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18 Activistas de Greenpeace juzgados por protestar contra Garoña

Realizaron una protesta pacífica el pasado 19 de octubre en las puertas de la central nuclear de Garoña para denunciar su peligroso funcionamiento

Comunicado de prensa - marzo 15, 2005
Los 18 activistas de Greenpeace que participaron el pasado 19 de octubre en una protesta pacífica para alertar del funcionamiento peligroso de la central nuclear de Garoña y solicitar el cierre de la misma, han sido juzgados, ante el Juzgado de Instrucción de Burgos. El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de multa de 40 días a razón de 10 euros diarios para cada uno de ellos. El letrado defensor de Greenpeace, Jose Manuel Marraco, ha solicitado la absolución de los mismos al entender que se había realizado una protesta pacifica en el ejercicio de sus derechos ciudadanos, poniendo de manifiesto el grave problema medioambiental que supone la central nuclear de Garoña.

Activistas de Greenpeace elevan un globo aerostático demandando el cierre de la central nuclear de Garoña

Durante la protesta, 6 activistas se encadenaron en la parte superior de la puerta principal de acceso a la central nuclear y desplegaron una gran pancarta con el texto "Garoña falla: ¡cierre ya!", en alusión a sus graves problemas de seguridad, al tiempo que el resto de activistas bloqueaban desde abajo dicha puerta y exhibían pancartas con el texto, en inglés y español, de "Zapatero: Nuclear Phase Out now!" y "Zapatero: ¡cierra las nucleares ya!", en referencia al compromiso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del Gobierno socialista, de abandonar la energía nuclear en España.

Greenpeace reclama al Gobierno socialista el cierre de la central nuclear de Garoña, por motivos de seguridad, como primer paso del cumplimiento del plan de abandono de la energía nuclear anunciado por el presidente Zapatero en su discurso de investidura, y recogido a su vez en el programa electoral del PSOE y en el Acuerdo Programático PSOE-Los Verdes.

La central nuclear de Garoña sufre un serio problema de seguridad, como evidencia el grave problema de agrietamiento múltiple por corrosión intergranular de diversos componentes internos de la vasija del reactor (el barrilete, las penetraciones,...) y del circuito primario, elementos fundamentales para la seguridad. Un problema que el propio Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) reconoce que va a seguir empeorando irremediablemente.

En mayo de 2003, un informe del CSN puso claramente de manifiesto que el estado de la vasija de Garoña había empeorado de forma significativa, agravándose la pésima situación en que ya se encontraba.

En dicho informe el CSN reconoce el hallazgo de "nuevos defectos [grietas]" en "lugares inesperados" en las penetraciones de la vasija de Garoña así como el progresivo agravamiento del ya generalizado problema de agrietamiento múltiple que sufren un 70% de estos tubos de la vasija, lo que pone a su vez en evidencia el fracaso de las medidas adoptadas por el CSN y Nuclenor ante este problema.

Las penetraciones son unos tubos de acero que atraviesan la vasija del reactor y a través de los cuales deben introducirse al interior de la vasija las barras de control (cuya importantísima función es la de parar la reacción nuclear que tiene lugar en el núcleo de uranio). Son las penetraciones, por tanto, elementos fundamentales para la seguridad nuclear, cuya integridad se ve afectada por el problema de agrietamiento por corrosión antes mencionado.

Por otro lado, existen datos preocupantes sobre los posibles efectos en la salud pública de la actividad de esta central. Un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Sanidad ha detectado una tasa inesperadamente más alta de cáncer de estómago en personas de ambos sexos en el entorno de la central nuclear de Garoña. Este incremento, ligado a la proximidad a esta instalación, se produjo en el periodo posterior al inicio de actividad de la central nuclear, tras comparar con la situación anterior a su entrada en funcionamiento. Así mismo, la mortalidad por cáncer de pulmón mostró un mayor incremento en las áreas en el entorno de 30 kms alrededor de las centrales de Garoña, Zorita y Vandellós-I en comparación con las tendencias nacionales.

La escasa contribución energética de la central nuclear de Garoña al sistema eléctrico peninsular (menos del 1,6% del total), perfectamente prescindible dado el exceso de potencia instalada, no puede ser utilizado como excusa para mantener en funcionamiento esta peligrosa y obsoleta instalación.

Por todos estos motivos, Greenpeace exige al Gobierno socialista que ordene el cierre inmediato y definitivo de la central nuclear de Garoña y se proceda a su total desmantelamiento.

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