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Activistas de Greenpeace denuncian en el Granado (Huelva) una operación urbanística en un área protegida

Con esta acción, la organización reclama a los gobiernos de España y Portugal la creación del Parque del Bajo Guadiana

Comunicado de prensa - octubre 27, 2006
Greenpeace terminó hoy su campaña en el Guadiana denunciando la gran operación urbanística que se está fraguando en todo el Bajo Guadiana con la connivencia de los municipios de la ribera, de la Confederación Hidrográfica del Guadiana y del Instituto del Agua portugués. Activistas de Greenpeace desplegaron a última hora de ayer sobre las obras de la carretera de acceso al puente transfronterizo una pancarta con el lema "Destruir para especular".

La organización critica el cambio de la política de agua portuguesa que con la Alqueva apuesta por la contaminación y la especulación. Activistas de Greenpeace denunciaron hoy la operación especulativa que el ayuntamiento de El Granado está realizando en un espacio protegido de la ribera del Guadiana con la excusa de construir un puente ransfronterizo entre España y Portugal. GREENPEACE/Pedro ARMESTRE Descargar imagen en alta resolución

Así quisieron llamar la atención sobre la operación especulativa que la Diputación de Huelva y el Ayuntamiento de El Granado están realizando impunemente en un área protegida.

El proyecto de Ingeconser, S.A. y Residencial Golf, S.L. en El Granado ha sido aprobado por el Ayuntamiento sobre una zona LIC, de muy alta sensibilidad ambiental, Red Natura 2000, hábitat del lince ibérico y del águila imperial y afectada por el Plan Especial de Protección del Medio Físico. La Junta de Andalucía, a través de la Diputación provincial de Huelva, está realizando ya las obras de la carretera de conexión con el futuro puente transfronterizo en El Granado. Esta carretera pasa sobre estos terrenos, recalificados por el ayuntamiento como urbanizables. La obra se está realizando en horario de 24 horas ininterrumpida (suspendido ahora por las lluvias) a pesar de que aún no dispone de todas las autorizaciones necesarias del Ministerio de Medio Ambiente.

De terminarse antes de que la Administración central las paralice o las declare ilegales, las obras podrían acogerse a la política de hechos consumados. Greenpeace denuncia que el Ministerio de Medio Ambiente ha sido informado en diversas ocasiones, por diferentes colectivos y particulares. La organización ecologista, de hecho, ha denunciado la obra ya en dos ocasiones (el 18 de julio y el 23 de octubre) exigiendo la paralización de estas obras ilegales a la propia Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, sin haber obtenido respuesta alguna. El proyecto que se esconde tras el puente incluye 3.000 viviendas, hoteles de lujo, un centro hípico, dos campos de golf de 18 hoyos, centros deportivos y comerciales y un puerto deportivo.

Greenpeace ha recorrido el Bajo Guadiana para denunciar la implantación en las riberas de los ríos del modelo de urbanismo salvaje que sufre la costa. Sólo en la margen española está previsto construir varios grandes complejos urbanísticos con puertos deportivos y doce campos de golf. Esto supone, además, una enorme presión sobre la margen portuguesa, que salvo en una pequeña área del municipio de Castro Marín está protegida y cumple con los requerimientos ambientales de las figuras de protección.

La organización exige a los Ministerios de Medio Ambiente de España y Portugal que declaren en el Bajo Guadiana una figura de protección integral e internacional como los parques transfronterizos que ya están funcionando en otros países europeos.

El Ayuntamiento de Ayamonte es otro ejemplo de la implicación de las corporaciones del Bajo Guadiana en la especulación urbanística. Costa Esury ya se está levantando a orillas del Guadiana y ocupando el Dominio Marítimo Terrestre a pesar de las denuncias interpuestas por otros grupos ecologistas. Fadesa, la empresa promotora, está construyendo 6.300 viviendas, dos campos de golf, tres hoteles de lujo y zonas comerciales. Ayamonte es el único municipio por el que ha pasado Greenpeace en su Descenso del Guadiana que ha prohibido a la organización realizar actividades educativas y de información a la ciudadanía.

"Los Gobiernos de España y Portugal están apostando por la destrucción de las riberas haciendo la vista gorda con las operaciones urbanísticas que se están preparando en todo el Bajo Guadiana. La voracidad especulativa en España está llegando a un punto que destruirá todo el patrimonio natural si no le ponemos coto. Portugal, ahora, parece querer imitar el modelo español. La única forma de salvar el Bajo Guadiana es que los Gobiernos de España y Portugal asuman su responsabilidad y creen un Parque Internacional del Bajo Guadiana", ha declarado Julio Barea, responsable de la Campaña de Aguas de Greenpeace.

