Comunicado de prensa - abril 20, 2004
Después de 12 horas de protesta pacífica en la planta de la empresa Moyresa, perteneciente al grupo multinacional Bunge, efectivos de la Guardia Civil y de Bomberos ha desalojado a los activistas de las instalaciones de la compañía. Hasta el momento no se ha producido ninguna detención.
Acción de Greenpeace en la fábrica de Moyresa en Cartagena.
Desde las siete de la mañana 50 activistas llevaban a cabo esta
acción para denunciar que esta empresa comercia con alimentos
transgénicos. Una parte de los activistas se encaramaban a unos
almacenes con pancartas en las que se leían frases como No a los
alimentos transgénicos. Otro grupo se apostaba en las verjas de
entrada bajo el lema Los transgénicos destruyen el planeta y otros
realizaban la inscripción contiene soja MG en uno de los tejados de
las naves, aludiendo a la nueva legislación Europea de etiquetado
que entró en vigor el pasado Domingo.
A primera hora de la tarde la dirección de la empresa remitió a
los ecologistas un borrador de negociación en el que la empresa
afirmaba que decidía dedicar su planta de Portugalete (Vizcaya) a
la molturación y refino de soja o girasol libre de OMG. Para
Greenpeace esta propuesta resultaba insuficiente ya que considera
que a través de sus otras cuatro fábrica la compañía iba a seguir
permitiendo que millones de toneladas de soja transgénica siguieran
entrando en España, contaminando así la cadena alimentaria. Tras la
comunicación de Greenpeace de que la propuesta es inaceptable la
compañía rompió las negociaciones y afirmó que denunciaría a los
ecologistas por ocupación de sus instalaciones.
España es el segundo importador europeo de soja con seis
millones de toneladas anuales procedentes de Argentina, EEUU y
Brasil. Greenpeace estima que aproximadamente el 66% de las
importaciones españolas de soja corresponden a soja transgénica.
Moyresa acapara el 70% del mercado nacional de molturación o
molienda. Bunge, la compañía matriz de Moyresa, es el mayor
molturador y exportador de soja de Norte y Sudamérica así como el
mayor procesador mundial de cultivos oleaginosos.
Greenpeace demandaba con esta acción a la empresa Moyresa/Bunge
un compromiso por escrito de suministrar únicamente soja no
transgénica y de Moyresa/Bunge Ibérica, un compromiso público y por
escrito a importar, procesar y suministrar exclusivamente soja no
transgénica en las cinco instalaciones que tiene en territorio
español, así como a través de las empresas consignatarias
habitualmente contratadas por la compañía.
"Lo ocurrido hoy demuestra que la compañía Moyresa no tiene
ninguna intención de evitar la contaminación genética. Greenpeace
seguirá exigiendo a esta empresa, así como al resto de los
importadores de soja en España, que respeten el derecho de los
consumidores a elegir una alimentación sin transgénicos", ha
declarado Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña de
transgénicos de Greenpeace.
Al mismo tiempo que ocurría esta acción en Cartagena en Brasil
Greenpeace llevaba a cabo otra en la que activistas de la
organización inspeccionaban un carguero, el Saturn, que
transportaba soja contaminada genéticamente de la multinacional
norteamericana Monsanto. Es Brasil el último país exportador en
sumarse al cultivo de soja transgénica. Aunque hasta hace unos
meses estaban prohibidos los organismos modificados genéticamente,
en los últimos años ha sufrido continuas contaminaciones ilegales
principalmente en el estado de Rio Grande do Sul. Estas acciones se
enmarcan dentro de un tour internacional contra los transgénicos
que la organización ecologista está llevando a cabo en diferentes
continentes; así el barco de Greenpeace MV Esperanza, que se
encuentra en Cartagena, está realizando la parte europea del tour,
mientras el Artic Sunrise y el Rainbow Warrior hacen campaña en
América del Sur y Asia, respectivamente.