Protesta de activistas de Greenpeace ante el barco APL-Jade, que transportaba madera de talas ilegales
"En 1992 la mayoría de la madera brasileña exportada para
Inglaterra provendrá en forma ilegal de reservas indígenas y
biológicas. ... Los madereros no sólo están saqueando el bosque en
estas áreas protegidas para suministrarle a usted cocinas y
asientos para excusados: en muchos lugares también están matando a
los indígenas".
José Lutzenberger, ex ministro para el medio ambiente en
Brasil
Caoba: un lujo demasiado caro
La madera de caoba es la madera más apreciada del mundo. Las
características de su madera- que va del color rojizo moderado a
pardo rojizo claro, con olor escaso, textura homogénea, grano fino,
fácil de trabajar, y con facilidad para tomar los barnices y ser
pulida- han hecho de este árbol un objetivo codiciado.
La caoba, parece ser que da prestancia, estatus y un ambiente
cálido a las estancias. Por este motivo es utilizada para la
construcción naval, muebles de lujo, decoración de interiores,
instrumentos musicales y científicos, esculturas, etc.
Pero tras más de cuatro siglos de explotación comercial, las
poblaciones silvestres de esta especie están en peligro. La
extracción de caoba en los bosques tropicales deja una importante
factura social y ambiental. Para satisfacer el lujo de unos pocos
se ponen en peligro culturas, economías y ecosistemas vitales para
la vida en el planeta.
La caoba es cara..., pero a pesar de su elevado valor económico
el precio final de un mueble de caoba no incluye las consecuencias
ambientales y sociales, presentes y futuras de la destrucción de
los bosques tropicales americanos.
Cada vez menos caoba
La caoba española, Swietenia mahogany, está confinada a las
Islas de Cuba, Española, Jamaica, Bahamas, Islas Caimanes y punta
de Florida (EEUU). La explotación comercial, más histórica e
intensa que en el istmo y en la cuenca del Amazonas, ha reducido
severamente el número y la calidad de los especimenes restantes, y
es un ejemplo vivo de la extremada erosión genética debido a la
explotación de sus mejores genotipos.
La caoba más común y con mayor área de distribución, la caoba de
hoja ancha (Swietenia macrophylla), habita en las montañas del sur
de México, Honduras, Belice, Nicaragua y Panamá, llegando hasta
Venezuela, Colombia y la cuenca del río Amazonas, donde su área de
distribución se extiende fundamentalmente por el sur de la
misma.
Generalmente los árboles de caoba se encuentran ampliamente
dispersos por el bosque, aunque la densidad varia según las zonas y
tipo de alteración producido en el bosque natural. En bosques
primarios de Brasil y Bolivia con presencia de caoba los ejemplares
con valor comercial presentan una densidad promedio de 1 ó 2
árboles por hectárea. Pero se pueden encontrar zonas con sólo uno o
dos árboles de caoba por km2 de bosque. En Brasil se calculó que la
densidad de caoba puede ser de 1´0022 árboles por hectárea de
bosque, con un promedio de 5´009 metros cúbicos de madera por
árbol. Pero dado que las estimaciones de densidad de caoba proceden
de zonas con altas concentraciones, a medida que se realizan más
investigaciones las estimaciones medias de densidad van
disminuyendo. Además las caobas no toleran la sombra, y no pueden
regenerarse debajo del dosel forestal cerrado o envolvente.
La explotación de caoba como vía de destrucción del bosque
amazónico
En la actualidad, la caoba obtenida mediante plantaciones
representa un porcentaje muy pequeño de la madera que circula en
los mercados internacionales. Prácticamente toda la caoba
comercializada proviene de árboles extraídos en bosques
primarios.
La creación de accesos y vías de saca para extraer la madera de
caoba es el comienzo de una degradación ambiental que acaba
transformando estos bosques vírgenes, en el mejor de los casos, en
bosques secundarios. Los accesos son también utilizados por
caucheros, colonos, mineros y cazadores. La extracción sistemática
de una sola especie acaba por evitar su regeneración natural
provocando su extinción en esa área. La selva se empobrece y la
apertura del dosel forestal transforma las condiciones de humedad y
temperatura del interior del bosque haciéndolo más vulnerable a los
incendios.
