Comunicado de prensa - diciembre 21, 2007
El Gobierno japonés ha confirmado el rumor de que han abandonado sus planes para matar ballenas jorobadas o yubartas en las aguas antárticas esta temporada.Sin duda, es una buena noticia y una victoria para los socios y simpatizantes de Greenpeace que a lo largo de todo el mundo se han unido a la organización ecologista para demandar a los gobiernos que actúen contra el programa de caza científico, promoviendo investigaciones no letales a través del Gran Viaje de las Ballenas.
Una neumática del MY Esperanza de Greenpeace muestra una pancarta con el nombre de Gorton's, la firma que auspicia la caza de ballenas, frente a un rorcual aliblanco muerto que va a ser transbordado al buque Kyo Maru
Descargar imagen en alta resolución
El buque de Greenpeace, MY Esperanza es testigo de la caza de ballenas en la Antártida por parte de los buques de la flota ballenera japonesa: Yushin Maru y Kyo Maru No.1; y del trasbordo de carne de ballena al buque factoría Nisshin Maru
Two humpback whales breaching.
Pero desde Greenpeace seguimos a la espera de las mejores
noticias que se pueden esperar: que Japón tampoco dirigirá sus
arpones hacia los 935 rorcuales aliblancos y los 50 rorcuales
comunes (en peligro de extinción).
La caza de ballenas no ha acabado. Japón sigue con sus planes
adelante. Salvar una especie no es suficiente. Todos debemos actuar
para detener esta caza absurda para siempre.
La industria ballenera ha empujado a las ballenas a la extinción
casi total. Treinta años después de la moratoria, todavía se
desconoce si algunas especies llegarán a recuperarse. Sí se sabe
que queda tan sólo el 1% de la población de ballenas azules del
Antártico, a pesar de todos los años de protección. Solamente en un
caso, el de la ballena gris del Pacífico oriental, ha recuperado
su abundancia original, mientras que su pariente más cercano, la
ballena gris del Pacífico occidental, es la más amenazada del
mundo, con tan sólo 100 ejemplares.