Comunicado de prensa - septiembre 14, 2005
El Pleno del Congreso de los Diputados votó ayer, por mayoría, a favor de iniciar la tramitación de la Proposición de Ley de reforma del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) presentada por el grupo parlamentario Izquierda Verde (IV-IU-ICV). Además de Izquierda Verde, votaron a favor de la toma en consideración de la citada Proposición, el grupo parlamentario socialista, el de ERC, el grupo vasco (PNV-EAJ) y Grupo Mixto. CiU y Coalición Canaria se abstuvieron, y el PP votó en contra.
Activistas de Greenpeace elevan un globo aerostático demandando el cierre de la central nuclear de Garoña
Vista de la central nuclear de Almaraz
"Greenpeace felicita al Congreso por su decisión mayoritaria,
que calificamos de trascendental, y confiamos en que el
consiguiente trámite parlamentario de esta Ley sea rápido y
respetuoso con el contenido original de la Proposición de Ley",
declaró Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.
La ley original por la que se creó el CSN (Ley 15/1980, de 22 de
abril, de creación del Consejo de Seguridad Nuclear) ha quedado
desfasada y anticuada, y no está adaptada a la legislación vigente
en materia de participación pública y de transparencia informativa.
La falta de independencia del CSN con respecto a la industria
nuclear y las compañías eléctricas ha quedado de manifiesto en
numerosas ocasiones.
"La Proposición de Ley que ayer tomó en consideración el
Congreso aglutina una serie de cambios de gran calado que, a juicio
de Greenpeace, resultan básicos para lograr que el CSN funcione con
transparencia, de forma participativa para el público y de forma
verdaderamente independiente de la industria nuclear", ha declarado
Carlos Bravo, responsable de la Campaña de Energía Nuclear de
Greenpeace.
El CSN, especialmente como consecuencia del reciente escándalo
provocado por el grave incidente del sistema de refrigeración de la
central nuclear Vandellós-2, se encuentra actualmente en una
situación de descrédito y desprestigio tanto dentro como fuera de
nuestras fronteras. La gestión por parte del CSN de este suceso,
que permitió que Vandellós-2 funcionara siete meses en condiciones
de seguridad degradadas, y que motivó una investigación de la
Ponencia de Seguridad Nuclear del Congreso de los Diputados, tuvo
amplia repercusión en medios de comunicación extranjeros, tanto de
información general como en medios especializados en energía
nuclear (Nucleonics Week e Inside NRC, entre otras).
El funcionamiento oscurantista del CSN y su comportamiento
connivente con la industria nuclear viene de lejos, pero ha
empeorado sustancialmente en los últimos años a causa de la nefasta
gestión realizada por Mª Teresa Estevan Bolea, desde que ésta
accediera a la Presidencia de este Organismo el 18 de julio de
2001.
Estevan Bolea, que ha adoptado decisiones unilateralmente,
incluso en contra del criterio mayoritario del resto de los
Consejeros, y que ha extralimitado sus competencias con relativa
frecuencia, ha actuado de forma negligente en el suceso de
Vandellós-2, llegando a mentir en repetidas ocasiones a los
Diputados que formaban parte de la Ponencia especial que investigó
este suceso. Por estos motivos, Greenpeace ha pedido el cese de Mª
Teresa Estevan Bolea.