministerio de Medio
Ambiente había permanecido sin actuar a pesar de que las obras de
ampliación se estaban llevando a cabo sin que se hubiesen cumplido las
condiciones ambientales impuestas por dicha administración.
Greenpeace
se une así a la reciente denuncia hecha por Ecologistas en Acción y
WWF/Adena demandando la paralización de las obras y la retirada de la
concesión a Marina Greenwich, así como la retirada de la adscripción
(cesión) del dominio público marítimo-terrestre a la Generalitat Valenciana.
“El
Mediterráneo es una fuente de riqueza ambiental y económica
incalculable que estamos destruyendo de forma acelerada. La ampliación
de este puerto deportivo es un ejemplo de la pasividad con la que las
administraciones que deben defender el medio ambiente permiten
actuaciones agresivas e ilegales en espacios de alto valor natural. No
podemos consentir este incumplimiento de la legalidad”, añadió Caballero.