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Tras el vertido de Tarragona, Greenpeace denuncia la situación insostenible que provoca la dependencia del petróleo

La organización pide que no se autoricen los dos nuevos pozos de petróleo frente a Tarragona porque aumentarían aún más el riesgo de vertidos

Comunicado de prensa - octubre 12, 2010
Ante el vertido de fuel causado por la refinería de Asesa en Tarragona, Greenpeace advierte de los graves riesgos de contaminación a los que está sometida esta zona debido a las sobrecarga de actividades relacionadas con el sector petroquímico. Estos peligros se pueden ver incrementados si el Gobierno no paraliza los dos nuevos proyectos de perforaciones petrolíferas de Repsol –copropietaria de Asesa– en aguas profundas frente a la costa de Tarragona, que posee valores ambientales muy importantes como el Parque Natural del Delta del Ebro.

Ante el vertido de fuel causado por la refinería de Asesa en Tarragona, Greenpeace advierte de los graves riesgos de contaminación a los que está sometida esta zona debido a las sobrecarga de actividades relacionadas con el sector petroquímico.

Greenpeace espera que la Administración informe debidamente de la evolución y los impactos del vertido, así como que ponga en marcha una investigación para aclarar lo ocurrido. Del mismo modo, la organización ecologista pide que se lleven a cabo las labores de limpieza sin utilizar medios agresivos para el entorno como los dispersantes químicos, que podrían agravar el problema de contaminación.

"La industria nos está demostrando que sólo hay una forma de evitar los vertidos: ir más allá del petróleo", ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña Transporte de Greenpeace.

La organización ecologista recuerda además, que la semana pasada el Parlamento Europeo aprobó una recomendación de no autorizar nuevos pozos de petróleo en aguas profundas europeas mientras la normativa comunitaria no esté actualizada para hacer frente a catástrofes como la del Deepwater Horizon.

"El Gobierno debe poner en marcha todas las medidas disponibles para proteger el Parque Natural del Delta de Ebro e impedir que se llegue a una situación de contaminación irreversible", ha concluido Pizzinato.