Comunicado de prensa - abril 14, 2008
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) empieza ya a reconocer que minimizó la importancia del accidente de la central nuclear de Ascó que produjo la liberación al medio ambiente de partículas de material radiactivo (cobalto-60 y otros).
Central nuclear de Ascó-2 (Tarragona)
Greenpeace ya advirtió, en un reciente comunicado, que el primer
análisis del CSN sobre el suceso era documento simplista y falto de
rigor en sus cálculos sobre la radiactividad liberada y que además
no aportaba explicaciones convincentes sobre la causa del escape de
radiactividad al exterior de la central.
El CSN reconoce ahora que el nivel de radiactividad es mayor de
lo inicialmente estimado (y aún sólo en base de lo poco que han
podido recoger hasta ahora) y que el titular de la central
Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV) ocultó
información deliberadamente al Consejo y a la opinión pública,
incluso en la reunión del Comité Local de Información (CLI)
celebrado recientemeente en la localidad de Ascó.
El CSN eleva la calificación provisional del accidente del Nivel
1 al 2 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).
En 2005, otro grave suceso en la central Vandellós-2, también
gestionada por ANAV, supuso un Nivel 2 en la INES. Ese suceso, que
fue calificado por el CSN como "el más grave después del accidente
de Vandellós-1" en 1989, fue ocultado por ANAV durante meses.
El CSN reconoció, en una investigación parlamentaria, que en el
caso citado de Vandellós-2, ANAV priorizó sus intereses económicos
a la seguridad y mantuvo esa central funcionando en condiciones de
"seguridad
degradada".
Ante la operación irresponsable de estas centrales nucleares por
parte de ANAV, Greenpeace exige al CSN y al Gobierno que retire la
licencia de explotación a ANAV y suspenda cautelarmente la
actividad de estas centrales nucleares.