A pesar que la mayor parte de la orilla portuguesa está protegida, la presión que ejercen las grúas en la otra orilla es tan fuerte, que varios municipios lusos están intentando quieren seguir la estela de destrucción y especulación que sufre la margen española. Proyectos como Almada de Ouro Golf & Country Club, Corte Velha y Quinta do Vale, en Castro Marim, incluyen varios campos de golf, hoteles, miles de viviendas y dos puertos deportivos. De hacerse, triplicarían la población del municipio. Otro de los proyectos especulativos es Ponta Da Areia en Vila Real de Santo Antonio. De nuevo con campos de golf, miles de viviendas y un puerto deportivo.

La ribera portuguesa cuenta, además, con dos ríos sin infraestructuras ni vertidos y donde se conserva en buen estado la fauna autóctona y la vegetación de ribera. Son los ríos Vascao y Foupana. Por ello, Greenpeace pide a Portugal que sean declarados ríos escénicos con una conservación especial e integral en la totalidad de sus cauces.

Además, la construcción de la presa de Alqueva y el cierre de sus compuertas en 2002 ha provocado que las especies migradoras de peces marinos, como la anguila ya no puedan remontar por el río. A ello, se suma la introducción de especies foráneas como el siluro, el perca sol o la gambusia, que suponen una grave amenaza para las especies que viven en el río al ser más voraces y capaces de desplazar a las poblaciones autóctonas.

Alqueva también ha supuesto que el río prácticamente no transporte sedimentos (son retenidos por el conjunto de embalses en un 96%). Estos materiales arrastrados por las aguas son vitales para el desarrollo de los peces del estuario, pues aportan los nutrientes necesarios para su ciclo de vida. Alqueva es ya una amenaza para la supervivencia de las pesquerías tradicionales de la zona y producirá una importante regresión de las playas de Ayamonte, Isla Cristina o Lepe que redundará negativamente en el turismo.

Así quisieron llamar la atención sobre la operación especulativa que la Diputación de Huelva y el Ayuntamiento de El Granado están realizando impunemente en un área protegida.

Otros problemas que padece el Guadiana, en este último tramo antes de su desembocadura, son los vertidos de aguas fecales e industriales. A pesar de que la Directiva sobre Depuración de Aguas Residuales entró en vigor a finales de 2005, municipios como Vila Real de Santo Antonio, Ayamonte, Castro Marim, Alcoutim, Odeleite, Azinhal, Fournazinhas y Monte Francisco la incumplen. A estos vertidos se suman los procedentes de varias minas abandonadas en los afluentes del Guadiana, como el Chanza, y de pesticidas procedentes de la agricultura, que de forma periódica producen importantes mortandades de peces.

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Activistas do Greenpeace denunciam em El Granado (Huelva) uma  operação urbanística numa área protegida

Com esta acção, a organização reclama aos governos de Espanha e Portugal a criação do Parque do Baixo Guadiana

Greenpeace terminou hoje a Descida do Guadiana denunciando a grande operação urbanística que está a acontecer por todo o Baixo Guadiana com a conivência dos municípios ribeirinhos, da Confederação Hidrográfica do Guadiana e do Instituto das Águas português. Activistas da Greenpeace colocaram ontem ao fim do dia um banner com lema "Destruir para especular" sobre as obras da estrada de acesso à ponte transfronteiriça. Quiseram assim chamar a atenção para a operação especulativa que que a Diputación de Huelva e o Município de El Granado estão a realizar impunemente numa área protegida.

O projecto da Ingeconser, S.A. e Residencial Golf, S.L. em zona LIC (de alta sensibilidade ambiental), Rede Natura 2000 (habitat do lince ibérico e águia-imperial) e zona abrangida pelo Plano Especial de Protecção do Meio Ambiente, em El Granado, já foi aprovado pelo município. A Junta de Andaluzia já está a realizar, através da Diputación Provincial de Huelva, as obras da estrada de ligação à futura ponte transfronteiriça em El Granado. A estrada passa sobre estes terrenos, que o município requalificou como urbanizáveis. A obra está a realizar-se em horário ininterrupto de 24 horas (suspendido agora pela chuva), apesar de ainda não ter todas as autorizações necessárias do Ministério do Ambiente.      

Se as obras terminarem antes que a Administração central as paralize ou as declare ilegais, estas podem abrigar-se na política de factos consumados. A Greenpeace denuncia que o Ministério do Ambiente já foi informado desta situação por diferentes colectivos e particulares, em diversas ocasiões. A organização ecologista já denunciou a obra em diversas ocasiões (a 18 de Julho e 23 de Outubro) exigindo a sua paralização imediata à própria Ministra do Medio Ambiente, Cristina Narbona, sem obter resposta alguma.     

