Criaturas abisales como el pez reloj anaranjado, el calamar de profundidad y varias especies de corales han emergido hoy de las profundidades para solicitar de los embajadores españoles en sus respectivas embajadas de París, Berlín, Santiago de Chile, Estocolmo, Nueva York y Washington DC su protección frente a los destructivos arrastreros de profundidad. Las criaturas de los fondos marinos se han presentado también en la sede de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, donde se celebran las negociaciones que determinarán el establecimiento o no de una moratoria de la ONU sobre la pesca de arrastre de profundidad en alta mar.
Fauna de las profundidades oceánicas.
Esta foto muestra a una gigantesco coral rojo, que por su tamaño puede tener más de 500 años.
Un activista de Greenpeace en la Embajada de España en París.
Activistas de Greenpeace en la Embajada española en Berlín.
Activistas de Greenpeace vestidos como criaturas abisales en frente de la embajada española en Estocolmo (Suecia).
"Los gobiernos de todo el mundo tienen la oportunidad de tomar
una decisión histórica en materia de protección de hábitats
marinos" ha declarado Karen Sack, Consejera Política de Oceános de
Greenpeace International, quien está siguiendo las negociaciones en
Nueva York. "Las aguas internacionales de alta mar cubren el 64% de
nuestro planeta y acogen a casi el 98% de la vida marina en la
Tierra. Una moratoria prohibiría temporalmente la pesca de arrastre
de profundidad en alta mar, lo que proporcionaría a la comunidad
científica tiempo para evaluar la biodiversidad de estas áreas y a
los gobiernos la oportunidad de desarrollar medidas de regulación
efectivas y a largo plazo".
Se calcula que entre 500 mil y 10 millones de especies habitan
los fondos marinos, que hasta hace 20 años eran el refugio oculto
de una biodiversidad más rica que la de los bosques tropicales. La
industria pesquera desarrolló entonces la tecnología que le ha
permitido alcanzar algunas de las zonas más recónditas de estas
aguas internacionales. Científicos, numerosos gobiernos y la
comunidad medioambiental reconocen que la pesca de arrastre de
profundidad es el método de pesca más destructivo en uso. Según un
estudio publicado recientemente por la revista Science, las
pesquerías comerciales de los océanos del mundo podrían desaparecer
para el año 2048 si la pesca industrial continúa al ritmo
actual.
Once países poseen actualmente flotas arrastreras de profundidad
de alta mar: Dinamarca/Islas Faroe, España, Estonia, Islandia,
Japón, Latvia, Lituania, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal y
Rusia.
"El daño que estos barcos causan a la biodiversidad de las
profundidades marinas es inmensamente desproporcionado comparado
con su número" afirmó María José Caballero, responsable de la
campaña de océanos de Greenpeace. "España, con 55 barcos
operativos, posee la mayor flota. Actuando en interés de esos
barcos, el gobierno español está obstaculizando las negociaciones
en Naciones Unidas esta semana".
Las negociaciones en Naciones Unidas sobre esta cuestión
finalizan el próximo 23 de noviembre. Entretanto, el barco de
Greenpeace MY Esperanza se encuentra en el Bajo Espíritu Santo, un
monte submarino del Golfo de California (México), en una nueva
etapa de su expedición "En Defensa de los Océanos". Esta
expedición, de 16 meses de duración, tiene como objetivo señalar
las maravillas de los océanos y las amenazas a las que se
enfrentan, así como hacer campaña por una red global de reservas
marinas.
"Es hora de que España mire más allá de los intereses a corto
plazo de su flota de arrastreros de profundidad y no prosiga en su
empeño de bloquear una posición conjunta de la Unión Europea que
puede lograr o impedir la decisión de Naciones Unidas", declaró
Saskia Richartz, Directora de Política Marina de Greenpeace, desde
Bruselas. "Otros Estados miembros de la UE, como Reino Unido,
Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia y Bélgica reconocen la
naturaleza destructiva de la pesca de arrastre de profundidad y
apoyan una moratoria inmediata sobre este arte pesquero. Y España
debería hacerlo también".