En la acción han participado un total de 41 voluntarios que,
además, han repartido postales con la denuncia ecologista entre los
visitantes para que las entreguen en la recepción del Reina Sofía.
El objetivo ha sido denunciar que las obras de ampliación del
museo, diseñadas por el arquitecto Jean Nouvel, han sido llevadas a
cabo produciendo un grave impacto ambiental en la Amazonia
brasileña, una de las extensiones de bosque primario con mayor
biodiversidad del planeta..
En las obras del Museo Reina Sofía se ha utilizado madera de
jatoba, una especie amazónica que ha servido para fabricar el suelo
de las salas de exposiciones, auditorio y biblioteca, así como
paredes y falsos techos. Dicha jatoba ha sido comprada a empresas
brasileñas implicadas en tala ilegal a gran escala. Para la obra,
estas empresas han talado una superficie aproximada al Parque del
Retiro de Madrid. Greenpeace ha editado un informe,
Crimen en el museo, en el que se presentan todas las pruebas
que implican a estas empresas en la destrucción de la Amazonia.
"Una vez más, el dinero público se ha utilizado para financiar la destrucción de los bosques"-
ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de
Bosques de Greenpeace.- "Es urgente poner fin a esta situación y forzar a la Unión Europea a crear una ley que prohíba la entrada de madera ilegal",
añadió.
El Museo Reina Sofía ha entregado a Greenpeace unos
documentos que señalan como proveedores de la madera a tres
empresas brasileñas del estado de Pará: Madeireira Sao Marcos
(Uruará, Pará), Serraria Sao José (Altamira, Pará) y Madeireira
Santa Clara (Altamira, Pará). Según fuentes del Instituto Brasileño
de Medio Ambiente (IBAMA)(1), las citadas empresas suministradoras
de la madera de jatobá poseen un largo historial delictivo por
utilizar, transportar y procesar madera talada ilegalmente, madera
que finalmente ha sido blanqueada y vendida al mercado.
Madeireira Sao Marcos ha sido multada en cuatro ocasiones
entre 2002 y 2004 por procesar madera sin documentación,
transportar madera sin licencia, extraer un volumen de madera
superior al permitido en el contrato y obtención y aserrado de más
de 400 m3 de jatobá sin ninguna licencia.
Serraria Sao José y Madeireira Santa Clara, ambas situadas
en la misma localidad de Altamira, pertenecen al mismo propietario,
Paulo Lorenzoni. Estas empresas también han sido multadas entre
1998 y 2004 por ocultamiento ante las autoridades del informe
mensual del aserradero sobre movimientos de madera, obtención y
procesamiento de madera sin ninguna documentación entre 2001 y 2002
y transporte de madera sin documentación.
En 1998 Paulo Lorenzoni, propietario de la Madeireira Santa
Clara, intentó aprobar un plan de gestión forestal para proveer
sus aserraderos en la fazenda Comavel I, un área rica en jatoba.
Los títulos de propiedad de la granja eran falsos. Aun así, en 2002
intentó aprobar el mismo plan con otros títulos de tierras, también
falsos, y fue rechazado por el IBAMA una vez más. Según
observaciones de Greenpeace el área fue finalmente talada.
"No sólo el Museo Reina Sofía ha fallado a la hora de garantizar la legalidad de la madera,"-
ha señalado Soto- "Dragados,
la empresa constructora, y Maderas Besteiro, el fabricante del suelo de
jatoba, han echado por tierra sus compromisos ambientales y sus códigos
de buenas prácticas, que prometían garantías sobre la procedencia de la
madera"
La selva amazónica, la mayor extensión de bosque tropical
virgen del planeta, es el hogar de casi la mitad de las especies
terrestres y de ríos conocidas. Unas 353 especies de mamíferos,
3.000 de peces, 1.000 de aves, 60.000 de plantas y unos 10 millones
de especies de insectos. Además, la Amazonia juega un papel vital
en el mantenimiento del régimen climático e hidrológico del
planeta.
Pero la selva amazónica está desapareciendo a un ritmo
vertiginoso. Entre agosto de 2003 y 2004 se destruyó una superficie
de 26.130 kilómetros cuadrados (casi el tamaño de Bélgica). Se
estima que entre el 60% y el 80% de la madera procedente de la
Amazonia brasileña en 2004 fue extraída sin ninguna autorización.
La utilización fraudulenta de títulos de propiedad, permisos de
corta y transporte y todo tipo de falsificación documental hacen
posible que toda esta madera salga al mercado convenientemente
"blanqueada".
Greenpeace está apelando a los Gobiernos europeos a
ilegalizar todas las importaciones de madera ilegal y a promover
una gestión forestal sostenible social y medioambientalmente en
todo el planeta. Se espera que la tala ilegal y el comercio
asociado estén en la agenda del Consejo de Agricultura de la UE los
días 24 y 25 de octubre.
Imforme Crimen Forestal en el Museo
Cómo parar la entrada de madera ilegal en la Unión
Europea. Las propuestas de Greenpeace
(1) Empresas Madeireiras/Serrarias/Laminadoras multadas no
Estado de Pará, 2002-2003. Dirección de Protección Ambiental del
Instituto Brasileño de Medio Ambiente (en lo sucesivo IBAMA).