Comunicado de prensa - abril 7, 2005
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) da ahora la razón a Greenpeace y reconoce por un lado, la extraordinaria gravedad del suceso de corrosión del sistema de agua de servicios esenciales de la central nuclear Vandellós-II y, por otro, que los propietarios de Vandellós-2 (propiedad de Endesa e Iberdrola, en un 72% y un 28% respectivamente) han ocultado sistemáticamente información sobre el funcionamiento de su instalación y que han priorizado sus intereses económicos sobre la seguridad.
Vista de la central nuclear de Vandellos-II
De hecho, Greenpeace ha denunciando en los últimos meses la
gravedad de este suceso y ha criticado los continuos intentos del
titular de Vandellós-2 y del propio CSN (éste solo ha cambiado de
actitud en fechas recientes) de ocultar y minimizar la importancia
de este problema de corrosión del sistema de refrigeración de la
central nuclear.
"Ya queda comprobada oficialmente la actitud irresponsable de
los propietarios de la central nuclear Vandellós-2, a quienes sólo
parece importarles obtener beneficios económicos aún a costa de
poner en riesgo la seguridad del los ciudadanos y del medio
ambiente", -ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de
energía nuclear de Greenpeace- "Greenpeace exige que se depuren
responsabilidades hasta sus ultimas consecuencias".
Greenpeace mantiene su intención de emprender acciones legales
al respecto para lograr que los culpables de esta situación no
queden impunes.
El estado de este sistema de refrigeración, importante para la
seguridad de la central y para la protección del público y del
medio ambiente, demuestra la falta de cultura de seguridad de los
propietarios de Vandellós-2, consecuencia de su incapacidad para
gestionar adecuadamente la seguridad de la misma, y de su actitud
irresponsable.
No obstante, Greenpeace considera que aún quedan interrogantes
sobre la gestión por parte del CSN de este suceso que es necesario
aclarar. Por ejemplo, Greenpeace exige al CSN que explique por qué
permitió que continuase la operación de la central a sabiendas
(tras los resultados de la inspección multidisciplinar llevada a
cabo por el CSN a finales de septiembre y principios de octubre) de
que el sistema de agua de servicios esenciales estaba sumamente
deteriorado y que además había dudas sobre el estado de otros
sistemas relacionados.
Con respecto a la clasificación del suceso dentro de la Escala
Internacional de Sucesos Nucleares (INES), Greenpeace ha pedido al
CSN que lo reclasifique a Nivel 3 ("Incidente Importante") dentro
de esta escala, dada su extraordinaria gravedad. La actitud
irresponsable del titular de Vandellós-2 en la gestión de este
problema abunda aún más en la necesidad de elevar la clasificación
de este suceso en la escala INES.