La coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos no es posible.
La Asamblea Pagesa de Cataluña, Greenpeace y la Plataforma
Transgènics Fora! presentan hoy en Barcelona, coincidiendo con el
inicio de la conferencia de la Comisión Europea sobre el futuro de
la "coexistencia" entre transgénicos y no transgénicos en Viena
(Austria), un pormenorizado estudio, realizado a lo largo de los
últimos 10 meses, sobre la situación de estos cultivos. Este
documento, titulado "La Imposible Coexistencia", es el primer
informe de estas características en España que pretende mostrar a
la opinión pública cuales son las consecuencias reales del cultivo
de transgénicos a partir de los casos de Cataluña y Aragón,
principales regiones productoras en España y en la UE (en ambas
comunidades la superficie de maíz transgénico alcanza casi el 50%
del cultivo total de maíz).
El informe concluye que la "coexistencia" de la agricultura
transgénica con las otras agriculturas es inviable, y es el
resultado de una amplia investigación de campo realizada en las
principales comarcas productoras de maíz, para la cual se han
recogido decenas de testimonios de agricultores, ganaderos y
gerentes de cooperativas y se han analizando cientos de muestras de
maíz. La situación describe con detalle los casos contaminación
aparecidos en 2005, la opacidad en el mundo de la investigación, el
nulo o deficiente seguimiento y control de los cultivos y de los
casos de contaminación, los errores administrativos, el cultivo de
variedades ilegales, los campos experimentales no autorizados, la
ausencia de registros públicos y la contaminación a lo largo de
toda la cadena de transporte y comercialización.
El Comité Aragonés de Agricultura Ecológica y la Unión de
Agricultores y Ganaderos de Aragón han facilitado datos
imprescindibles para la elaboración del informe. Se describe cómo
la introducción de la agricultura transgénica acentúa la división y
el enfrentamiento entre agricultores, obligándoles a cargar con los
riesgos y sus problemas derivados, mientras las empresas
responsables de la introducción de los OMG se lavan las manos. La
realidad que se percibe en el campo es un cierto miedo y una fuerte
inquietud. "Las consecuencias de las contaminaciones transgénicas
son graves e inaceptables, son la prueba de que éstos no están bajo
control y por lo tanto es imposible pensar en una posible
coexistencia con la agricultura convencional o ecológica", afirma
Jordi Cipriano de la Asamblea Pagesa de Cataluña. "Las pérdidas
económicas derivadas de la contaminación son asumidas enteramente
por los contaminados y no se le exige ninguna responsabilidad a los
dueños de la tecnología ni a la Administración, mientras se
dinamita el derecho a elegir de los agricultores y de los
consumidores", añade Cipriano.
Precisamente este informe se publica cuando la Generalitat de
Catalunya y el Ministerio de Agricultura pretenden aprobar sendos
decretos de "coexistencia" cuyo objetivo político es legalizar la
contaminación genética generalizada. Consecuentemente, la
superficie de maíz ecológico, la única opción realmente sostenible
para producir maíz, está reduciéndose a una velocidad alarmante.
"Mientras tanto el Institut de Riserca i Tecnología
Agroalimentaries (IRTA) dedica una parte importante de su actividad
a experimentar con transgénicos en lugar de fomentar la
investigación en agroecología" ha declarado Joan García, de la
Plataforma Transgènics Fora!
"Lo verdaderamente preocupante es que esto es sólo la punta del
iceberg, ya que no hay registro oficial de casos de contaminación",
ha afirmado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de
Transgénicos de Greenpeace, "la mayor parte de los incidentes de
contaminación no se detectan por falta de análisis o se mantienen
en secreto tanto por compañías como por gobiernos".
Toda la información recogida en el informe converge hacia la
conclusión unívoca de que la "coexistencia" entre cultivos
transgénicos y no transgénicos no es posible y confirma que:
- El control y el seguimiento de los OMG del laboratorio al plato
son ineficaces, y en muchos casos inexistentes. El sistema de
segregación, trazabilidad y etiquetado no funciona.
- No existen sistemas independientes de detección e investigación
de los casos de contaminación, cultivos ilegales, irregularidades
administrativas o efectos negativos de los transgénicos. La inmensa
mayoría de las contaminaciones no se detecta nunca.
- Los costes económicos de las contaminaciones y del resto de
problemas provocados por los transgénicos son altos y son asumidos
por los afectados. Los efectos sociales, ambientales y sobre la
salud son potencialmente inmensos.
- El tremendo coste que supondría un análisis exhaustivo y un
control riguroso real por parte de las autoridades, hace que este
tipo de tecnología sea social, ambiental y económicamente
inviable.