Los efectos adversos de estas interrelaciones impactan
directamente en las poblaciones de caoba, generando estímulos para
la tala y alterando el potencial para su nuevo crecimiento.
La organización de las Naciones Unidad para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) estimó que "la tala directa ocasiona el 10% de
la deforestación tropical y facilita las pérdidas de bosque
tropical procedentes de otras causas". Estimaciones más recientes
elevan este porcentaje.
La tala ilegal de poblaciones naturales de S. macrophylla ha
sido ampliamente documentada en parques nacionales, reservas
forestales y tierras indígenas de varios países de centro y sur de
América. Es muy difícil hacer una estimación sobre la magnitud del
comercio ilegal, ya que la madera ilegal puede ser entremezclada
con madera extraída legalmente. La demanda continua de esta madera
preciosa, en combinación con los impedimentos a la imposición de la
ley provenientes de obstáculos fiscales, corrupción y/o problemas
logísticos, han dado lugar a un control inadecuado de la tala de S.
macrophylla en muchas regiones. A pesar de la presencia de una gran
cantidad de legislación local propia, gran parte del comercio de
caoba de Centroamérica y Brasil proviene de fuentes ilegales.
En Brasil, las tierras destinadas a reservas de poblaciones
indígenas, comprenden aproximadamente el 22.5% de la región de
caoba y su tala está aumentando en estas áreas. El Dr. Sydney
Possuelo, presidente de la Agencia Indígena Brasileña FUNAI y José
Lutzenberger, anterior ministro para el medio ambiente en Brasil,
han expresado su gran preocupación sobre los efectos adversos
causados por el corte ilegal de caoba. Lutzenberger expuso en una
carta abierta a los consumidores británicos de caoba lo
siguiente:
"En Brasil el comercio de caoba y de otras maderas tropicales
está fuera de control. En 1992 la mayoría de la madera brasileña
exportada para Inglaterra provendrá en forma ilegal de reservas
indígenas y biológicas. ... Los madereros no sólo están saqueando
el bosque en estas áreas protegidas para suministrarle a usted
cocinas y asientos para excusados: en muchos lugares también están
matando a los indígenas".
En el estado brasileño de Rondonia, FUNATURA (1993), en un
estudio encomendado por la ITTO, se descubrió que los madereros
alteraban los inventarios forestales para obtener permisos legales
para tala de caoba, una "fachada legal" que era después utilizada
para legalizar cortes ilegales. Matricardi y Abdala estiman que el
90% de la producción de 1991 y 1992 en Rondonia provenía de
reservas indígenas o áreas de conservación.
La protección de la caoba
La existencia de un tráfico ilícito de caoba llevó a la
comunidad internacional a amparar esta especie bajo el Convenio
sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y
Flora Silvestres, conocido por las siglas CITES. La caoba de hoja
ancha (Swietenia macrophylla) fue incluida en el Anexo III de dicho
Convenio.
Según este acuerdo internacional, la exportación de caoba
requiere de una concesión previa y presentación de un permiso de
exportación por parte de la Autoridad Administrativa del Estado
exportador. Asimismo, la importación de caoba exige la declaración
y presentación de dicha documentación a la Autoridad Administrativa
CITES del país receptor.
Greenpeace contra la tala y comercio ilegal de caoba
Greenpeace ha trabajado activamente para frenar el declive y las
consecuencias derivadas de la explotación de la caoba.
En 1992, el presidente de Brasil decretó una moratoria de dos
años para la extracción de esta madera. En 1994 propusimos la
inclusión de Swietenia macrophylla en el Apéndice II del CITES para
hacer más estricta su comercialización. Pero la presión nacional e
internacional de la industria maderera ha retardado mucho tiempo
los intentos de otorgar un mayor grado de control al comercio de
esta caoba.
En un intento de parar la apertura de la selva tropical a cargo
de los madereros de caoba, el Gobierno de Brasil estableció en 1996
una moratoria para nuevas concesiones de caoba. Pero según las
investigaciones de Greenpeace muchas empresas han usando
documentación falsa para justificar operaciones ilegales en zonas
adyacentes a los territorios del pueblo Kayapó.
Entre octubre de 2000 y diciembre de 2001, el Instituto
Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA) requisó gran cantidad de caoba
de origen ilegal (50.965 m3 de caoba en tronco y 3.540 m3 de caoba
aserrada), con más de 60 delitos probados que han dado lugar a
multas a empresas madereras por valor de más de 9 millones de Euros
(mil seiscientos millones de pesetas).
