Greenpeace rechaza la entrada en España de un cargamento de transgénicos

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Activista de Greenpeace en el ancla del buque Winner cargado de soja transgénica en el Puerto de Málaga.

Esta acción se enmarca en una campaña internacional contra los transgénicos que la organización ecologista está llevando a cabo en diferentes continentes: el MV Esperanza en Europa, el Rainbow warrior en Asia y el Artic Sunrise en América. Así, la pasada semana el MV Esperanza desarrolló una intensa campaña en Cartagena contra la importación de soja realizada por la compañía Moyresa.

"Con la acción de hoy Greenpeace quiere denunciar que España es el segundo importador de soja de la Unión Europea. Cada año entran seis millones de toneladas de soja procedente de países como EEUU, Argentina y Brasil. Se estima que unos cuatro millones son transgénicos o contaminados por transgénicos. Esta soja acaba en los platos de los europeos como ingrediente de muchos alimentos o a través de la alimentación de cerdos, vacas de leche y otros animales cuyos derivados nos comemos", ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace.

Greenpeace ha seguido el rastro de este barco desde Argentina y sabe que lleva a bordo 9.000 toneladas de soja transgénica y 11.500 toneladas de maíz, propiedad de la compañía Nidera. Los Observadores de Transgénicos han pedido al capitán que muestre la documentación de la carga que transporta y planean tomar muestras para realizar análisis independientes. El Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad establece unos estándares mínimos para los movimientos transfronterizos de transgénicos. En febrero se adoptaron una serie de requisitos para la documentación y el etiquetado de los transgénicos. La documentación debería incluir los nombres comunes, científicos y comerciales de los organismos modificados genéticamente transportados así como los códigos de sus modificaciones genéticas.

Greenpeace es crítica con la nueva legislación de etiquetado y trazabilidad de alimentos y piensos transgénicos que entró en vigor el 18 de abril, porque no obliga a etiquetar los derivados animales como la carne o la leche. Greenpeace insiste en que los consumidores tienen derecho a saber si la carne o la leche que consumen provienen de animales alimentados con transgénicos.

"La soja transgénica no alimenta al mundo, a pesar de lo que afirma la propaganda de empresas como Monsanto. La soja transgénica, sin embargo, destruye el medio ambiente de los países donde se cultiva, como Argentina o EEUU. Invitamos a los ciudadanos del mundo a ejercer un consumo responsable presionando a sus representantes políticos para que rechacen los transgénicos y favorezcan una agricultura sostenible que alimente a la humanidad en lugar de propiciar sistemas diseñados para alimentar a los animales de los países ricos.", ha añadido Carrasco.

Coincidiendo con la acción de hoy Greenpeace celebra el 20 aniversario de su fundación en España. Actualmente la organización disfruta de una posición consolidada, con el apoyo de más de 82.000 socios en nuestro país. "Estamos celebrando nuestro 20 aniversario trabajando en la defensa del medio ambiente: con la acción de hoy, en concreto, luchando contra la introducción en España de organismos modificados genéticamente." -ha declarado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace España.

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