Los líderes del G20 tienen una oportunidad extraordinaria para solucionar al mismo tiempo las crisis económica y climática haciendo que sus economías se hagan más sostenibles.
Las naciones ricas del G20 tienen que comprometerse a invertir,
al menos, el 1% de su PIB en políticas "verdes", y los demás países
del grupo deben hacer todo lo que puedan para evitar el modelo de
desarrollo sucio basado en los combustibles fósiles y saltar a un
futuro de energías renovables.
"Los líderes del G20 representan tres cuartas partes del PIB
global; tres cuartas partes del consumo de energía y la misma
proporción de las emisiones de CO2. Hasta ahora, parece que no se
han dado cuenta de que la continuidad de su prosperidad no está en
conflicto con preservar el medio ambiente, sino que depende de
ello. A largo plazo, no nos enfrentamos a una elección entre
empleos verdes o empleos sucios, sino entre empleos verdes o
colapso ecológico y social. Hasta que el cambio climático no esté a
en el encabezamiento del comunicado del G20 y en el centro de su
pensamiento, el comportamiento de los gobiernos no es sólo
científicamente analfabeto, sino económicamente analfabeto," ha
declarado John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace en el Reino
Unido.
La ciencia muestra el cambio climático se está acelerando y hay
un fuerte vínculo entre la supervivencia económica y climática del
planeta. Una crisis a gran escala del clima eleva las posibilidades
de sufrir migraciones masivas, hambrunas y extinciones
generalizadas de especies, además, haría permanente la pobreza en
el mundo en vías de desarrollo y estrangulará el crecimiento en el
ya desarrollado.
Las decisiones que tomen los líderes del G20 afectarán a los 172
países no representados en esta reunión, muchos de los cuales son
los más pobres y vulnerables a la crisis económica y al cambio
climático.
El costo probable de los impactos del cambio climático llega
hasta un 20% de la producción mundial, más que la Gran Depresión y
ambas Guerras mundiales juntas, además de las muertes humanas y las
extinciones de especies, según Lord Nicholas Stern, que fuera
economista principal del Banco Mundial (1).
Afrontar el cambio climático y canalizar las inversiones hacia
tecnologías limpias costaría mucho menos, sólo un 1 ó 2% de PIB
mundial, cifra apoyada por el Programa de Medio Ambiente de
Naciones Unidas en su informe 'Un Nuevo Acuerdo Verde Mundial'
(2).
Esta inversión se necesita urgentemente para estimular la
economía mientras se reducen emisiones, lo que apoyará los
esfuerzos de alcanzar un acuerdo mundial fuerte y efectivo por el
clima en Copenhague en diciembre ,un recordatorio crucial ya que la
primera ronda de conversaciones sobre clima ha empezado en Bonn
esta semana (3).
Greenpeace pide al G20:
- A los miembros ricos del G20, incluyendo a EEUU y la UE,
comprometer por lo menos el 1% de su PIB al hacer ecológicamente
sostenibles sus economías y acabar con las subvenciones y otros
estímulos económicos que contribuyen al cambio climático.
- Al resto del G20, hacer todo lo que puedan para evitar el
modelo de desarrollo sucio basado en los combustibles fósiles y
saltar a un futuro de energía renovable.
- A todos los países del G20, asegurar que otras medidas de
estímulo no anulen las acciones necesarias para asegurar un futuro
verde y sostenible de energía.
Notas:
(1) Lord Nicholas Stern en 'The Stern Review: La economía del
cambio climático', la revisión más amplia llevada a cabo sobre la
materia. Ver http://www.hm-treasury.gov.uk/sternreview_index.htm
(2) Ver http://www.unep.org/greeneconomy/docs/GGND_Final%20Report.pdf
(3) Si se ha de evitar un cambio catastrófico del clima, los
líderes en Copenhague deben acordar que los países desarrollados,
como grupo, necesitan reducir sus emisiones en un 40% para 2020.
Los países en desarrollo también deben tomar acciones ambiciosas.
Las emisiones globales no sólo deben alcanzar un máximo para 2015,
sino que necesitan reducirse hasta lo más cerca de cero como sea
posible para mitad de siglo. Para hacer esto, junto con terminar
con la deforestación y adaptarse a los impactos ya inevitables del
cambio climático, los países en desarrollo necesitarán apoyo
financiero del mundo desarrollado. Esta cifra necesita estar en el
rango de 110 mil millones de euros al año.
Las conversaciones de la ONU en Bonn transcurren del 29 marzo al
9 de abril. Son las primeras de al menos tres sesiones cruciales de
negociaciones que van a tener lugar a lo largo de este año. Las
otras serán en junio (Bonn) y septiembre (Bangkok), pero se pueden
planificar sesiones extra si los negociadores no hacen suficientes
progresos.