El 26 de septiembre de 2001, Greenpeace presentó públicamente
evidencias claras de la explotación ilegal de caoba en el corazón
de la Amazonia Brasileña. Fotografías e imágenes de vídeo de un
reconocimiento aéreo mostraron la sofisticación de las operaciones
madereras ilegales en los territorios de los indios Kayapó, tierras
donde está estrictamente prohibido talar. Imágenes de satélites
obtenidas por Greenpeace también revelaron detalles de estas
operaciones. Esta información fue entregada al Fiscal Federal de
Brasil junto con la petición de una completa investigación al
respecto.
Esta tala y comercio ilegal de caoba obligó al Gobierno
Brasileño a tomar medidas drásticas. La explotación, transporte y
comercialización de caoba brasileña fueron indefinidamente
suspendidos en Brasil desde el 19 de Octubre de 2001, como
consecuencia de la Instrucción Normativa 17 IN17 del Instituto
Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA), al mismo tiempo que reconocía
la explotación irregular y el comercio ilegal de en Brasil.
Debido a esta instrucción normativa del IBAMA, el 26 de marzo de
2002 la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea,
mediante una Nota a las Autoridades CITES de los estados miembros,
hizo llegar a los estados miembros la preocupación de la Secretaría
CITES en torno a la falta de legalidad de las importaciones de
Switenia macrophylla. La Comisión Europea recomendó entonces no
aceptar las importaciones de caoba.
Contrabando de caoba en España
Ese mismo año, 2002, Greenpeace España puso en evidencia la
fragilidad del sistema de control de CITES en España y pudo probar
la entrada por los puertos españoles de partidas ilegales de
caoba.
En mayo de 2002, Greenpeace denunció la existencia de una red de
contrabando de caoba brasileña y entregó algunos documentos
reveladores al Fiscal de Medio Ambiente de Madrid, Emilio Valerio.
Según la documentación entregada por Greenpeace al Fiscal de Medio
Ambiente de Madrid, en diciembre de 2000 el buque Laurita descargó
en el Puerto de Valencia una partida de madera declarada como
"cedro". Dicha madera era vendida por la empresa brasileña ADAIR
COMERCIAL LTDA. (Belem, Brasil) a la empresa española COMADEX.
Según la documentación referida, la empresa exportadora
brasileña explica en un fax que "por problemas internos del país,
el MOGNO (caoba) es embarcado como cedro-KD". Como puede
comprobarse en las dos facturas que acompañan la carta, que tienen
números de factura 070/00 y 070-A/00, la Swietenia macrophylla ha
sido sustituida por "cedro-kd". Al no haber sido declarada como
tal, y, consiguientemente, sin permiso CITES, este hecho es
constitutivo de un delito recogido en el artículo 332 del Código
Penal.
Después de la acción de Miami, un respiro para los bosques y la
caoba
En octubre de 2002, fecha en la que se produjo la protesta de
Greenpeace USA en Miami contra la importación ilegal de caoba
(Swietenia macrophylla), esta especie estaba recogida en el Anexo
III del Convenio CITES. Acciones como esta de Greenpeace han
servido para aumentar la protección de la caoba, además, por su
trabajo en este campo, la organización ecologista ha recibido el
elogio de la Unión europea y del Gobierno de Brasil... Y ahora una
acusación del Gobierno de EEUU y la posibilidad de que la
organización sea declarada "organización criminal" en este país en
base a una "Ley contra los burdeles" de 1872 que sólo se ha
utilizado dos veces en la historia, la última hace 100 años.
Pero, cuando Greenpeace realizó la acción de Miami, las
evidencias sobre la falta de control de la tala y la probada
existencia de mafias y redes de contrabando internacional de caoba
señalaban la necesidad de aumentar el grado de protección de estas
especie.
Finalmente, durante la duodécima reunión de la Conferencia de
las Partes de la CITES (3-15 de noviembre de 2002) en Santiago de
Chile, la caoba fue incluida en el Anexo II de dicho convenio, un
anexo que la dota de una mayor protección.
Greenpeace tuvo mucho que ver en esta victoria para el medio
ambiente.
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