Comunicado de prensa - octubre 10, 2005
Greenpeace lamenta que el Gobierno español haya cedido a las presiones de la industria química y vaya a apoyar una legislación REACH que no proteje la salud pública y el medio ambiente de la contaminación química.
Acción de Greenpeace frente al Ministerio de industria pidiendo a Montilla que apueste por una industria química segura
El Ministerio de Industria ha hecho público estos días un
documento de posicionamiento sobre la futura legislación sobre
químicos REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias
Químicas). La reforma legal REACH es posiblemente uno de los textos
legales de mayor envergadura e importancia de los últimos años en
la Unión Europea. Aunque lleva años en discusión, este documento de
quince páginas es el primero en el que el Gobierno español da su
opinión.
Después de fracasar en su intento de controlar la presencia y
dispersión generalizada de tóxicos peligrosos en nuestro entorno
(incluso en los productos de consumo diario), la UE decidió
desarrollar una legislación que protegiese a la ciudadanía y al
medio ambiente de la crisis química que vivimos. Esta crisis está
provocando serios problemas en el medio ambiente y en la salud, ya
que estamos expuestos constantemente a estas sustancias y nuestros
propios cuerpos están contaminados. Esto ha provocado un incremento
de la incidencia de ciertas enfermedades relacionadas con el
sistema inmunológico y reproductor (cánceres, asma,
alergias...).
En España, el liderazgo del Ministerio de Industria en el Grupo
Interministerial sobre REACH está imposibilitando que el Gobierno
apoye un reglamento de químicos respetuoso con la salud y el medio
ambiente.
Es una lástima que la postura del Gobierno español apueste por
mantener el status quo en lugar de evolucionar hacia una industria
química segura. El Gobierno, con estas propuestas, está poniendo
los intereses de la industria química por delante de su
responsabilidad de proteger la salud pública y el medio ambiente",
afimó Sara del Río, responsable de la campaña de tóxicos de
Greenpeace. "Esto es muy difícil de entender cuando REACH es
probablemente la legislación europea para la que se han hecho más
análisis de impacto económico y la propia Unión Europea considera
esta legislación como un incentivo a la innovación", añadió.
El Gobierno español, en su texto de posicionamiento,
propone:
Debilitar el principio de sustitución, que obligaría a sustituir
las sustancias peligrosas (clasificadas como "extremadamente
preocupantes") por alternativas más seguras siempre que fuera
posible:
- Es confuso que el Gobierno español considere que , "como
principio general, las sustancias más peligrosas deben ser
sustituidas por otras alternativas que entrañen menos riesgos" y
que no considere "que deba exigirse de forma sistemática la
presentación de planes alternativos de sustitución". El interés que
dice mostrar el Gobierno por la sustitución no puede ser real
mientras no exija que se convierta en requisito legal cuando exista
una alternativa disponible. Sólo si se hace como imperativo legal
se evitará que la industria utilice sustancias cancerígenas,
mutagénicas, tóxicas para la reproducción e incluso disruptores
endocrinos.
Eximir a la industria de obligaciones legales convirtiéndolas en
acuerdos voluntarios en casos tan importantes como:
- El Deber de Diligencia plantea que las empresas tienen
responsabilidad sobre las sustancias que no se registren en REACH
(las que tienen producciones inferiores a una tonelada). El
Gobierno español propone que este deber no sea un imperativo
legal.
- La propuesta OSOR ("One Substance One Registration") simplifica
el sistema de registro, mejora la información sobre estas
sustancias y el acceso a ella y reduce en un 24% el coste de
implementación de REACH. El Gobierno español propone que se creen
exenciones a su cumplimiento obligatorio.
- El sistema de Garantía de Calidad obliga a que un organismo
independiente revise los datos aportados por la industria sobre las
sustancias químicas. El Gobierno español cree que esta
certificación debe ser voluntaria y no obligatoria.
El Ministerio de Industria expondrá mañana la postura española
en el Consejo de Competitividad de la UE.