O projecto que se esconde por trás da ponte inclui 3.000 residências, hotéis de luxo, um centro hípico, dois campos de golfe de 18 buracos, centros desportivos e comerciais e um porto desportivo.  

A Greenpeace percorreu o Baixo Guadiana para denunciar a implantação do modelo urbanístico selvagem da costa nas zonas ribeirinhas do rio. Só na margem espanhola está prevista a construção de vários complexos urbanísticos com portos desportivos e doze campos de golfe. Isto significa, acima de tudo, uma enorme pressão sobre a margem portuguesa que, exceptuando uma pequena área do município de Castro Marim, está protegida e cumpre os requerimentos ambientais das medidas de protecção.  

A organização exige aos Ministérios do Ambiente de Portugal e Espanha que estabeleçam para o Baixo Guadiana uma medida de protecção integral e internacional como os parques transfronteiriços que já estão em funcionamento noutros países europeus.

O município de Ayamonte é outro exemplo de implicação das coorporações do Baixo Guadiana na especulação urbanística. Costa Esury já se está a erguer nas margens do Guadiana, ocupando Domínio Marítimo Terrestre, apesar das denúncias de vários grupos ecologistas. Fadesa, a empresa promotora, está a construir 6.300 residências, dois campos de golfe, três hotéis de luxo e zonas comerciais. Ayamonte é o único município durante a Descida do Guadiana que proibiu a organização ecologista de realizar actividades educativas e informativas. 

"Os governos de Portugal e Espanha estão a apostar na destruição das zonas ribeirinhas, ignorando as operações urbanísticas programadas para o Baixo Guadiana. A voracidade especulativa em Espanha está a chegar a um ponto que, se não for travada, irá destruir todo o património natural. Portugal parece querer agora imitar o modelo espanhol. A única forma de salvar o Baixo Guadiana é que os governos de Portugal e Espanha assumam a sua responsabilidade e criem o Parque Internacional do Baixo Guadiana", declarou Julio Barea, responsável pela campanha da Água da Greenpeace.

Apesar da maior parte da orla portuguesa estar protegida, a pressão que exercem as gruas na orla em frente é tão forte que vários municípios lusos querem seguir o exemplo da margem espanhola. Projectos como Almada de Ouro Golf & Country Club e Quinta do Vale, em Castro Marim, incluem vários campos de golfe, hotéis, milhares de vivendas e portos desportivos. Se estes projectos forem concretizados, triplicarão a população do município. Outro dos projectos especulativos é o Ponta da Areia em Vila Real de Santo António. Também este com campos de golfe, milhares de vivendas e um porto desportivo.

Na zona ribeirinha portuguesa existem rios sem infra-estruturas e sem descargas, onde se conserva o bom estado da fauna autóctone e da vegetação ribeirinha. São os rios Vascão e Foupana. A Greenpeace pede a Portugal que os declare rios virgens abrangidos por medidas de conservação especiais e que contemplem os recursos na sua totalidade.       

Para além disto, a construção de Alqueva e o encerramento das comportas em 2002, alterou o ritmo de vida natural de espécies de peixes marinhos migradoras, como a enguia, que deixam de poder subir o rio. A isto, soma-se a introdução de espécies forasteiras como o siluro, a perca ou a gambusia, que se constituem numa grave ameaça para as espécies que vivem no rio por serem capazes de destruir as populações autóctones. 

Alqueva também supõe uma maior retenção de sedimentos (dos quais o conjunto total de barragens detém 96%). Estes materiais arrastados pelas águas são vitais para o desenvolvimento dos peixes do estuário, dado que transportam nutrientes necessários para o seu ciclo de vida. Alqueva é já uma ameaça para a sobrevivência da pesca tradicional da zona e irá conduzir a uma grave regressão das praias de Ayamonte, Isla Cristina e Lepe, o que resultará num impacto negativo para o turismo local.  

Outros problemas que afectam o Guadiana, neste último troço antes de chegar à foz, são as descargas residuais urbanas e industriais. Apesar da Directiva de Tratamento de Águas Residuais ter entrado em vigor no final de 2005, municípios como Vila Real de Santo António, Ayamonte, Castro Marim, Alcoutim, Odeleite, Azinhal, Fournazinhas e Monte Francisco não a cumprem. A estas descargas somam-se as procedentes de minas abandonadas nos afluentes do Guadiana, como o Chança, e pesticidas procedentes da agricultura que produzem, de forma periódica, uma importante mortalidade nos peixes.