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El CSN no está siguiendo criterios científicos para analizar el impacto radiológico del escape de Ascó

Greenpeace sospecha que el Consejo de Seguridad Nuclear está ocultando información relevante sobre el escape radiactivo

Comunicado de prensa - mayo 6, 2008
El CSN debe aportar un inventario detallado con los valores de radiactividad de cada una de las partículas detectadas y aclarar el protocolo que se sigue para los exámenes radiológicos al público. Hoy en rueda de prensa, el radiobiólogo y toxicólogo Eduard Rodríguez Farré (1) ha realizado un análisis de la actuación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en la valoración del impacto radiológico sobre la población de la fuga radiactiva de partículas de Cobalto 60 (Co-60) producida en la central nuclear de Ascó el pasado 29 de noviembre.

Central nuclear de Ascó, Tarragona

El profesor Rodríguez Farré ha hecho hincapié en tres aspectos:  la indefinición del término "partículas radiactivas", constantemente utilizado por el CSN, el nivel de detección de los instrumentos de control de dosis de radiación en las personas potencialmente afectadas y el tiempo de residencia del Co-60 en el cuerpo humano.

En primer lugar, el profesor Rodriguez Farré ha aclarado que es importante conocer el tamaño de las partículas de Co-60 liberadas en el escape, tanto por el nivel de radiactividad que emiten (importante también de cara a la irradiación externa) como por sus efectos en caso de penetrar en el organismo (irradiación interna).

Ello es debido a que, como recoge la literatura científica, las partículas de menos de algunas micras (milésimás de milimétro) de diámetro pueden pasar al torrente circulatorio a través del pulmón, e incorporarse a otros órganos, especialmente en el hígado, donde se acumula y tiene un tiempo de residencia biológica de entre una y tres semanas (un promedio de 15 días). Partículas mayores quedarían retenidas en el tracto respiratorio y en el pulmón, que es muy sensible a la radiación.  Por ello, es imprescindible que el CSN publique un inventario detallado de las partículas radiactivas (tamaño, composición isotópica, nivel de radiactividad y lugar de su hallazgo).

En segundo lugar, el profesor Rodríguez Farré ha indicado que el CSN no ha hecho pública información precisa sobre la metodología aplicada en las mediciones radiológicas a las que ha sometido o se propone someter a la población expuesta al escape. Para que se conozca la validez del procedimiento empleado por el CSN, éste debe aclarar los criterios que aplica: el tipo de detector utilizado, el grado de sensibilidad que aplica (que es muy superior para los trabajadores de instalaciones nucleares que para el público en general), el tipo de radiación medida, el tiempo de medición, la reiteración de las pruebas...). Es necesario saber si a los no trabajadores (por ejemplo, a los escolares que visitaron la central tras el escape, a los proveedores y a los vecinos de los pueblos del entorno) se les ha aplicado los mismos criterios que a los trabajadores, que legalmente pueden recibir entre 20 y 100 veces más dosis de radiación que el público.

En tercer lugar, Rodríguez Farré ha recordado que, dado que el tiempo de residencia biológica de la mayor parte del Co- 60  en el cuerpo humano es de 1 a 3 semanas, un resultado negativo en las pruebas de detección de radiactividad realizadas recientemente no permite descartar que las personas  examinadas hubieran quedado irradiadas anteriormente y su cuerpo hubiera eliminado ya las partículas radiactivas que hubiesen podido incorporar. Este es un riesgo que, lamentablemente, no cabe descartar, ya que el escape radiactivo de Ascó se produjo el 29 de noviembre, 4 meses antes de que Greenpeace alertara sobre él a la opinión pública y el CSN se viera obligado a iniciar las pruebas. En el caso de que una persona hubiera incorporado meses atrás una partícula de Co-60 y ya la hubiera expulsado, no significa que mientras la alojó en su cuerpo éste no quedara irradiado - con el riesgo de que la persona afectada sufra enfermedades en el largo plazo. Además, el Co-60, una vez reliberado, sigue siendo radiactivo durante más de cincuenta años, y por lo tanto sigue constituyendo un peligro para la salud y el medio ambiente.

A la luz de la opinión científica del Profesor Rodríguez Farré, y transcurrido ya más de un mes desde que el escape trascendiera a la opinión pública, Greenpeace ha reiterado que persisten muchas dudas sobre la causa real del suceso, su detección por los propietarios de la central, cómo se enteró el CSN y sobre la actuación de este organismo regulador en el análisis del impacto radiológico del suceso. De hecho, algunos aspectos son inverosímiles: ¿cómo podría un operario verter 50 litros de agua de un bidón a prueba de radiactividad, por tanto muy pesado, por sí solo en la piscina del combustible?  

Igualmente, Greenpeace considera que el CSN no está dando toda la información disponible sobre la radiactividad liberada ni sobre las partículas que, según trabajadores de Ascó han informado a la organización ecologista, siguen encontrándose. Debido a esta falta de información, Greenpeace ha dirigido al CSN una nueva ampliación de solicitud de información que ya requirió al organismo regulador acerca del incidente (2).

Greenpeace realizó una primera solicitud de información el 14 de abril, que amplió el 21 de abril, y a la que todavía no ha recibido respuesta. Además, la entidad ecologista espera el informe oficial de los expertos de la Comisión Europea que visitaron Ascó  tras su denuncia de los hechos, basada en los artículos 35, 36 y 37 del Tratado de Euratom. "Ha pasado un mes desde que se produjo el escape y el CSN sigue maneniendo a los ciudadanos a oscuras sobre lo ocurrido realmente y sus implicaciones" - ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace, que ha reclamado que la Presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, Carmen Martínez Ten, comparezca urgentemente ante el Congreso de los Diputados para esclarecer totalmente lo ocurrido.

(1)Eduard Rodríguez Farré es radiobiólogo y toxicólogo, profesor de investigación del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, miembro de la Red de Salud Ambiental del Instituto de Salud Carlos III, del Ministerio de Sanidad, y vocal del Comité Consultivo Sobre la Realización de Estudios Epidemiológicos en el Entorno de Centrales Nucleares que está realizando conjuntamente este Instituto y el Consejo de Seguridad Nuclear.

(2) La ampliación de solicitud de información requerida por Greenpeace al CSN se encuentra en  disponible en www.greenpeace.es