Acción de Greenpeace en Garoña, para pedir al Gobierno el cierre de la central nuclear de Garoña, que sufre un imparable proceso de agrietamiento múltiple por corrosión que afecta a componentes de la vasija del reactor, fundamentales para la seguridad.
A las 15:30 de hoy martes, la Guardia Civil ha desalojado a los
activistas de Greenpeace tras más de seis horas y media de protesta
pacífica en la central nuclear de Garoña (Burgos). Los activistas y
el responsable de la campaña de nuclear de Greenpeace, Carlos
Bravo, han sido trasladados al cuartel de Quintana Martín Galíndez.
Además a lo largo del día Greenpeace ha mantenido conversaciones
con el Ministerio de Industria que se ha comprometido a reunirse
con la asociación ecologista para tratar el plan de abandono de la
energía nuclear anunciado por el Presidente Zapatero en su discurso
de investidura, y recogido a su vez en el programa electoral del
PSOE.
El objetivo de la acción de Greenpeace era pedir al Gobierno la
puesta en marcha efectiva de este plan de abandono de la energía
nuclear comenzando, por motivos de seguridad, por el cierre de la
central nuclear de Garoña.
Desde las 9:00 de la mañana de hoy, 18 activistas de Greenpeace
han bloqueado la entrada principal de la central nuclear de Santa
Mª de Garoña; 6 activistas se encadenaron a 4,5 metros de altura en
la parte superior de la puerta principal de acceso a la central
nuclear y han desplegado una gran pancarta con el texto "Garoña
falla: ¡cierre ya!", al tiempo que el resto de activistas
bloquearon desde abajo la puerta y exhibieron pancartas con el
texto, en inglés y español, de "Zapatero: Nuclear Phase Out now!" y
"Zapatero: ¡cierra las nucleares ya!", en alusión al compromiso del
presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Al mismo tiempo que se desarrollaba la acción, responsables de
Greenpeace entregaban en el Palacio de la Moncloa una carta
dirigida al Presidente del Gobierno, adjuntándole un informe sobre
los problemas de Garoña, para reiterarle la necesidad de abandonar
de forma urgente la energía nuclear, comenzando con el cierre
inmediato y definitivo de la central de Garoña. Similar
documentación fue entregada al Ministro de Economía, José Montilla,
y a la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.
Visto el fracaso medioambiental, económico y tecnológico de la
energía nuclear, Greenpeace insta al Gobierno socialista a poner en
marcha un plan de cierre progresivo pero urgente de las centrales
nucleares, con el fin de avanzar hacia un modelo energético más
sostenible, basado, como reza literalmente el programa electoral
del PSOE a las últimas Elecciones Generales, en energías más
limpias, más seguras y menos costosas que la energía nuclear.
Greenpeace denuncia el funcionamiento peligroso de la central
nuclear de Garoña, que sufre un imparable proceso de agrietamiento
múltiple por corrosión que afecta a componentes de la vasija del
reactor, fundamentales para la seguridad. A finales de 2003,
responsables del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en
comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso de los
Diputados, reconocieron que este problema va a seguir empeorando
inexorablemente.
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