Las inundaciones son consecuencia del cambio climatico
Gracias presidenta, buenos días distinguidos delegados.
Mi nombre es Yu Jie. Trabajo en Greenpeace China. Estoy aquí en
nombre de la Red de Acción por el Clima. Quisiera agradecerles a
ustedes la oportunidad de poder dirigirme a todos en el día de
hoy.
En 1998, cuando yo todavía estaba en la universidad, China fue
azotada por la inundación más grande de toda nuestra larga
historia. Las inundaciones duraron más de 2 meses. Afectaron a la
cuarta parte de la población china. Más de 3.000 personas murieron.
Se destruyeron 17 millones de casas. Y ocasionaron perdidas
económicas por valor de 20.000 millones de euros.
En China, la mayoría de la gente conoce la historia de
Jiangshan, una niña de seis años del pueblo de Hu Bei que fue
afectada por la catástrofe.
La madre de Jiangshan fue sorprendida por las inundaciones
cuando estaba lavando y fue arrastrada por las aguas sin ninguna
posibilidad de pedir auxilio.
La abuela de Jiangshan empleó todo su esfuerzo para subirla a un
árbol. Y le dijo a la niña: "agarrate al árbol, y acuérdate de no
mirar hacia abajo y no dormirte." A continuación la abuela de
Jiangshan también fue arrastrada.
Con valentía, Jaingshan se mantuvo en el árbol durante 9 horas,
a solas, durante toda la noche. A la mañana siguiente, al amanecer,
fue rescatada del árbol.
Esta es una historia triste. Pero sólo una de las muchísimas de
aquel desastre y de las que se están repitiendo en el mundo entero
en catástrofes como los ciclones de Haití y Niue, los recientes
tifones de Filipinas y la ola de calor en Europa. La sequía extrema
en África y el rápido aumento de la temperatura media en el Ártico
afecta también a multitud de personas.
Según recientes estudios científicos, China corre cada vez más
peligro de sequía extrema e inundaciones. China perderá más de la
mitad de sus glaciares hacia el 2050. Ante esta desaparición, la
fuente de los dos grandes ríos de China, el Yangtzi y el Río
Amarillo, se secará.
Aquí en la COP10, lejos de estas catástrofes, necesitamos el
mismo valor que Jiangshan para actuar seriamente.
Los países ricos del norte deben preguntarse, ¿cúal es el
porcentaje de las emisiones originadas por el hombre que ya están
en la atmósfera de las que somos responsables? Y, ¿qué
responsabilidad implica esto, en términos políticos, morales y
legales?
El G77 y China también tienen su responsabilidad. Las
poblaciones del sur sufrirán algunos de los mayores impactos del
cambio climático. Por el bien de los miles de millones de personas
que viven en estos países, deben rechazar todas las barrerras que
Arabia Saudí está poniendo en su camino.
G77 y China, no deben permitir que otros países utilicen a sus
naciones para sus propios y ciegos intereses.
Deben aliarse con aquellos que nos impulsan hacia la protección
del clima y al verdadero desarrollo sostenible.
Deben impulsar a las naciones industrializadas a realizar
grandes reducciones de emisión de gases de efecto invernadero para
evitar un cambio climático peligroso.
Deben asegurar el acuerdo hacia un desarrollo limpio y
justo.
Deben asegurar que los países industralizados proporcionan la
ayuda financiera para que todos los países puedan avanzar hacia el
desarrollo sin el uso intensivo de combustibles fósiles.
Y deben exigir el apoyo a la adaptación, en particular para los
países más vulnerables y menos desarrollados que sufren los
impactos del cambio climático.
En este momento, somos como aquella niñita Jiangshan -
agarrándonos a aquel árbol. Debemos ser valientes. No debemos dejar
de sujetarnos al árbol. Debemos apoyar a aquellas naciones que más
peligro corren por el cambio climático. Y debemos cooperar en la
transición hacia un futuro limpio que evitará los impactos mas
graves del cambio climático.
Depende de ustedes. Por el bien de sus niños y por los millones
de niños como Jiangshan.
Gracias.