- La falta de transparencia impide que la mayor parte de los
fallos de los transgénicos o de los escándalos relacionados con
ellos sean percibidos por la sociedad. Ésta, sin embargo, está
constantemente sometida a la propaganda de una industria que no
ofrece una información objetiva y contrastada, con la única
finalidad de aumentar su control sobre los sectores agrario y
agroalimentario.
- La industria de los transgénicos es capaz de influir a muchos
niveles sobre el poder político, haciendo prevalecer sus intereses
sobre los del medio ambiente o la sociedad.
- Los Estados son incapaces de evitar la venta y el cultivo
ilegales, y de impedir el incumplimiento de las normas en el
cultivo de transgénicos.
Por todo ello, las organizaciones firmantes exigen que:
- Se suspenda inmediatamente toda autorización de cultivo de
transgénicos en España, por considerar que no existe el marco
técnico y legal para poder cultivarlos en condiciones de control y
seguridad. Para ello, deben revocarse las autorizaciones de todas
las variedades que los diferentes gobiernos han aprobado hasta la
fecha y prohibirse los cultivos experimentales.
- Se suspenda cualquier intento de aprobar decretos o reales
decretos de "coexistencia" basados en la contaminación y la
ausencia de responsabilidad, tanto por parte del Departament de
Ramadería, Agricultura i Pesca (DARP) como del Ministerio de
Agricultura.
- Las autoridades realicen un replanteamiento de la política
agraria española en el sentido de garantizar la existencia de una
producción absolutamente libre de transgénicos, asegurando con ello
la libertad de elección de los consumidores y de los agricultores
por encima de los intereses de la industria de los transgénicos y
de las multinacionales dueñas de estas tecnologías. Para ello debe
plantearse seriamente la posibilidad de establecer zonas libres de
transgénicos en Cataluña, Aragón y el resto del Estado.
- Se cree una comisión que estudie con rigor e independencia y
analice de forma transparente los daños ambientales, sociales o
sanitarios de los transgénicos, y exija que se apliquen sanciones a
sus causantes. Las compañías productoras de transgénicos o dueñas
de las patentes deben ser consideradas culpables de las
contaminaciones y daños que se provoquen.
Ecologistes i agricultors revelen que la contaminació per
transgènics s'estén per Espanya
L'Assemblea Pagesa de Catalunya, Greenpeace i la Plataforma
Transgènics Fora! presenten avui "La Coexistència Impossible", un
estudi sense precedents sobre la greu situació provocada pels
conreus transgènics a Catalunya i Aragó, principals productors de
transgènics de l'estat espanyol
L'Assemblea Pagesa de Catalunya, Greenpeace i la Plataforma
Transgènics Fora! presenten avui a Barcelona, coincidint amb
l'inici de la conferència de la Comissió Europea sobre el futur de
la "coexistència" entre transgènics i no transgènics a Viena
(Àustria), un detallat estudi, realitzat al llarg dels últims 10
mesos, sobre la situació d'aquests conreus. Aquest document,
titulado "La Coexistència Impossible", és el primer informe
d'aquestes característiques a Espanya que pretén mostrar a l'opinió
pública quines són les conseqüències reals del conreu de
transgènics a partir dels casos de Catalunya i Aragó, principals
regions productores a Espanya i a la UE (en ambdues comunitats la
superfície de blat de moro transgènic arriba a gairebé el 50% del
conreu total de blat de moro).
L'informe conclou que la "coexistència" de l'agricultura
transgènica amb les altres agricultures és inviable, i és el
resultat d'una àmplia investigació de camp realitzada en les
principals comarques productores de blat de moro, per a la qual
s'han recollit desenes de testimoniatges d'agricultors, ramaders i
gerents de cooperatives i s'han analitzat centenars de mostres de
blat de moro. La situació descriu amb detall els casos contaminació
apareguts l'any 2005, l'opacitat en el món de la investigació, el
nul o deficient seguiment i control dels conreus i dels casos de
contaminació, els errors administratius, el conreu de varietats
il·legals, els camps experimentals no autoritzats, l'absència de
registres públics i la contaminació al llarg de tota la cadena de
transport i comercialització.
El Comitè Aragonès d'Agricultura Ecològica i la Unió
d'Agricultors i Ramaders d'Aragó han facilitat dades
imprescindibles per a l'elaboració de l'informe. Es descriu com la
introducció de l'agricultura transgènica accentua la divisió i
l'enfrontament entre agricultors, obligant-los a carregar amb els
riscos i els problemes que se'n deriven, mentre les empreses
responsables de la introducció dels OMG es renten les mans. La
realitat que es percep en el camp és una certa por i una forta
inquietud. "Les conseqüències de les contaminacions transgèniques
són greus i inacceptables, són la prova que aquests no estan sota
control i per tant és impossible pensar en una possible
coexistència amb l'agricultura convencional o ecològica", afirma
Jordi Cipriano de l'Assemblea Pagesa de Catalunya. "Les pèrdues
econòmiques derivades de la contaminació són assumides enterament
pels contaminats i no se 'ls exigeix cap responsabilitat als
propietaris de la tecnologia ni a l'Administració, mentre es
dinamita el dret a triar dels agricultors i dels consumidors",
afegix Cipriano.
