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El CSN no debe autorizar el arranque de Vandellós-2 mientras incumpla el plan de actuación

Greenpeace insta al CSN a hacer público el grado de cumplimiento de las acciones exigidas tras el suceso de corrosión del Sistema de Agua de Servicios Esenciales

Comunicado de prensa - agosto 9, 2005
Greenpeace ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que no autorice el arranque de la central nuclear Vandellós-2 (Tarragona) mientras ésta incumpla el Plan de Actuación en relación al problema de corrosión del Sistema de Agua de Servicios Esenciales y demás requerimientos adicionales establecidos por el pleno del CSN en su reunión del 17 de marzo de 2005.

Vista de la central nuclear de Vandellos-II

Por la información de que dispone Greenpeace, las compañías propietarias de Vandellós-2 (Endesa e Iberdrola) están presionando al CSN para que permita el arranque de la central, que se encuentra en situación de parada desde el pasado mes de marzo. Sin embargo, Vandellós-2 no ha cumplido íntegramente la serie de medidas y actuaciones impuestas por el CSN el pasado 17 de marzo en relación al citado problema de corrosión (y que dieron lugar a que la central sufriera el  incidente del 25 de agosto de 2004, el más grave de todos los ocurridos en España después del de Vandellós-1, según el propio CSN).

Para asegurar que el CSN no se rinde a esas presiones, Greenpeace considera indispensable que el Consejo haga público de forma inmediata el grado de cumplimiento de todas y cada una de las acciones previstas en el Plan de Actuación para corregir las deficiencias que reveló el incidente del 25 de agosto de 2004 y de las condiciones fijadas por el Pleno del CSN en su reunión del día 17 de marzo antes de dar su apreciación favorable previa al arranque.

"Esperamos que la llegada del período estival, y con ello la relajación de la presión pública, no dé lugar a que el CSN relaje también las exigencias de seguridad y no asegure el cumplimiento completo, estricto y riguroso de todas y cada una de las medidas anteriormente exigidas a la central", declaró Carlos Bravo, responsable del Área de Energía de Greenpeace.

Greenpeace considera, además, que esta información es esencial para que el público afectado pueda ejercitar los derechos constitucionales y de otra índole que le asisten y evitar que, como ha ocurrido en otros casos en el pasado, se produzca una nueva situación de indefensión.

El CSN, en su reunión del 17 de marzo de 2005 (ver comunicado de prensa del CSN, de esa fecha), impuso a la central nuclear Vandellós-2 el cumplimiento de una serie de medidas en relación con el Sistema de Agua de Servicios Esenciales y otra serie de requerimientos adicionales relativos a:

Acciones adicionales y modificaciones de diseño para garantizar la integridad estructural y funcionalidad del Sistema de Agua de Servicios Esenciales.

Revisión de sistemas importantes para la central, susceptibles al mismo mecanismo de degradación, para asegurar que su operatividad no está comprometida por este fenómeno.

Acciones para la corrección de las deficiencias de gestión organizativa y de gestión de la seguridad.

Acciones para corregir deficiencias concretas detectadas en otras inspecciones, en relación con la efectividad del mantenimiento y cumplimiento de requerimientos específicos establecidos en la documentación de referencia.

Asimismo, el CSN acordó que, antes de proceder al arranque de la central, el titular deberá disponer de una apreciación favorable del Consejo basada en la evaluación del desarrollo del Plan de Actuación remitido y de las acciones establecidas por el CSN y remitidas a la planta.

Desde sus primeras denuncias, el pasado mes de febrero, sobre la importancia de la corrosión del Sistema de Agua de Servicios Esenciales de Vandellós-2, Greenpeace se ha dirigido al CSN en varias ocasiones reclamando una total transparencia en la investigación de las causas que provocaron este lamentable incidente y en el seguimiento de las medidas tomadas para corregir las deficiencias detectadas en los sistemas y en la organización de la central.

En gran medida gracias a la insistencia de Greenpeace, en los meses de abril y mayo pasados el CSN hizo públicos una serie de informes sobre las causas del suceso y sobre las actuaciones del titular y del propio CSN. Desgraciadamente, después de esos meses iniciales de presión mediática, el CSN ha vuelto a caer en su oscurantismo habitual haciendo caso omiso de las resoluciones de la Ponencia del Congreso de los Diputados que investigó el suceso en los pasados meses de mayo, junio y julio.

Greenpeace considera que esta nueva muestra de falta de transparencia del CSN es absolutamente inaceptable y representa un importante agravio para una sociedad que exige cada día una mayor participación ciudadana en los asuntos que pueden afectar al medio ambiente, como demuestran las últimas directivas comunitarias sobre libre acceso a información ambiental y la reciente ratificación por España del Convenio Aarhus.