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El Gobierno español se ha sumado en Oslo al Tratado contra las bombas de racimo

Países, como Afganistán, que no estaba previsto que firmasen, se están sumando al Tratado

Comunicado de prensa - diciembre 3, 2008
A las 15.30 de la tarde de hoy, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha firmado en Oslo el Tratado internacional que prohíbe las bombas de racimo. A lo largo del día son más de 100 Gobiernos de todo el mundo los que están firmando, entre ellos, muchos de los productores de este armamento, otros que tienen arsenales y algunos que los han usado en el pasado.

Más de 100 países han acudido a Oslo para firmar un Tratado Internacional que prohíba las bombas de racimo

Las organizaciones españolas que formamos parte de la Coalición contra las bombas de racimo (CMC, por sus siglas en inglés) creemos que éste es un momento histórico y queremos felicitar al Gobierno español por haberse sumado al mismo. A lo largo de la mañana habían firmado ya 28 países y se habían sumado algunos que no tenían previsto hacerlo, como Afganistán. 

Representantes al más alto nivel de más de 100 Gobiernos han participado hoy en la Conferencia Diplomática en la que se ha firmado el Tratado que prohíbe la fabricación, uso, venta y almacenamiento de bombas de racimo. Junto a ellos, más de 250 personas de 70 países, pertenecientes a las numerosas organizaciones que forman parte de la CMC, han estado en Oslo para ser testigos de este acontecimiento y felicitar a aquellos países que han decidido sumarse a este proceso.

Por parte de España, en estos días se han producido dos sucesos importantes. El martes la ministra de Defensa, Carme Chacón, anunciaba que España destruirá todo su arsenal de bombas de racimo en un plazo de siete meses. Y hoy, el ministro de Exteriores ha estado en Oslo para firmar el Tratado contra las bombas de racimo.

La Fundació per la Pau, Greenpeace, Justicia i Pau y el Moviment per la Pau felicitamos al Gobierno español por dar este paso y sumarse de forma activa a la prohibición de este armamento. Creemos que la mejor forma de mostrar un compromiso por la paz es renunciar a tipos de armamento con impactos indiscriminados en las poblaciones civiles. La firma del Tratado puede ser considerada un acontecimiento histórico. En realidad, es el paso más importante que ha dado la comunidad internacional en una década en materia humanitaria y de desarme.

El Proceso de Oslo comenzó hace sólo 18 meses y en este escaso plazo de tiempo se ha logrado un Tratado. Además, se trata de un buen texto que contiene la inmensa mayoría de las peticiones de la sociedad civil. El papel de liderazgo de algunos Gobiernos, especialmente Noruega, ha sido clave, pero ello no hubiera sido posible sin una sociedad global comprometida que, en todo el mundo, apoyó y alentó el proceso. El Tratado firmado hoy muestra que el cambio es posible.

Durante los días previos a la Conferencia, la actividad de la sociedad civil ha sido muy intensa. Hoy, en el exterior del City Hall de Oslo, y mientras se desarrollaba la ceremonia, ha habido numerosas actividades dedicadas a sensibilizar sobre las bombas de racimo y el peligro que representan. Entre otras, un equipo de desminado mostraba al público las técnicas para retirar o destruir restos explosivos y los peligros que esto representa. Allí estaba también el autobús de la prohibición, con los activistas que han recorrido más de 10.000 kilómetros por toda Europa para reclamar la prohibición de este armamento. A partir de las 17.00h un concierto ponía la celebración final.

ANEXO PARA EDITORES. EL CONTENIDO DEL TRATADO Es un texto sin excepciones, que prohíbe todos los tipos de bombas de racimo. No tendrá retrasos pues, a pesar de los intentos de varios países de retener durante un tiempo sus arsenales, no se han aceptado periodos de transición. Entrará en vigor en cuanto 30 países lo hayan firmado y ratificado. Esto puede suceder muy pronto. Todas las bombas de racimo que se han usado en Vietnam, Laos o Camboya; Kosovo, Afganistán, Irak o Líbano, quedarán prohibidas, al igual que todas las demás. Otro punto fuerte del Tratado es el elevado nivel de detalle con que se definen los apartados de cooperación internacional y de asistencia a las víctimas. Estos eran los puntos débiles del Tratado de Ottawa sobre minas antipersonales y ahora han quedado resueltos, lo que sienta un precedente importante de cara a otros futuros tratados sobre armas convencionales. Finalmente, pese a que existe la posibilidad de hacer uso de bombas de racimo en las operaciones militares conjuntas entre estados que hayan ratificado el Tratado y aquellos que no lo hayan hecho, estas opciones podrán minimizarse si la sociedad civil continua mostrándose tan vigilante y activa como hasta la fecha.