Precisament aquest informe es publica quan la Generalitat de
Catalunya i el Ministeri d'Agricultura pretenen aprovar sengles
decrets de "coexistència" l'objectiu polític de la qual és
legalitzar la contaminació genètica generalitzada. Conseqüentment,
la superfície de blat de moro ecològic, l'única opció realment
sostenible per a produir blat de moro, està reduint-se a una
velocitat alarmant. "Mentrestant l'Institut de Recerca i Tecnologia
Agroalimentaries (IRTA) dedica una part important de la seva
activitat a experimentar amb transgènics en lloc de fomentar la
investigació en agroecologia" ha declarat Joan García, de la
Plataforma Transgènics Fora!
"El veritablement preocupant és que això és només la punta de
l'iceberg, ja que no hi ha registre oficial de casos de
contaminació", ha afirmat Juan-Felipe Carrasco, responsable de la
campanya de Transgènics de Greenpeace, "la major part dels
incidents de contaminació no es detecten per falta d'anàlisi o es
mantenen en secret tant per companyies com per governs".
Tota la informació recollida en l'informe convergeix cap a la
conclusió unívoca que la "coexistència" entre conreus transgènics i
no transgènics no és possible i confirma que:
- El control i el seguiment dels OMG del laboratori al plat són
ineficaços, i en molts casos inexistents. El sistema de segregació,
traçabilitat i etiquetatge no funciona.
- No existeixen sistemes independents de detecció i investigació
dels casos de contaminació, conreus il·legals, irregularitats
administratives o efectes negatius dels transgènics. La immensa
majoria de les contaminacions no es detecta mai.
- Els costos econòmics de les contaminacions i de la resta de
problemes provocats pels transgènics són alts i els assumeixen els
afectats. Els efectes socials, ambientals i sobre la salut són
potencialment immensos.
- El tremend cost que suposaria una anàlisi exhaustiva i un
control rigorós real per part de les autoritats, fa que aquest
tipus de tecnologia sigui social, ambiental i econòmicament
inviable.
- La falta de transparència impedeix que la major part de les
errades dels transgènics o dels escàndols relacionats amb ells
siguin percebuts per la societat. Aquesta, no obstant això, està
constantment sotmesa a la propaganda d'una indústria que no ofereix
una informació objectiva i contrastada, amb l'única finalitat
d'augmentar el seu control sobre els sectors agrari i
agroalimentari.
- La indústria dels transgènics és capaç d'influir a molts
nivells sobre el poder polític, fent prevaler els seus interessos
sobre els del medi ambient o la societat.
- Els Estats són incapaços d'evitar la venda i el conreu
il·legals, i d'impedir l'incompliment de les normes en el conreu de
transgènics.
Per tot això, les organitzacions signants exigeixen que:
- Se suspengui immediatament tota autorització de conreu de
transgènics a Espanya, per considerar que no existeix el marc
tècnic i legal per a poder conrear-los en condicions de control i
seguretat. Per a això, han de revocar-se les autoritzacions de
totes les varietats que els diferents governs han aprovat fins a la
data i prohibir-se els conreus experimentals.
- Se suspengui qualsevol intent d'aprovar decrets o reials
decrets de "coexistència" basats en la contaminació i l'absència de
responsabilitat, tant per part del Departament de Ramadería,
Agricultura i Pesca (DARP) com del Ministeri d'Agricultura.
- Les autoritats realitzin un replantejament de la política
agrària espanyola en el sentit de garantir l'existència d'una
producció absolutament lliure de transgènics, assegurant amb això
la llibertat d'elecció dels consumidors i dels agricultors per
sobre dels interessos de la indústria dels transgènics i de les
multinacionals propietàries d'aquestes tecnologies. Per a això ha
de plantejar-se seriosament la possibilitat d'establir zones
lliures de transgènics a Catalunya, Aragó i la resta de
l'Estat.
- Es creï una comissió que estudiï amb rigor i independència i
analitzi de forma transparent els danys ambientals, socials o
sanitaris dels transgènics, i exigeixi que s'apliquin sancions a
les seves causants. Les companyies productores de transgènics o
propietàries de les patents han de ser considerades culpables de
les contaminacions i danys que es provoquin.