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El Presidente Congoleño se compromete a poner orden en la industria maderera

No habrá nuevas talas en el corazón verde de África

Comunicado de prensa - octubre 31, 2005
Greenpeace celebra el decreto hecho público esta semana por el presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Joseph Kabila, para la reforma el sector maderero congoleño. El presidente ha confirmado que la moratoria sobre nuevas concesiones de talas se mantendrá hasta que concluya el proceso de revisión de todas las concesiones existentes actualmente y hasta que se definan nuevos criterios para la asignación de concesiones.

Madera procedente de talas ilegales

Las nuevas concesiones de talas en unos 40 millones de hectáreas de selva tropical quedan congeladas hasta que una comisión interministerial, asesorada por un equipo independiente de expertos internacionales, examine la legalidad de las concesiones en vigor. Si esta revisión se desarrolla adecuadamente, Greenpeace espera que gran parte de los 20 millones de hectáreas denunciados por talas irregulares en la RDC, sean devueltas al estado.

    La selva tropical del Congo es la segunda mayor del planeta después de la del Amazonas. Es el hogar de más flora y fauna que cualquier otra selva africana, incluyendo especies como el okapi y el pavo real del Congo, que únicamente habitan en esta selva. Asimismo, sirve de refugio a tres de las cuatro especies de grandes simios: chimpancés, bonobos y gorilas.

    "Esta decisión permitirá respirar con alivio a la selva tropical del Congo mientras las compañías madereras ilegales y corruptas son eliminadas. Las talas ilegales y mal gestionadas, muy extendidas en la región, no sólo diezman la selva tropical, sino que son el origen de muchos conflictos sociales. Además, están llevando a chimpancés y gorilas a la extinción y estimulan el comercio ilegal de carne de simio", afirmó el responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace Internacional, Filip Verbelen.

    Greenpeace ha estado investigando las talas en el Congo y ha descubierto que no contribuyen a un desarrollo sostenible y próspero, como afirma la industria maderera, sino que son generadoras de pobreza, conflictos sociales y destrucción medioambiental.

    "Hasta ahora la industria maderera ha dictado su propia ley, destruyendo la selva tropical para proveer de madera a Europa, Asia y EE.UU. Este decreto es un importante primer paso hacia la gestión forestal responsable y sostenible, pero sólo tendrá éxito en este país, que sale de un conflicto bélico, con ayuda de la comunidad internacional", dijo Verbelen.