Central nuclear de Garoña
Basándose en datos del Instituto Geológico y Minero de España y
de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, Greenpeace recuerda
que la producción minera nacional de combustibles nucleares aportó
sólo el 20% de las necesidades de éstos en nuestro país,
consiguiéndose el resto en Níger.
A esta situación de dependencia del exterior hay que añadir que
este mineral de uranio obtenido en España debe exportarse para su
conversión y enriquecimiento en uranio para su uso en centrales
nucleares, enviándose a EEUU, Rusia, Reino Unido, Países Bajos,
Alemania y Francia, proceso en el que España depende por tanto al
100% del exterior.
"Es deleznable que la industria nuclear, aprovechando el actual
momento de inestabilidad de los precios del petróleo, pretenda
engañar a la opinión pública diciendo que el grado de
autoabastecimiento en energía nuclear es del 100%, cuando lo cierto
es todo lo contrario" -ha declarado Carlos Bravo, responsable de la
campaña nuclear de Greenpeace- "Las únicas fuentes que
garantizarían una total independencia energética son las energías
renovables y el ahorro energético. Abandonar la energía nuclear en
España, eliminaría importantes obstáculos para ser más
autosuficientes energéticamente".
La industria nuclear está intentando promover su negocio ante un
grave problema al que nos enfrentamos como es el cambio climático.
Sin embargo, diversos fenómenos meteorológicos extremos que
sufrimos en Europa durante 2003 afectaron al funcionamiento de
varias centrales nucleares que tuvieron que ser paradas u obligadas
a reducir su factor de potencia.
En España, durante la ola de calor de verano de 2003, la central
nuclear de Ascó (Tarragona) sufrió problemas de funcionamiento por
proliferación excesiva de algas debido a la alta temperatura del
agua del río Ebro. Así mismo, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)
autorizó una modificación permanente de las Especificaciones
Técnicas de Funcionamiento de la central de Zorita (Guadalajara)
para permitir que la temperatura del agua de su sistema de
refrigeración fuera mas alta de lo que estaba determinado en su
diseño inicial.
Así mismo, las intensas lluvias caídas en el Sur de Francia a
principios de diciembre de 2003 causaron la inundación de la región
afectando a varias centrales nucleares en Cruas y Tricastin,
provocando la parada de cuatro de sus reactores por el bloqueo de
sus sistemas de refrigeración. Así, el 2 de diciembre, Electricité
de France (EDF) tuvo que parar "preventivamente" dos de sus
reactores en Cruas y en la mañana del día 3, otros dos se pararon
automáticamente en la central nuclear de Tricastin. Por otro lado,
el complejo nuclear de Marcoule quedó completamente rodeado por el
agua. Esta situación ya ocurrió en 1999, cuando hubo una inundación
en el reactor de Blayais, también en Francia, que tuvo que ser
parado.
"Es evidente que la energía nuclear no sólo no es una solución
al cambio climático, como ha quedado patente siendo excluida del
Protocolo de Kioto, sino que, debido a las alteraciones del clima
que provoca este problema, las centrales nucleares se convierten en
un factor de riesgo cada vez mayor para el medio ambiente y la
salud"-añadió Emilio Rull, responsable de cambio climático de
Greenpeace-"Disponemos de tecnologías renovables y limpias
suficientes para evitar el cambio climático producido por los
combustibles fósiles y el peligro nuclear. El crecimiento de las
energías renovables dependerá de la voluntad política y el apoyo
económico que reciban".
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